Ladrones del tiempo

2007-02-22 00:00:00

Mucho se equivocan quienes creen que el modelo neoliberal es inconmovible, al contrario, es muy frágil, se desploma solito con sólo que no hagamos nada. Si no trabajamos quiebran las maquilas, muere nike, perece cocacola y se van al carajo las fábricas de armas. Es el ocio estratégico de los paros y las huelgas. El ocio es un arma poderosa que puede socavar las bases mismas de cualquier sistema injusto, por eso se le desprestigia tanto.

Paul Lafarge decía, en el siglo antepasado: \"los obreros, en lugar de exigir el derecho al trabajo, deberían exigir el derecho a la pereza\". Según sus cálculos, a mediados del siglo XIX un obrero no necesitaba trabajar más de tres horas diarias. No dejaron de trabajar pero disminuyó la jornada laboral. El ocio se defendió contra la explotación porque es un derecho humano. Con la tecnología actual deberíamos disponer de una gran cantidad de tiempo libre para hacer lo que más nos guste y disfrutar de la vida. Pero no, la tendencia es a dilatar la jornada, eliminar las leyes, debilitar a los sindicatos. Para que sus cuentas salgan el neoliberalismo necesita neoesclavitud.

Trabajar es progresar, cantan las sirenas economicistas. ¿Progresar hacia dónde? ¿Trabajar más para producir más? ¿Trabajar más para consumir más? A la tríada de trabajo-producción-consumo le pusieron por delante la zanahoria de la competencia y ahí va la gente corriendo a codazos, empellones y mordiscos tras el infarto antes de los cuarenta años.

El trabajo que se hace con gusto, no es trabajo, es un placer. El que se hace a disgusto, es una tortura. Pese a lo que dicen Calvino y el Opus Dei, vivir para el trabajo no santifica. Al contrario, envilece, estresa, neurotiza, daña la salud, lesiona las relaciones humanas, atomiza la familia, destruye a la niñez, impide que la gente reflexione, embrutece, hace de un ser humano un autómata, un desdichado zombie, un manejable y blando monigote sin voluntad ni consciencia. ¡Es el ocio el que dignifica la vida! Del ocio nacieron el arte, la literatura y la filosofía.

Con el TLC este gobierno nos entrega a la voracidad capitalista en desprotección total. ¡Nos van a robar nuestro tiempo libre!. Además de mal pagados, deslomados ¿Acaso es un destino manifiesto el bendito TLC? Como si no supiéramos que los modelos económicos son proyectos fríamente calculados por cerebros de mortales comunes y corrientes. Como si no fuera posible vivir de otra manera más que sacrificando el breve tiempo de nuestra existencia humana al Moloc corporativo.

El tiempo no se devuelve, no es retornable, no se recupera. Robarle el tiempo de su vida a un pueblo entero, es asesinarlo de a poquitos.

Hasta el tiempo de los asesinos se acaba. ¿Se creerán eternos?