Movimientos sociales discuten alternativas para garantizar soberanía alimentaria
Campesinos/as de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), Vía Campesina y otros movimientos sociales realizaron un intercambio sobre Agricultura, Tierra y Territorio, durante la Cumbre Social por la Integración de los Pueblos, en Cochabamba, Bolivia, con el objetivo de discutir alternativas para la construcción de una soberanía alimentaria en América del Sur.
Todos los países suramericanos sufren con la concentración de tierra y la renta. En opinión de Aurélio Soares, de la Asociación Nacional para la Salvación de la Agropecuaria de Colombia, estos países necesitan de un amplio proceso de reforma agraria. “Se hace necesaria la construcción de una alianza social que presione por una democratización de la propiedad rural para que se garantice la soberanía alimentaria a los pueblos de estos países”.
En Brasil, el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) es uno de los varios movimientos sociales que luchan por la reforma agraria. Uno de los representantes del MST en la Cumbre, José Luiz Rodríguez, explica que antes el enemigo de los trabajadores rurales era el latifundio, pero que actualmente la explotación en el campo es generada por el capital financiero internacional y por las grandes empresas transnacionales. “Estas empresas controlan la tierra, los créditos y la biodiversidad, desarrollando monocultivos de soja, eucalipto y caña de azúcar”, denuncia.
Según Rodríguez, para cambiar este escenario, los movimientos sociales deben exigir la expropiación inmediata de las tierras de las transnacionales, desarrollar un amplio proceso de reforma agraria que contemple a la mayoría de la población –conjuntamente con el acceso a la educación–, además de pensar seriamente en la construcción de un comercio internacional solidario entre los pueblos latinoamericanos.
Reinaldo Sosa, representante de la República Bolivariana de Venezuela, presentó la realidad de su país –que tiene que exportar 60% de sus alimentos. “Una política institucional de incentivo a la producción de alimentos está siendo puesta en práctica para cambiar esta situación”.
Otro aspecto que se levantó en la discusión fue que la comercialización también está siendo usada por los países desarrollados para frenar los precios de los productos agrícolas de los países más pobres. Para Renato García, de la Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas de Bolivia (Cioec), los países necesitan crear políticas nacionales con incentivos de créditos para proteger los precios de los alimentos, la agricultura familiar, la diversificación de la producción y el medioambiente.
García resalta que el gobierno boliviano creó una ley prohibiendo la producción y comercialización de productos transgénicos en el país –lo que en su opinión ha sido fundamental para mantener a los campesinos en el campo. En el mismo sentido, el campesino Pedro Cuimbiana, de Ecuador, analiza que los países no tienen como garantizar la soberanía alimentaria sin hacer una reforma agraria integral. Por ello, defiende su realización lo antes posible en los países suramericanos.
Para Francisca Rodríguez de Chile, integrante de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI), incluso con todas las dificultades, los campesinos y las campesinas están resistiendo a los procesos de dominación económica. Ella cree que la reforma agraria también tiene como deber garantizar el proceso de integración entre los pueblos. “La reforma agraria tiene que conservar el proceso cultural, pues hoy, las semillas están prisioneras en los bancos de semillas de las grandes empresas”, resalta.
¿Qué es la CLOC?
Con el objetivo de luchar contra la política neoliberal que se apoderó de América Latina en la década de 1990 y contra las políticas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) fue creada en 1994 CLOC. Desde entonces, la CLOC ha realizado varias luchas contra la explotación de los indígenas, negros y mujeres.
A lo largo del tiempo, se percibió la necesidad de una articulación más amplia, entonces, fue creada la Vía Campesina Internacional, con movilizaciones en varios continentes.
Una de las principales victorias de la CLOC y de la Vía Campera fue la muerte del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), durante la III Cumbre de los Pueblos, en Mar del Plata, Argentina, el año pasado. “Con la muerte del ALCA, fortalecemos la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), como alternativa de intercambio comercial solidario entre los países”, expresó el ex- dirigente de la Vía Campesina, el hondureño Rafael Alegría.
Las propuestas construidas durante los debates de 13 sesiones temáticas serán sintetizadas en un documento que será entregado a los jefes de Estado de los países suramericanos durante la Cumbre de presidentes de la Comunidad Suramericana de Naciones (CSN), que se realizará también en Cochabamba, los días 8 y 9.