Un paso adelante en la integración latinoamericana

Corolarios de la Cumbre del MERCOSUR en Argentina

2006-07-24 00:00:00

La tercera semana de julio – 20 y 21- se realizó en Córdoba, Argentina, la XXX Cumbre del Mercosur (Mercado Común del Sur). La integración como miembro activo de Venezuela y la participación como invitado especial en el evento de Fidel Castro acapararon los reflectores y la atención mediática. Córdoba vibró al son de la historia, del presente y del futuro.

La presencia de los presidentes de Argentina, Brasil Uruguay y Paraguay –todos miembros plenos-, junto con los de Chile y Bolivia – asociados - indicó en la mediterránea provincia del centro argentino que algo grande estaba sucediendo. Adicionalmente, la llegada del mandatario venezolano Hugo Chávez y del comandante Fidel Castro (quien firmó acuerdos de complementación económica), hizo explotar todos los cálculos sobre la trascendencia del evento.

Por algunos días Córdoba se convirtió en la capital de la integración continental. Y desde allí se lanzó una clara señal política hacia Washington. La mayoría de América del Sur aspira, trabaja y concretiza un nuevo tipo de comunidad que no acepta como verdad única – ni absoluta- la visión globalizante de los gobernantes norteamericanos.

Una vez más, como sucediera en noviembre del 2005 en la Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata, Argentina se convirtió en el anfiteatro de la reflexión sobre otra América Latina posible. Que reconoce la necesidad de una integración activa y solidaria, y que rechaza la lógica impositiva del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) aplicada por los gobernantes norteamericanos y aceptada disciplinadamente por sus principales aliados en la región, entre ellos algunos países centroamericanos, Colombia y Perú.

Fidel y Chávez se robaron el show

Llegaron y concentraron toda la atención. Era la primera vez que los dos dirigentes aterrizaban en Córdoba y su presencia de algo más de dos días constituyó una maratón de sorpresas. Participaron en las negociaciones del Mercosur; animaron la Cumbre paralela de los Pueblos; acapararon la atención informativa…Y, como cierre de este victorioso periplo por tierras serranas, visitaron juntos en Alta Gracia, a unos 40 kilómetros de la capital cordobesa, la casa donde vivió Ernesto Che Guevara entre los 4 y los 16 años.

Una señal hacia al pasado, a los valores históricos, a la imagen del combatiente argentino-cubano, a su pensamiento internacionalista de una forma diferente de integración, en la lucha, de los pueblos latinoamericanos y del mundo.

La visita a la casa-museo en Alta Gracia significó el cierre de una serie de movilizaciones populares, casi espontáneas, que entornaron a la Cumbre oficial. Promovidas, especialmente, por organizaciones juveniles, tanto de la izquierda tradicional como del peronismo progresista así como de organizaciones allegadas al presidente Néstor Kirchner.

Avances concretos

El encuentro de los presidentes latinoamericanos no fue meramente formal. Se suscribió un comunicado conjunto que incluye 43 puntos. Se dieron pasos concretos, se refrendaron acuerdos que van forjando otro tipo de integración continental e incluso se confirmó la constitución del parlamento del Mercosur para antes del 31 de diciembre del año en curso.

El periódico argentino Página 12, en su edición del lunes 24 de julio, retomaba fuentes de la cancillería argentina que se mostraban particularmente optimistas. “La Cumbre fue muy buena porque más allá de las señales políticas se firmaron cosas concretas: se adelantó en el código aduanero, en la liberalización de los servicios, en compras gubernamentales, en el gasoducto”.

Para esa misma fuente si bien “la foto principal del encuentro del Mercosur de Córdoba muestra un bloque dinámico y más homogeneizado hacia la izquierda, el avance de la región se puede medir también en términos palpables, más allá de las lecturas políticas.”

“Que ya se hable de un Bono del Sur y de un Banco del Sur no como meras expresiones de deseo sino como proyectos con fecha de salida, en la cancillería argentina es entendido como un salto cualitativo espectacular”, subrayaba Página 12. Quien acota que en igual sentido se puede hablar del gasoducto continental que propone construirse a partir de Venezuela. “Pasó de ser una idea quimérica a conseguir tres nuevos adherentes.”

En el mensaje de clausura, “emotivo y sincero” -tal como lo catalogan diversos medios de prensa regionales-, el presidente brasilero Luiz Inácio Lula da Silva, que asume la presidencia del organismo para el próximo semestre, reconoció que las relaciones entre su país y Argentina, “pasan por su mejor momento.”

Afirmación que, sin embargo, no omite la necesidad de ambos países de profundizar una mirada autocrítica con respecto al concepto mismo de la integración en marcha. Escuchar a los países “pequeños” de la región, como Uruguay o Paraguay, para que sus reivindicaciones y expectativas sean tenidas en cuenta. En ese sentido, la Cumbre de Córdoba también fue un punto de partida para esta autocrítica en los hechos. Se definió que en uno o dos meses los “chicos” presenten una lista de los principales problemas que encuentran en este camino de integración, para comenzar a analizarlos y evitar así tensiones innecesarias.

Un nuevo paso, importante, diferente, realista. Cerrándole la boca a los que condenaban anticipadamente al Mercosur a la muerte. “Quien quiera hablar del ALCA, debe hablar primero del Mercosur”, enfatizó entusiasta Lula. En tanto Chávez, todavía más eufórico, vaticinó “que otro Mercosur acaba de nacer…el ALCA está muerto.”

- Sergio Ferrari. Colaboración de E-CHANGER ONG de cooperación solidaria