REMTE y Marcha Mundial de las Mujeres presentes en el II Foro Social de la Triple Frontera
REMTE y Marcha Mundial de las Mujeres presentes en el II Foro Social de la Triple Frontera
Vivimos un momento de intenso debate entre los movimientos
sociales sobre alternativas de integración para nuestro continente,
que tiene hoy condiciones concretas para la superación del
neoliberalismo. La construcción de un proyecto alternativo de
integración desde nuestros pueblos es una herramienta para hacer
avanzar nuestra lucha antiimperialista.
En la resistencia a las políticas neoliberales, las mujeres hemos
denunciado la super-explotación de nuestro trabajo y la
precarización a que estamos sometidas para garantizar las
ganancias de las transnacionales; el incremento de la violencia
contra las mujeres vinculada a la presencia militar en nuestros
territorios; la privatización y saqueo de nuestras riquezas
naturales; y el intento del libre comercio de controlar nuestra vida,
nuestra economía y nuestros conocimientos.
Las mujeres tenemos el reto de garantizar la perspectiva feminista
en el debate de integración. Para consolidar las primeras
convergencias en el tema, se realizará en diciembre en Bolivia la
Cumbre Social por la Integración de los Pueblos. Las mujeres
estamos en el proceso preparatorio a la Cumbre visibilizando
nuestras luchas para que se exprese en las propuestas comunes
de los movimientos el compromiso con la igualdad entre mujeres y
hombres. Un proyecto alternativo de integración debe constituirse
en una visión integral que rompa con jerarquías y desigualdades
estructurantes de la sociedad capitalista y patriarcal.
Por una integración generadora de igualdad
La sostenibilidad de la vida humana
La división sexual del trabajo define y jerarquiza los trabajos de los
hombres y los de las mujeres, ocultando una grande cantidad de
trabajo de las mujeres en la reproducción social. Sin embargo, esa
división también estructura el trabajo productivo, en el cual a las
mujeres se destinan los empleos más precarios, sin derechos y
las más bajas remuneraciones. Así, la división sexual del trabajo
organiza el trabajo, la producción y la distribución de recursos,
constituyendo la base material de opresión de las mujeres. Es
fundamental para un proceso de integración generador de igualdad
el rompimiento con esa lógica y la búsqueda del equilibrio entre la
producción y reproducción. Por eso el tema del trabajo y la
garantía de empleo con derechos son centrales en este momento.
La sostenibilidad ecológica
Las patentes y la privatización de nuestra biodiversidad son
instrumentos de control. En oposición a ese paradigma las
mujeres afirmamos que la naturaleza es una riqueza pública
compartida entre los pueblos. En los sectores populares y en el
mundo rural, las mujeres son las principales responsables del
abastecimiento del agua, recorriendo a menudo largas distancias
para traer el agua a sus comunidades. Afirmamos el acceso al
agua como un derecho y no una mercancía controlada por las
corporaciones transnacionales.
El carácter público del Estado
El neoliberalismo ha desmantelado nuestros Estados a través de
las privatizaciones de los servicios básicos, como salud,
educación y transportes. Las mujeres son consideradas
responsables de cuidar del bienestar de la familia y la comunidad y
por eso la destrucción de esos servicios recaen sobre las mujeres,
sobrecargándolas con este trabajo. La reproducción social debe
ser encarada de manera política con responsabilidad colectiva de
las comunidades y el Estado. Recuperar el carácter público del
Estado es plantear una gestión transparente, con participación
popular y reconocerlo como garantizador de derechos.
Soberanía y autonomía
La defensa de la soberanía de los pueblos y nuestros países pasa
por la lucha contra las bases militares norteamericanas que
pretenden controlar nuestros territorios y recursos naturales, y por
garantizar la soberanía alimentaria. Las mujeres desarrollan un
importante rol en la defensa de la soberanía alimentaria y de las
semillas como patrimonio de la humanidad. La soberanía
alimentaria es un derecho colectivo, que prioriza la producción
local para la alimentación de la población y requiere la garantía del
acceso a la tierra, al agua y al crédito. La autonomía económica
de las mujeres y la libertad de nuestros cuerpos y nuestras vidas
también es parte de la lucha por la soberanía de los pueblos. La
integración que queremos construir respeta y garantiza el derecho
de las mujeres de vivir nuestra sexualidad y una vida sin violencia.
Para construir otro paradigma debemos romper con el patrón de
consumo que el neoliberalismo nos ha impuesto. Bajo el modelo
actual, se quiere atrapar nuestra esperanza de felicidad en el
consumo de productos. La industria de los cosméticos, de los
medicamentos, de la comida rápida y de los agroquímicos alcanza
crecientes ganancias mientras se profundiza la exclusión, la
desigualdad y la destrucción de la naturaleza. Nuestro proyecto de
integración debe fundarse en la construcción de nuevos valores,
basados en la solidaridad y en nuestras luchas por la ruptura
radical con las lógicas combinadas de mercantilización,
privatización y militarización.
¡Cambiemos el mundo! ¡Cambiemos la vida de las mujeres!
La Marcha Mundial de las Mujeres es una acción global de lucha
feminista, organizada en coordinaciones nacionales y articulada
por grupos de base en más de 50 países y territorios. Marchamos
para cambiar el mundo y cambiar la vida de las mujeres en un solo
movimiento. Nos impulsa la necesidad de desmantelar el sistema
machista y capitalista que justifica la violencia y la explotación, la
exclusión y la miseria en que vive la inmensa mayoría de las
mujeres en el planeta. El feminismo es una manera de pensar, un
movimiento social, una alternativa y otra perspectiva para entender
y transformar la realidad.
http://www.marchamundialdelasmujeres.org
La Red Latinoamericana Mujeres Transformando la Economía
(REMTE) se constituyó con el objetivo de contribuir a la
apropiación crítica de la economía por parte de las mujeres, a
través de la generación de ideas, debates, acciones e iniciativas
políticas. Nos planteamos transformar la economía en la dimensión
del conocimiento y pensamiento económicos, que tienden a
invisibilizar a las mujeres y sus aportes; la de las relaciones
económicas, cuyos rasgos de género están presentes en todos
los niveles; la de los roles de las mujeres, marcados por la
desigualdad y la discriminación; la de las decisiones, reclamando
nuestros derechos a intervenir directamente en ellas.
http://www.movimientos.org/remte
- Este texto ha sido preparado por la Marcha Mundial de las
Mujeres y REMTE con ocasión del II Foro Social de la Triple
Frontera que se lleva a cabo en Ciudad del Este, Paraguay, del 21,
22 y 23 de julio de 2006.