Frente al cierre de negociaciones sobre el TLC con los EE.UU.

2006-06-16 00:00:00

Ante el proceso de cierre de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos por parte del Perú, y dentro de nuestra misión de pastores, vemos muy importante manifestar lo siguiente:

Como decían obispos peruanos junto con otros obispos de la región andina, “Nuestra visión pastoral, que se inspira en el Evangelio y la Enseñanza Social de la Iglesia, sostiene que la persona humana debe estar en el centro de toda actividad económica. En un mundo cada vez más interdependiente, es imperativo humanizar la globalización económica globalizando la solidaridad entre las personas y los pueblos. De lo contrario, como señala el Papa Juan Pablo II, “si no hay esperanza para los pobres, no habrá esperanza para nadie, ni para los llamados ricos” (Pastores Gregis, 67). En efecto, “si la globalización se rige por las meras leyes del mercado aplicadas según las conveniencias de los poderosos, lleva a consecuencias negativas” (Ecclesia in América, 20)”(1) .

En nuestro análisis de la situación tenemos muy en cuenta la realidad de pobreza y exclusión que afecta a millones de peruanos y peruanas, la baja calidad de los empleos para más de la mitad de la Población Económicamente Activa (PEA) del país. Vemos el libre mercado como “una institución socialmente importante por su capacidad de garantizar resultados eficientes en la producción de bienes y servicios (...) pero el libre mercado no puede juzgarse prescindiendo de los fines que persigue y de los valores que transmite a nivel social”(2) .

Analizando los resultados de las negociaciones de acuerdo con la información disponible siguen en pié nuestras preocupaciones por la situación de las personas más empobrecidas y excluidas del país entre otros en los temas del agro en que permanecerán los subsidios a los grandes agronegocios en los EEUU y desprotección a agricultores nacionales sin franjas de precios ni plazos de desgravación suficientes. La temática de la propiedad intelectual muy especialmente en el tema de medicinas y datos de prueba que afectarán el acceso a medicinas por las mayorías. No están claras las normas eficaces que protegerán la calidad del empleo como tampoco las normas que protegerán el medio ambiente para promover un auténtico desarrollo sustentable.

Por otro lado se ha planteado la necesidad de una agenda interna que no sólo mitigue los previsibles efectos negativos sino que se proyecte a una agenda de desarrollo nacional incluyente, pero hay muy poco avanzado al respecto.

Nos preocupa que se esté avanzando tan rápido sin una suficiente información y participación ciudadana. Por ello es que pedimos se amplíen aún más los plazos para la firma del TLC por los negociadores para permitir un proceso participativo e inclusivo de diálogo nacional antes de su presentación a los Congresos respectivos. Un TLC que no sea verdaderamente equitativo no debería firmarse.

Paralelamente vemos la urgencia de establecer una mesa de diálogo interministerial y con participación de la sociedad civil para prever las medidas necesarias frente a este tratado y evitar lo más posible las consecuencias negativas que se han experimentado en otros países.

En la Encíclica Populorum Progressio el Papa Paulo VI nos recuerda la necesidad de igualdad de oportunidades entre quienes participan de contratos de comercio internacional...”el consentimiento de las partes, si están en situaciones demasiado desiguales, no basta para garantizar la justicia del contrato y la regla del libre consentimiento queda subordinada a las exigencias del derecho natural”(3) .

Reafirmamos que el indicador moral de cualquier TLC debería ser cómo se logra un efecto positivo en la vida y dignidad de las familias y de los trabajadores y trabajadoras pobres y vulnerables, cuya voz dentro de este proceso debería recibir una atención especial.

Lima, 19 de abril de 2006

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(1) Obispos de la región andina, “Declaración de la delegación de obispos de los países andinos sobre el Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos y los países andinos”, febrero 2005.

(2) Pontificio Consejo Justicia y paz: Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Ciudad del Vaticano, Libro Ed Vat 2005 No.s 347 y 348, citado por Monseñor Strotmann, Norberto en “Teología y Pensamiento social 3”, Colección Teología Pastoral, Diócesis de Chosica, 2005.

(3) Paulo VI: Carta Encíclica Populorum Progressio (Roma, 26.03.67), num.61, citada por Mons. Strotmann, Norberto, O.cit, pág 255.