Comunicado del Cónclave de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas

2006-11-21 00:00:00

Asamblea General ONU, 61 Sesión, Nueva York, 13 de noviembre de 2006.- El cónclave de los pueblos indígenas mantuvo una reunión de emergencia esta mañana debido a la información de que algunos países tomarán acciones de procedimiento para hacer descarrilar la adopción de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Esta información quedo reflejada en la intervención presentada por el gobierno de Botswana ante el Tercer Comité el día 10 de noviembre, que contenía una interpretación altamente incorrecta y prejudicial de las disposiciones de la Declaración.
Después de revisar la intervención escrita, constatamos que Botswana ha adoptado las palabras y los puntos de vista de los gobiernos de Canadá, Australia, Nueva Zelanda y los Estados Unidos. Su propósito parece ser poner en peligro la adopción de la Declaración.

Por el contrario, los pueblos indígenas reconocen a la abrumadora mayoría de estados que apoyan la Declaración. A pesar de que los muchos aliados y co-patrocinadores de la Resolución presentada por el gobierno del Perú recomendando a la Asamblea General de la ONU la adopción de la Declaración (A/C.3/61/L.18), han hecho repetidos e infructuosos esfuerzos para mantener un diálogo con todos los Estados, Botswana parece estar atrincherada actuando con gran violencia en contra del texto de la Declaración o decidida a derrotar su adopción por la Asamblea General de la ONU. En respuesta a este inminente peligro – hacemos pública esta Declaración.

Por la presente, el conclave de los Pueblos Indígenas afirma su apoyo mundial y unánime a la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas, tal como fue adoptada por el Consejo de Derechos Humanos el 29 de junio, 2006.
Por la presente, el conclave de los pueblos indígenas reitera su petición de que la Asamblea General de la ONU adopte inmediatamente la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas, que constituye las normas mínimas para la supervivencia, bienestar y dignidad de los pueblos indígenas del mundo. Esta acción deberá ser tomada antes del final de 2006.

El conclave de los pueblos indígenas, bajo ninguna condición, apoya ninguna propuesta para que se prolongue el tiempo, ni que se establezcan comités, grupos de trabajo o cualquier otra forma para considerar las “ilegítimas” preocupaciones de los gobiernos de Botswana, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y EEUU.

Por la presente, el conclave de los pueblos indígenas demanda que aquellos que proponen cualquiera de estas propuestas (Botswana, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y EEUU) cesen una politización basada en los intereses de los EEUU, así como su abuso en relación a las reglas de procedimiento y su perseverancia sobre normativas dobles en el contexto de los derechos humanos de los pueblos indígenas.
El cónclave de los pueblos indígenas apoya el objetivo de las Naciones Unidas de comenzar una nueva era para los derechos humanos dentro del sistema de la ONU, fortaleciendo los derechos humanos como uno de los pilares de orden mundial y el papel del Consejo de Derechos Humanos, para establecer un enfoque no-político de los derechos humanos para todos los pueblos y personas.

A la luz de los pésimos informes sobre los derechos humanos de Botswana, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y los EEUU en el contexto de los pueblos indígenas, no es razonable q ue hayan elegido rechazar una de las primeras recomendaciones para la aprobación de un instrumento de derechos humanos, que considera el estatus único de los derechos de los pueblos indígenas.

La comunidad internacional debe de reconocer que los pueblos indígenas del mundo han dedicado más de 21 años y un incontable número de recursos para involucrarse en un debate y negociación con les estados de buena fe, de manera transparente e intelectualmente honesta, para conseguir un consenso sobre las disposiciones de la Declaración. El resultado ha sido un texto justo y balanceado, que tiene en consideración las preocupaciones de los estados, así como los derechos de otras partes y es consecuente con el derecho internacional, incluyendo la Carta de las Naciones Unidas.

Esta actual oposición estatal a una de las primeras recomendaciones del nuevo Consejo de Derechos Humanos es inmoral y sin legitimidad o causa substancial. Si tiene éxito, esta acción socavará seriamente y potencialmente colocará como irrelevante todo el régimen de los derechos humanos de la ONU, no solo en relación a los pueblos indígenas sino para toda la humanidad.

Finalmente, el cónclave de los pueblos indígenas observa la ironía del consenso de los estados y del apoyo para una Convención legalmente vinculante (para la Protección de todas las Personas de las Desapariciones Forzosas), mientras que, al mismo tiempo, en el contexto de los más vulnerables, los más afectados por la pobreza y víctimas de los derechos humanos, Botswana, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y EEUU no puedan apoyar una Declaración de los Derechos Indígenas, no vinculante y de carácter aspiracional.
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Documento informativo sobre la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas

¿Por qué no debería apoyarse una propuesta que demore su adopción?

1. La Declaración se basa en principios y valores internacionales fundamentales
La Declaración se basa en principios y valores internacionales fundamentales que adoptan la tolerancia, la paz y el respeto a la dignidad de todas las culturas y los pueblos. En particular, la Declaración es descripta como una “norma de logros que se deben perseguir en un espíritu de asociación y respeto mutuo”.

2. Los derechos humanos de todos deben ser respetados
Los derechos humanos por naturaleza son relativos y no absolutos. De acuerdo con la Carta Orgánica de la ONU, la Declaración requiere específicamente que los “derechos humanos y libertades de todos sean respetados”.

3. Las disposiciones deben ser entendidas en el contexto general
Cada una de las disposiciones de la Declaración no puede ser entendida en aislamiento, sino que debe ser interpretada en el contexto del instrumento como un todo. Hacer lo contrario llevaría a interpretaciones extremas o absolutas que no podrían justificarse bajo la Declaración o la legislación internacional sobre derechos humanos en general. Lamentablemente, el grupo CANZUS –Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos- sigue interpretando la Declaración de una manera fragmentada y errónea.

4. No se crean derechos nuevos
La Declaración no crea derechos nuevos. Elabora en base a las normas internacionales de derechos humanos existentes en su aplicación a los Pueblos Indígenas.

5. El estado de derecho y otros principios internacionales fundamentales son tomados en cuenta siempre
Cada disposición de la Declaración debe ser “interpretada de acuerdo con los principios de justicia, democracia, respeto por los derechos humanos, igualdad, no discriminación, buen gobierno y buena fe”. Esto permite tener flexibilidad, así como un equilibrio. La referencia al “buen gobierno” asegura que el estado de derecho dentro de los Estados sea tomado en cuenta plenamente en cada instancia, sin excepción. En tanto instrumento que funciona como una aspiración, la Declaración no desbanda el estado de derecho a nivel doméstico ni internacional.
6. No es posible un acuerdo más amplio

Como concluyó el presidente del Grupo de Trabajo de Entre Sesiones sobre la Declaración junto con muchos Estados, el tiempo adicional no llevará a un acuerdo más amplio. Esto se debe en gran medida al rol de obstrucción que Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda han tenido repetidamente en el Grupo de Trabajo.
7. La reapertura de las negociaciones probablemente acabe con la Declaración
La reapertura de negociaciones sobre la Declaración seguramente cree nuevas divisiones serias y evite su adopción en la Asamblea General. Una medida tan extrema sería exorbitante.

8. Fomenta las relaciones armoniosas y cooperativas
La Declaración fomenta explícitamente “las relaciones armoniosas y cooperativas” entre los Estados y los Pueblos Indígenas. Nueve párrafos preambulares y 15 artículos operativos especifican las consultas, cooperación o asociación entre los Pueblos Indígenas y los Estados.

9. Más de 20 años de discusión

Ya ha habido más de 20 años de discusiones sobre la Declaración entre los Estados y los Pueblos Indígenas en los Grupos de Trabajo de la ONU. Esto hace que la Declaración sea una de las declaraciones más discutidas y estudiadas en la historia de la ONU. Todas las revisiones del Presidente se basaron en discusiones previas.
10. Cualquier resolución “de procedimiento” que implique una demora sería altamente perjudicial

Es escandaloso y preocupante que pueda haber una enmienda o resolución para reabrir las negociaciones sobre la Declaración. Una propuesta de este tipo no sería de procedimiento, ya que podría destruir la Declaración.

11. Ya se han intentado estrategias engañosas en el Consejo de Derechos Humanos
En junio de este año, Canadá intentó una estrategia similar que fracasó en la primera reunión del Consejo. En su declaración del 27 de junio de 2006, Canadá citó a su Ministro de Asuntos Indígenas diciendo que las cuestiones podían ser resueltas por tod as las partes “dentro de algunos meses más”. Esta afirmación era a sabiendas falsa y engañosa. Justo el día antes, el Primer Ministro canadiense Stephen Harper dijo por escrito que se necesitaba “un mandato de negociación de dos años”.

12. El grupo de Estados CANZUS está politizando los derechos de la Declaración
En base a sus propias agendas domésticas, unos pocos Estados occidentales están activamente alentando a otros Estados a que demoren la adopción de la Declaración bajo el disfraz de estar buscando “mejoras”. Al hacer esto, el grupo CANZUS sigue pol itizando los derechos humanos de los Pueblos Indígenas. Estas acciones socavan severamente al Consejo y a las reformas actuales de la ONU.

13. Durante los últimos 8 meses, el grupo CANZUS ha evitado toda consulta con los Pueblos Indígenas

El grupo CANZUS ya ha tenido los últimos ocho meses para realizar consultas con los Pueblos Indígenas en sus países respectivos sobre cualquier preocupación de Estado relativa a la Declaración. Sin embargo, ninguno de estos Estados entabló consultas con los Pueblos Indígenas. Ninguno de estos Estados busca genuinamente “mejorar” la Declaración.

14. Canadá está violando sus obligaciones constitucionales e internacionales
A pesar de sus obligaciones constitucionales para realizar consultas con los Pueblos Indígenas, Canadá ha optado vigorosamente y unilateralmente por oponerse a la Declaración a través de estrategias de procedimiento y de otro tipo en el transcurso de los últimos ocho meses. Como miembro del Consejo de Derechos Humanos, Canadá está faltando a su compromiso de “sostener las normas más elevadas de promoción y protección de los derechos humanos… [y] cooperar plenamente con el Consejo”, como exige la Asamblea General.

15. Es esencial para la supervivencia, dignidad y bienestar de los Pueblos Indígenas
La Declaración promueve la igualdad y no discriminación para todos. La Declaración es esencial para la supervivencia, dignidad y bienestar de los Pueblos Indígenas del mundo.
16. Fortalece el sistema inte rnacional de derechos humanos
La adopción de la Declaración en la Asamblea General apoya el trabajo vital del Consejo de Derechos Humanos y fortalece el sistema internacional de derechos humanos en su integridad.
Emitido por el Cónclave de Pueblos Indígenas en New York, el 12 de noviembre de 2006