Los TCP: Una Herramienta

2006-08-21 00:00:00

COLOQUIO Y COMPROMISO

Auspiciado por: Ministerio de Relaciones Exteriores y Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio de la República Bolivariana de Venezuela

Caracas, 05 y 06 de Mayo de 2006.

INVITADOS ESPECIALES:

Plinio Arnuda Sampaio (Brasil), Milton Luis Leoratto Viario (Brasil), Gladis Hernández Pedraza (Cuba), Alejandro Villamar (México), Jaime Estay (México), Alberto Rocha Valencia (México), Jaime Preciado (México), Germán Bedoya (Colombia), Edgardo Lander (Venezuela), Judith Valencia (Venezuela).

REGISTRO DE DEBATE:

COMENTARIO INTRODUCTORIO

Siempre me asusta la improvisación venezolana, pero siempre que regreso, regreso enriquecido y convencido de la capacidad transformadora del hombre. Me parece muy bueno el método propuesto porque representa un momento de especulación y de creación. Las síntesis son revolucionarias, porque reúnen la energía, la concentran.

¿Qué tipo de integración queremos y cuál se está viendo reflejada en los TCP? Los que estamos aquí compartimos los principios básicos en los documentos del ALBA y el TCP. Pero conviene detenerse en qué tipo de integración queremos. Porque el tipo de integración reflejado en los documentos va en contra del sentido común neoliberal que domina en los países hoy. Asuntos como complementación, en vez de competencia, no caben allí. El énfasis en el Estado vs. el Mercado es una idea que difícilmente se entiende hoy en América Latina. El bombardeo sobre la ineficiencia del Estado ha logrado implantar este sentido común.

Los asuntos culturales involucrados en el TCP y los compromisos de compra tampoco caben en los tratados de libre comercio. La idea de cooperación, sin condicionamiento, es una idea bastante distante de lo que generalmente ocurre en los tratados internacionales. Por lo tanto, lo que puede parecer de sentido común, a algunos, en realidad hoy no es de sentido común. Por ello allí hay una tarea pendiente de dejar claro la distinción entre la orientación de lo logrado en estos tratados y los objetivos que persiguen los tratados comerciales liberales.

La idea de ser un tratado desde adentro y no desde afuera va en contra de los principios y de los acuerdos que se efectúan a nivel internacional. También hay que convencer a la gente de que el sentido común no es el correcto y que pueden existir alternativas. Hay que convencer a la gente de que este tipo de cosas pueden ser y son posibles.

Hay que buscar puntos de encuentro y no estar viendo sólo las diferencias. Tratemos de construir desde los puntos de encuentro. Cómo inventar lugares de encuentro más que hacer las diferencias entre las instituciones.

Los objetivos deben ser los intereses nacionales a lograr.

Al pensar la integración debemos pensar en la síntesis, porque es la síntesis lo que dará el poder transformador de la integración.

Estamos convencidos de que es todo a la misma vez. No hay un antes o un después, hay un todo a la misma vez. Hay que tomar la calle, hay que tomar los espacios. Todo a la misma vez. Que difícil es saber todo lo que queremos.

La manera de no quedarse encerrado, en los munditos, es ver este problema desde la perspectiva de clase, así se eliminan las fronteras. Para mí, los de izquierda son los que se posicionan fuera del capitalismo.

ANTECEDENTES

Un poco de historia: Los miembros de REMALCA desde siempre dijimos que la acción contra el libre comercio tenía que caminar sobre dos piernas: la protesta y la propuesta.

En octubre de 1997, las organizaciones de diferentes países latinoamericanos, decidimos que teníamos que organizarnos, conjuntamente con las organizaciones de Canadá y de los Estados Unidos y, en esa oportunidad, decidimos organizarnos para dar una respuesta hemisférica contra el ALCA. La Alianza Social Continental: no es una asociación de ciudadanos sino de movimientos sociales.

Y es importante saber lo que queremos ser, para saber qué no queremos ser. Es muy importante aprender a decir no, y también es importante decir sí, esto es lo que deseamos.

En La Alianza Social Continental partimos del reconocimiento a la diferencia y no del reconocimiento de las similitudes. Pero esas diferencias no significan que hay que perpetuarlas, algunas habrá que mantenerlas porque ello revela nuestra diversidad.

La integración latinoamericana y caribeña viene desde hace mucho tiempo. Una primera etapa en los 50, de la CEPAL de Prebisch. Una segunda etapa en los '60 y ‘70 en la que se propone un regionalismo abierto; y una tercera etapa a finales de los 90, en 1998 con la llegada de Hugo Chávez.

La novedad es la convergencia abierta y polémica entre el MERCOSUR y la CAN para dar paso a la Comunidad Suramericana de Naciones, como un proceso de arriba hacia abajo.

Dinamización de los movimientos sociales, constituyéndose, desde 1994, resistencias contra el Libre Comercio.

Estamos en la búsqueda de un regionalismo. ¿Volvemos al regionalismo cerrado de los 60 y 70, o continuamos con el regionalismo abierto?

En América Latina una historia, que en el comienzo es la historia de la formación de estados nacionales para sobrevivir en el sistema capitalista mundial. Bolívar proponía la formación de un Estado Unido de América del Sur. Era la creación de una Estado Nacional fuerte, pero un Estado Burgués, y esto también lo proponía San Martín.

La convergencia de CAN-MERCOSUR es un mierdero, con todo el respeto.

MUNDO ACTUAL

En puertas de una crisis.

Se Quiere destacar el contexto de crisis. El neoliberalismo está atravesando una crisis con distintas salidas, pueden haber salidas no neoliberales en esta salida de la crisis.

El elemento central es que hay una crisis muy evidente en cómo nuestras economías se han venido insertando en el contexto mundial. Hoy también está en crisis la OMC, el ALCA, y buena parte los sistemas de integración latinoamericanos. En esta crisis nace el ALBA.

Hay que reivindicar el tema del desarrollo, el cual prácticamente desapareció. Hay que reivindicar la vinculación entre comercio y desarrollo. La idea de que el comercio no sirve de nada, si no ayuda al desarrollo, puede tener mucha fuerza.

Las estrategias de inserción a la economía mundial deben ser cambiadas, con respecto a los organismos internacionales, relacionamiento con los países desarrollados y entre nosotros. De ahí lo valioso del ALBA y de los TCP’s.

Hay una necesidad y una posibilidad de integración. Somos todas sociedades de origen nacional y que no afianzaron su Estado Nacional y no somos dueños de nuestros destinos.

Ni liberalismo, ni nacional desarrollismo, ni una nostalgia del desarrollismo. Esto se acabó, no hay solución desarrollista. Y eso se acabó porque el capitalismo no permite ese tipo de soluciones y porque la historia ya pasó. Tenemos que buscar una alternativa. En los acuerdos del TCP hay un fuerte anclaje nacional.

La alternativa es un proceso político, no es un proceso económico. Lo fundamental es definir los fines políticos.

Al ser un proceso político lo que domina es la lucha de clases y , frente a la integración en curso del capital, la integración que debe hacerse es la integración contra el imperialismo y el capitalismo. Debemos golpear contra la cabeza de la culebra, la cual es el capital transnacional y el Estado Norteamericano. Esta integración debe ser anticapitalista y antiimperialista, por ello ella debe ser socialista. Y no debemos pedir permiso para hablar de socialismo.

En los documentos no se habla de socialismo.

El EZLN está llevando adelante la otra campaña, y en ese sentido, hay que pensar quiénes serían esos otros interlocutores.

El problema es tan complejo, que ni con Cuba se tiene total convergencia en la OMC. Tenemos un problema con el ALBA, tiene que ver con la cultura y su diversidad. No sólo es un problema de recursos sino de qué concepto se tiene de felicidad, que es un concepto cultural. Las alianzas en la OMC son circunstanciales, no estratégicas.

Respecto al socialismo: En Venezuela también hay ausencia de ver la riqueza que puede haber en ese término. Nos podemos ir al socialismo post revolución francesa, en donde ser socialista es priorizar lo social. Y todos aquellos que prioricen lo social, y en todas aquellas ideas que exista priorización de lo social, es Socialismo del Siglo XXI. Recogiendo todo lo que quedó, todo lo que no se dio, lo que se abortó, todo lo que no fue. Estás recogiendo el decir de los próceres y de los pueblos. Un poco hacer ese ejercicio cuando hablamos de socialismo y no temerle a hablar de socialismo.

Estamos frente a una crisis Terminal, no sólo del sistema sino de la humanidad. Pienso que el socialismo no es una alternativa, es una necesidad para sobrevivir como especie humana. No puede haber un espacio social en el capitalismo dada su naturaleza salvaje, sólo hay compensaciones o dádivas.

Hay que tener confianza en el pueblo. Hay que poner en el pueblo el concepto del socialismo.

Hay que proclamar la lucha por el socialismo. Hay que impulsar la fraternidad, nuestros pueblos son hermanos.

Cualquier proceso que se declare en contra del actual sistema, tiene una orientación socialista.

Parece que no se hizo referencia al concepto de socialismo con su apellido del siglo XXI. Tiene un apellido que lo enfrenta al socialismo depredador del siglo XX.

Si se pretende golpear al imperio éste reacciona y, para los cambios, debe haber sacrificios. Hay que estar conscientes de que este es un compromiso de vida y de muerte.

Hay una leyenda indígena: Cuando el águila y el cóndor se encuentren el mundo cambiará. Hay que ver que en USA también hay un pueblo explotado y que tenemos que unirnos con él.

El capitalismo que dibujó nuestros estados nacionales, los está redibujando. Vamos a tener que construir la Gran América: darle un contenido democrático, social y obrero a la idea de unidad de Bolívar.

Cómo conocer mejor ese terreno en el que tenemos que movernos:

No estoy tan seguro que estemos ante una crisis Terminal del capitalismo.

No percibo que estemos en una coyuntura de las fuerzas de izquierda.

El capitalismo se está transformando desde dentro. Se están generando contradicciones propias. Este capitalismo se está morfoseando dentro de la actuación del capitalismo transnacional.

Estamos frente al regreso de enfoques estado-céntricos.

El desafío que tiene el ALBA es entender ese entorno mundial. Que vaya dando espacios para un proceso que lleve a una nueva manera de hacer mercado, de hacer relaciones. Estos tratados necesitan de una institucionalidad novedosa. Se necesitan unos ALBAs y unos TCPs contextualizados y en vía a una institucionalización novedosa.

DESARROLLO

Las diferencias de desarrollo económico, o las llamadas asimetrías, no pueden ser elementos de discriminación entre los países que suscriben estos tratados.

El problema de las diferencias. Ese problema no es simple sino que son diferencias históricas. El problema es cómo hacernos complementarios potenciando esas diferencias, satisfaciendo necesidades de nuestros pueblos pero, al mismo tiempo, potenciando sus capacidades. Qué cosas tenemos que decir de estas diferencias. Si no ponemos esas diferencias sobre la mesa estamos borrando nuestra historia. Recordemos que América Latina es desde México a la Patagonia, incluyendo las 4 Antillas Mayores. Si hablamos de Las Américas estamos borrando nuestra historia porque Latinoamérica desaparece. Entonces, más que diferencias en el orden económico son diferencias culturales significativas.

Hoy hay condiciones para reivindicar el tema del desarrollo en las negociaciones multilaterales y en el funcionamiento interno de nuestros países. El término del desarrollo había desaparecido y hoy podemos reivindicar el tema del desarrollo.

La idea de que el comercio no sirve de nada si no sirve al desarrollo, y el ALBA y los TCP son iniciativas que pueden ser útiles en este sentido. Hay un agotamiento de las estrategias de inserción de nuestros países en la economía mundial. Esas estrategias tienen que ser cambiadas.

Tenemos que hacer una crítica muy fuerte al modelo económico. Cuando se habla de integración energética en Brasil, el tema se entiende como un asunto de satisfacción de las necesidades energéticas de la clase media, para llenar el auto.

En la cuestión del desarrollo hay que hacer una reflexión que no pueden hacer los movimientos en el empeño de combatir los tratados neoliberales.

Otro asunto importante es: ¿Qué hacer con la integración existente o con eso que hemos llamado integración? Hay que diferenciar entre distintas situaciones. Hay algunos esquemas como ALADI, que tiene cosas interesantes que podrían ser útiles en un momento dado. La ALADI mantiene hoy la idea de Trato Diferenciado como ningún otro subsistema de integración. Creo que hay que hacer un balance diferenciado, dependiendo del nivel de neoliberalización a que esté sometido el esquema de integración.

DESARROLLO E INTEGRACIÓN

Un nuevo modelo de región debe desechar la perspectiva de regionalismo abierto. Y debe tener en cuenta la perspectiva de un nuevo desarrollo regional y no nacional. Modelo de región y modelo de desarrollo regional son dos cuestiones fundamentales y el otro problema es la vía. Nos vamos por un desarrollo de un capitalismo regional, nacional, global o si, por el contrario, nos vamos por una nueva alternativa que, progresivamente, nos vaya llevando por un camino socialista de nuevo tipo.

Hay un patrimonio histórico del proceso de integración regional que puede ser recuperado, reencausado, y que también puede ser criticado.

Desde una acción de los movimientos sociales que permitan una fructificación de esos mecanismos, desde una perspectiva del ALBA y el TCP.

Hay una integración silenciosa que es la de las remesas de dólares de los inmigrantes.

Esto se prestaría a proyectos de colaboración, no de libre comercio sino otra idea de colaboración.

El problema del desarrollo es el problema central de los pueblos latinoamericanos. Yo quiero decir que el desarrollo es el control del hombre sobre el cambio social, sobre los fines y medios del cambio y con qué objetivo. En el centro del problema del desarrollo está la cuestión del tipo de progreso que queremos, qué tecnología, qué tipo de consumo, qué patrón de vida desarrollaremos. Y es necesario pensar que las prioridades y los medios están subordinados en relación a los fines.

En el caso de la integración energética no se cuestiona el tema de qué tipo de desarrollo y a qué fines responde la integración energética.

El espacio nacional es el punto de salida. ¿Se puede hacer una revolución democrática sin chocar con el imperialismo? No. Se trata de ruptura con el fondo, con la deuda, con el capital internacional. Se puede hacer esto dentro del capitalismo. Cuál es el horizonte de esta integración. Cuál es la integración posible. El denominador común es el problema de clase, de trabajo vs. capital.

¿Cómo hacemos la integración, al margen del capital internacional?, este ya tiene su programa de integración: ALCA y TLC. ¿O con el capital nacional?, no existe tal, ni en Brasil. La única opción es el pueblo. El proyecto alternativo, a largo plazo, es la internacionalización de las revoluciones de los pueblos de América Latina: Venezuela, Bolivia, Cuba, Colombia, Brasil,…

AMÉRICA LATINA HOY

Desde el 2000 se inicia un nuevo ciclo político en América Latina, que yo prefiero llamarle gobiernos de izquierda moderada, unos más radicales, más fuertes, intermedios o más suaves.

Tipo de integración desde arriba es la dimensión subregional, con propuestas que también son impulsadas desde arriba, cuyos impulsores son las élites burocráticas y empresariales, donde los actores sociales están ausentes.

Toda esta forma de integración ha hecho crisis porque el neoliberalismo ha hecho crisis, por ello están en crisis la CAN, el SICA, etc.

La integración bilateral se ha venido instrumentando desde arriba pero son propuestas compatibles con propuestas como el ALCA.

Las iniciativas lanzadas desde los gobiernos de izquierda moderada deben converger con las propuestas integradoras desarrolladas por los movimientos sociales. Hay que rescatar la propuesta de la Comunidad Suramericana de Naciones y, en este contexto, se puede reintroducir la discusión sobre un nuevo tipo de regionalismo.

Esta integración tiene que ser práctica, tiene que atender a las cuestiones de los pueblos, y también tiene que ser una integración que va firmando una alternativa política y una nueva cultura entre los pueblos. ¿Qué vamos a hacer con los países que no estén todavía en los TCP?. Por ejemplo, Argentina, Uruguay, Brasil, Colombia que están completamente afuera. Cómo vamos a llevarlo desde el punto de vista de cosas prácticas y concretas, y también desde el punto de vista político y cultural.

Desde la práctica, estamos desplazando a un modelo que se nos está imponiendo. ¿Por qué no rescatamos la base de nuestro saber tradicional?, estamos rescatando el trueque, estamos diciendo no a los productos Coca Cola. Hay muchos gobiernos que siguen defendiendo los intereses del capitalismo.

Hay una necesidad y una posibilidad de integración. Somos todas sociedades de origen nacional y que no afianzaron su Estado Nacional y no somos dueños de nuestros destinos.

Ni liberalismo, ni nacional desarrollismo, ni una nostalgia del desarrollismo. Esto se acabó, no hay solución desarrollista. Y eso se acabó porque el capitalismo no permite ese tipo de soluciones y porque la historia ya pasó. Tenemos que buscar una alternativa. En los acuerdos del TCP hay un fuerte anclaje nacional.

La alternativa es un proceso político, no es un proceso económico. Lo fundamental es definir los fines políticos.

Al ser un proceso político lo que domina es la lucha de clases y, frente a la integración en curso del capital, la integración que debe hacerse es la integración contra el imperialismo y el capitalismo. Debemos golpear contra la cabeza de la culebra, la cual es el capital transnacional y el Estado norteamericano. Esta integración debe ser anticapitalista y antiimperialista, por ello ella debe ser socialista. Y no debemos pedir permiso para hablar de socialismo.

En los documentos no se habla de socialismo.

Es necesario, en paralelo a estos convenios gubernamentales, generar otras formas de integración política, de debate, de intercambio de ideas.

¿Por qué Evo hizo lo que Lula no hizo?, porque había presión popular. En Brasil no hubo esta fuerza, porque el PT desde hace tiempo venía amansando al tigre. Lo mismo aquí en Venezuela, ¿por qué la revolución marcha?, porque el pueblo marcha, aunque el comandante sancione las vías.

¿Qué hacemos con las necesidades de las convergencias de los sistemas de integración intergubernamentales? ¿Cómo, hacia al interior de lo que representan el ALBA y el TCP, logramos formas de institucionalización?.

Estamos en un período histórico en el cual la situación de América Latina no aguanta más. En América Latina hay países que no responden a la iniciativa del ALBA, hay movimientos que con sus características y diversidad deben ser atendidos de manera inmediata.

Lo que es realmente transformador es vivir, trabajar, pensar, proyectar la región o entrar en una etapa de caos o fracaso.

Si lo nacional no está puesto en la perspectiva del impulso de la integración regional, volveríamos a unos años atrás.

La integración, sin plantearla en términos regionales, podría llevar a las diferencias entre estos gobiernos y no en las coincidencias. Para eso tendríamos que trabajar en la convergencia y no a partir del conflicto, en las expresiones más radicales y moderadas de los gobiernos de izquierda de América Latina.

En los países latinoamericanos hay un alto porcent