3er día del IV Congreso del MST
Por un Brasil sin latifundio
En su tercer día de actividades, el IV Congreso del MST dedicó las horas de la
mañana al tema "los objetivos estratégicos de la agricultura y el proyecto de
las elites", teniendo como expositores al profesor Horacio Martins, Frei Sergio
Gorgen y Roberto Baggio, miembro de la dirección nacional del MST.
Horacio Martins inició su intervención señalando que Brasil históricamente se
subordinó al capital extranjero, por lo que exportó siempre sus riquezas y
redujo el espacio de la pequeña producción. A partir de la década del 70,
explicó, la concentración de la tierra se incrementó a pesar de toda la lucha
por la tierra que tuvo lugar en ese lapso. De 1992 a 1998, se conquistaron 16
millones de Has., pero en el mismo período el latifundio creció en más de 80
millones de Has., con la particularidad que la tierra se fue concentrando en
manos de banqueros e industriales, que quieren la tierra para tener el monopolio
de la selva tropical, madera y agua dulce. Sin embargo, acotó, nada de ello es
una novedad en el país. La "novedad" del momento son los transgénicos, que
también representan la subordinación al capital extranjero, reforzando la
tendencia concentradora y excluyente. Martins afirmó que el desafío ahora pasa
por la unidad entre los trabajadores, la lucha por la limitación de la propiedad
de la tierra y la exigencia de la moratoria de la deuda externa.
En su alocución, Frei Sergio habló sobre los modelos de tecnología en la
historia de la agricultura, pasando por la revolución verde, que comenzó en la
década del 50, con el uso intensivo de químicos y la mecanización pesada, hasta
llegar a la biotecnología o transgénica. De acuerdo a Frei Sergio, este es el
nuevo modelo sofisticado de dominación en la producción agrícola pues se basa en
el monopolio de las semillas, sin que haya espacio para los pequeños
productores, como tampoco para la reforma agraria.
Para Frei Sergio, el gobierno de Fernando Henrique Cardoso ha optado de lleno
por este modelo pero en vista de que considera que hay todavía mucha gente en el
campo y teme una migración masiva, su implementación no se ha dado de un solo
tajo. También explicó que los alimentos genéticamente modificados son
considerados invenciones, o sea, propiedad privada de la empresa que los
produce, y, por tanto, todos los que la utilizan deben pagar a la empresa que
controla la semilla. No obstante, señaló, últimamente en el mundo se han
registrado algunas victorias significativas contra los transgénicos, como la
quema de los almásigos de semillas Monsanto en India y en Brasil, en Rio Grande
do Sul.
La respuesta del MST ante el modelo de las elites fue el tema de la exposición
de Roberto Baggio. Entre otros puntos, anotó, está la lucha por la reforma
agraria y por el límite a la propiedad privada de la tierra en el Brasil pues
ésa es la base del latifundio. Dijo que en el proyecto de las elites no existe
lugar para el pueblo y que, ante eso, cabe a los trabajadores y trabajadoras del
campo construir el proyecto popular del campo.
En la jornada de la tarde, se hicieron presentes el profesor Plinio de Arruda
Sampaio, el juez Fernando Tourinho Neto y Mons. Tomás Balduíno para hablar de un
Brasil sin latifundio.
Qué es el latifundio y quién es el latifundista fueron las dos cuestiones que el
profesor Plinio planteó para iniciar su exposición. Para entenderlos, dijo, es
preciso que se mire hacia el poder político, no solo en términos de la
concentración de la tierra y de la renta, pues el latifundio es un sistema de
poder cuyas consecuencias son la explotación del trabajador rural y el
mantenimiento de las oligarquías locales y estaduales. En su opinión, el IV
Congreso del MST es como un sol que aclara el Brasil del futuro, un paso
importante para el quiebre del latifundio.
El juez Tourinho Neto presentó su apoyo al MST, hablando sobre la dura realidad
del trabajador y trabajadora del campo brasileño, por la opresión que sufren
como resultado de la concentración de la renta. Recordó las palabras del Papa
Paulo VI de que la tierra fue dada para todos y no solo para los ricos. El solo
hecho de que un juez participe en el congreso demuestra que es un movimiento
legítimo, como él mismo destacó.
Mons Tomás Balduino expuso el punto de vista de la Iglesia Católica respecto del
latifundio. Inició con una frase del profeta Isaías: "¡Ay de los que juntan
casa a casa, y añaden heredad hasta ocuparlo todo!". La doctrina social de la
Iglesia condena el latifundio como escandaloso e ilegítimo pues ofende los
designios de Dios por ser responsable de las diferencias sociales. Ningún
hombre tiene derecho a poseer más de lo necesario para vivir mientras otros
pasan necesidades. En la extrema necesidad, es legítimo que las riquezas sean
dividas, dijo Balduino, citando a Santo Tomás de Aquino. Finalmente destacó la
importancia de la campaña que busca establecer un límite a la propiedad de la
tierra para el futuro de la reforma agraria.