La violencia contra las mujeres es una cuestión de salud pública
El grupo de trabajo titulado, "La violencia contra las mujeres es
también una cuestión de salud pública" fue organizado en Brasil por
dos grupos feministas: Colectivo de Mujeres Negras -NZINGA- y el
Movimiento Popular de la Mujer -MPN-. El objetivo de este proyecto es
un trabajo sistemático de sensibilización de profesionales en salud
pública, iniciando en las dos principales unidades de emergencia en
hospitales en la ciudad de Belo Horizonte, la cuarta ciudad más grande
en este país, con aproximadamente tres millones de habitantes.
La propuesta significa una nueva visión de atención a las mujeres en
situaciones de violencia: el abordar a la violencia también como un
problema de salud pública, tratando de ampliar la atención de las
mujeres en estos casos e insistir que sean acogidas con dignidad.
Esta propuesta ha sido ampliamente divulgada en los medios de
comunicación de Brasil. Destaca un programa exclusivo sobre violencia
doméstica realizado por Benilda Regina Paiva de Brito, coordinadora de
NZINGA, y Fátima Oliveira, de la Red Nacional Feminista de Salud y
Derechos Reproductivos, una de las coordinadoras de nuestra Red en
Brasil.
El principal producto del grupo es un protocolo, "Consideraciones y
orientaciones para la atención a la mujer en situación de violencia en
la red de la salud pública". Este protocolo argumenta que, cuando las
víctimas de violencia doméstica llegan a los hospitales, en general no
se consigue hacer el diagnóstico de violencia doméstica, y que tampoco
hay comprensión de la magnitud del problema como asunto de salud
pública ni voluntad de asumir este fenómeno como responsabilidad
social.
En el protocolo, el grupo enfatiza la necesidad e importancia de
completar detalladamente la ficha de la paciente, con la identificación
del "motivo de atención", como violencia física, sexual o doméstica,
según criterios elaborados en el mismo documento. Se debe incluir
también una historia completa y descripción de las lesiones, en letra
legible. El médico debe estar consciente de que esta ficha es de gran
valor legal para la mujer agredida, y que también el combate a la
violencia depende de su compromiso profesional.
En las fichas de estas mujeres, el grupo de trabajo recomienda
fuertemente que los servicios de salud anoten el dato del color de la
víctima. Actualmente, este dato no siempre se registra en estos casos
en Brasil, pero sería de gran relevancia para las estadísticas, y para
poder enfrentar a prácticas racistas.
Aspectos del protocolo
¿De que manera debemos abordar a una mujer con evidencias de violencia
que llega a una unidad de salud? La mujer en una situación de violencia
se presenta con miedo, inseguridad, desconfianza, dolor, indecisión,
frustración, además de heridas físicas. Frente a esta situación ella,
además de todo, merece y debe ser atendida con respeto y solidaridad, y
necesita recibir orientaciones que ayuden a resolver o disminuir sus
problemas.
Para los profesionales de salud, otro gran desafío consiste en saber
como tratar a la emergencia en el momento, tanto del punto de vista de
la atención médica y de los procedimientos estrictamente de salud, como
en el aspecto humano de acoger a la mujer de una forma solidaria, digna
y más humanizada, de una forma que aumente la auto-estima de las
mujeres atendidas.
¡Sea sensible! La mujer que sufra violencia al llegar a los servicios
de salud, en especial a las unidades de emergencia, fue y está siendo
humillada, y es probable que no quiera exponerse aún mas, inclusive
porque está asustada y confundida. Por lo tanto, al abordarla no sea
invasivo(a). Respete los límites humanos. Sea discreto(a), ¡pero de
apoyo!
En caso de notar que la mujer es reacia de asumir o contar sobre la
violencia que sufrió, o bien revelar la identidad de su agresor,
procure conversar en un local que asegure la privacidad de ella. O
solicite ayuda encaminándola, por escrito, a un profesional o servicios
especializados en el trato de estos casos, en su propia institución o
en otro local.
* Publicado en el Boletín Cimarronas No. 6, abril de 1999