Carta abierta al Sr. Oscar Arias, Presidente de Costa Rica
Su Excelencia,
La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) se dirige a usted para expresarle su honda preocupación ante la situación de alta conflictividad social en Costa Rica.
A tenor de la información que hemos recibido, grandes sectores sociales se oponen a la ratificación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que movilizaron en San José de Costa Rica este día lunes 26 de febrero más de 50 mil personas. Su gobierno y otros sectores de poder económico, político y de opinión en Costa Rica han descalificado en reiteradas oportunidades la oposición al TLC en términos no solamente peyorativos, sino que tienden no sólo a deslegitimar la lucha social pero incluso a criminalizarla, creando un clima progresivo de tensiones que pueden erosionar la paz pública, y afectar la gobernabilidad democrática que tanto ha honrado a su país en las últimas décadas.
Pese a ello, confiamos en que Usted, en su calidad de Jefe de Estado, y como titular del Premio Nobel de la Paz, reoriente su actuación pública a favor del Estado Social de Derecho y en consecuencia actúe como mediador del conflicto y promueva un diálogo amplio, transparente y justo entre las partes involucradas. El Diálogo Nacional que están reclamando distintos sectores.
La perennidad del servicio público y de la protección social, es crucial en Costa Rica. Su país puede prevalecerse de alcanzar de los mejores índices en la región de cobertura eléctrica, telefónica, de salud, de agua, todo ello fruto del excelente funcionamiento de las instituciones de servicio público, así como de la calidad de sus instituciones democráticas. Es imprescindible mantener semejante nivel cualitativo, inclusive, tras la promoción y eventual ratificación del TLC, y salvaguardar las riquezas nacionales de las empresas públicas de las que Usted, sin duda, comprueba la eficacia.
La FIDH desea llamar particularmente su atención, sobre información recibida de casos de agresión verbal y física, de calumnia y amenaza dirigidos a sindicalistas y dirigentes populares que revelan una grave tendencia a la estigmatización y criminalización de la protesta social. Ataques de este tipo no se habían registrado en Costa Rica desde que el país se refundó en 1949 después del conflicto civil de 1948. Como Ud. bien lo sabe, la libertad sindical, de reunión y de expresión son derechos fundamentales que tienen rango constitucional en el orden interno costarricense, y que no aceptan ningún tipo de restricción.
De manera general, la FIDH recuerda que Costa Rica, de acuerdo con la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y según el convenio 87 de la OIT, sobre la libertad sindical y la protección del derecho sindical, instrumentos de los cuales es Estado parte, debe fomentar la paz social y garantizar la integridad psicológica y física de los ciudadanos, mediante el respeto de todos los derechos fundamentales.
Confiando en su compromiso por los derechos humanos, muy respetuosamente, nos suscribimos ante usted, Sidiki KABA Presidente de la FIDH.