Comuna 13, alterada por grupos armados ilegales

2006-08-15 00:00:00

Los pobladores de algunos barrios de la comuna 13 están preocupados. Grupos armados ilegales que aún no se identifican con claridad están ejerciendo dominio territorial en esta zona occidental de la ciudad y sus acciones han ocasionado varios muertos en lo que va corrido del año.

Los homicidios más recientes de los que se tenga información involucraron a Jorge Durán y Jonathan Sánchez, ambos de 19 años de edad, quienes fueron asesinados el pasado 2 de agosto, a las 12 del día y a 200 metros de un Centro de Atención Inmediata (CAI) de la Policía Nacional, en el barrio 20 de Julio.

El efecto de estos dos asesinatos fue inmediato. Varias familias decidieron sacar a sus hijos del barrio y llevarlos a vivir a otros sectores de la ciudad para evitar que los maten o los recluten. La gravedad de la situación demanda medidas urgentes para proteger la vida de los jóvenes.

“A mi sobrino lo estaban siguiendo el domingo, cuando iba a trabajar. Varios tipos estaban detrás de él, pero logró subirse al bus y se fue. Desde el lugar de trabajo llamó a la casa y le recomendaron que no subiera. Hoy lleva por lo menos quince días alejado de su familia, viviendo con otros tres muchachos que tuvieron que abandonar la comuna porque también estaban en riesgo”, narra una habitante del sector que solicitó la reserva de la fuente.

El éxodo de jóvenes tiene relación directa con el control territorial que vienen ejerciendo grupos armados ilegales sin identificar en algunos sectores de la comuna 13. “Ya no se puede pasar de las Independencias 1 y 2 a El Salado”, denuncian algunos habitantes. De hecho, el crimen de Jorge y Jonathan está relacionado con la trasgresión de estos muros imaginarios que tienden aquellos que ejercen el poder a través de la violencia.

“Esto aquí está muy raro. A unos los persiguen por serios, y a otros por que consumen drogas”, reitera otro habitante. Según la Alcaldía de Medellín, entre enero y junio de 2006 se han presentado 20 homicidios en la comuna 13. Pero la gente dice que son más.

Regreso al pasado
La comuna 13 de Medellín se dio a conocer durante la operación Orión, realizada en octubre de 2002, con el fin de recuperar esa vasta zona de la ciudad de las organizaciones insurgentes que hacían presencia allí.

Los 20 barrios que conforman esta comuna se habían convertido para esa época en un territorio de disputa entre facciones milicianas de las Farc, el Eln, los Cap, y las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), dejando decenas de muertos, aún si precisar, y ocasionando desplazamientos intraurbanos.

Con la Operación Orión, calificada en su momento como un exitoso modelo de “pacificación urbana”, tropas combinadas del Ejército y fuerzas especiales de la Policía recuperaron el territorio, establecieron allí bases militares y estaciones de policía. Luego, el espacio dejado por las milicias guerrilleras fue copado por las Auc, que entraron a ejercer autoridad en estos barrios. Allí hicieron presencia hombres de los bloques Cacique Nutibara y Héroes de Granada.

La situación comenzó a cambiar cuando ambos bloques se desmovilizaron; el Cacique Nutibara en noviembre de 2003 y el Héroes de Granada en agosto de 2005. La comunidad confió en los resultados de la operaciones militares y en las desmovilizaciones, pero en la actualidad esas confianzas se están perdiendo. “Cuando pasó la Operación Orión, veníamos trabajando en la articulación de la comuna con la ciudad, y lo hemos venido logrando. Pero nunca creíamos que se iba a volver a deteriorar de esta manera”, reconoce un poblador de la zona.

Los señalamientos
Diversos habitantes de la comuna 13 advierten que la actuación de algunos policías deja mucho que desear. “La gente ya no se atreve a denunciar lo que pasa en estos barrios porque algunos agentes, no todos, pero sí algunos, se encargan de señalar ante los grupos armados ilegales a quienes están informando de los hechos”, narra un poblador.

¿Y qué es lo que está pasando? Los habitantes cuentan que hombres de los grupos armados ilegales que se han reorganizado en el sector han hecho desocupar algunas casas para apropiarse de ellas, práctica que se hizo común antes y después de la Operación Orión; también hablan de reclutamiento de jóvenes, situación denunciada desde el año pasado por diversas organizaciones defensoras de derechos humanos; y advierten de la complicidad de algunos agentes de policía destacados en la zona con las bandas armadas.

“No son todos los agentes de policía, sino unos pocos”, aclara un habitante del 20 de Julio. “Ellos alcahuetean ciertas cosas y a nosotros nos duele mucho, porque la gente pedía la presencia del Estado en nuestras comunidades después de haber vivido situaciones de extrema violencia; y la autoridad llegó y dejó que estos grupitos hicieran robos, vendieran sus vicios, y ahora están organizados y por cualquier cosa están matando la gente”.

Además, algunos pobladores de la comuna 13, testigos del doble asesinato de los jóvenes Jorge y Jonathan acusan a los agentes que llegaron al sitio del crimen de negligencia, pues dejaron morir a los muchachos sin prestarles ayuda.

“Las personas que estaban en el lugar les rogaron a los los primeros policías que llegaron que auxiliaran a los muchachos, pero los miraron y dijeron “dejelos que se están muriendo”; cuentan en el sector. Pruebas fotográficas de uno de los jóvenes muertos dan cuenta de los golpes en la cabeza que se dio intentando pararse luego de ser baleado.

No hay claridad

Nadie se atreve a decir a qué organización armada ilegal pertenecen estos nuevos grupos armados ilegales. “Hay una revoltura de gente que uno no sabe cómo calificarlos”, dice un poblador.

Para el comandante de la estación de Policía del barrio El Corazón, coronel Jorge Morales Villamizar, “no son bandas organizadas, sino delincuentes comunes que se hacen pasar por organizaciones armadas”.

Por su parte, funcionarios de la Personería de Medellín aseguran que se trata de “la reactivación de grupos armados híbridos entre desmovilizados de los grupos de autodefensa y bandas delincuenciales”.

No obstante, el general Orlando Paéz, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, en reunión con diversos líderes de la comunidad de la comuna 13 realizada el pasado 10 de agosto, reconoció que el proceso de pacificación de la zona es un ejemplo a nivel nacional e internacional. “Hoy, la comunidad nacional e internacional los admira y felicita”, les dijo, emocionado, el oficial.

En el encuentro, realizado en la Institución Educativa Monseñor Perdomo, del barrio San Javier, el general Paéz invitó a la comunidad a denunciar a quienes les están haciendo daño. “Ni en este sector de la ciudad ni en ningún otro deben imperar los poderes de la extrema izquierda y la extrema derecha”, y anunció que su oficina esta abierta para atender cualquier denuncia, en especial si tiene que ver con los agentes de policía destacados en la zona.

Los pobladores que hoy sufren los embates de la violencia esperan no solo de la Policía sino de los órganos de control público que se les informe si hay procesos disciplinarios contra agentes de policía involucrados en algunas actividades ilícitas, como una muestra de que denunciar si vale la pena. Además, desean que la buena voluntad del general Páez se traduzca en hechos concretos y evite que la comuna 13 se convierta, de nuevo, en un escenario de guerra. La gente necesita una paz duradera.

- Agencia de Prensa IPC, Medellín, Colombia

www.ipc.org.co