Pueblo indígena Inkal Awá - 001
–Departamento de Nariño, Colombia-
Predio el Verde, Nariño
El pueblo indígena Inkal-Awá reunido y en manifestación pacífica con motivo de la cumbre nacional de movimientos sociales e indígenas manifiesta a la opinión pública nacional e internacional lo siguiente:
Desde el día de hoy, 15 de mayo de 2006, nos encontramos congregados más de 3.000 indígenas Inkal-Awá provenientes de 36 resguardos localizados en los municipios de Tumaco, Samaniego, Barbacoas, Ricaurte y Roberto Payán, departamento de Nariño, en El Predio el Verde, Corregimiento El Diviso –Municipio de Barbacoas- y en El Palmar –Municipio de Ricaurte-, bajo el lema “UNIDOS POR LA VIDA Y EL TERRITORIO INKAL AWÁ”.
Esta manifestación pacífica es una acción más dentro de nuestro proceso histórico de resistencia frente a los abusos que se cometieron y aún se siguen cometiendo sobre nuestro territorio, nuestra integridad y nuestra cultura indígena.
Las principales razones que nos invitan a esta manifestación son:
La imposición de un modelo económico global que magnifica la acumulación de riquezas y recursos en manos de la gran empresa privada y las corporaciones multinacionales, aumentando la inequidad y la injusticia con las comunidades de base en general y, a su vez, es la primera causa del conflicto social y armado en Colombia. La puesta en práctica de este modelo económico ha tenido y tendrá profundas consecuencias sociales, humanas, culturales y ambientales para Colombia y el resto del mundo. Existe amplia evidencia de la existencia de un proyecto nacional que se articula dentro de un programa internacional desde lo político, lo social, lo económico y lo cultural, el cual responde a intereses transnacionales y atenta contra los derechos fundamentales del pueblo colombiano. Esta estrategia sistemática e integral, utiliza el homicidio y la intimidación con el propósito de destruir el liderazgo de los movimientos y organizaciones sociales y populares en Colombia. Los movimientos sociales y sus líderes están siendo criminalizados y falsamente estigmatizados como colaboradores de los grupos armados ilegales. Igualmente organismos y organizaciones de solidaridad internacional están siendo tratados de la misma manera. Los movimientos populares de Colombia y sus líderes representan y expresan propuestas y proyectos creativos, valientes, diversos y viables para lograr la paz y la consecuente transformación de la sociedad. En consecuencia, representan alternativas indispensables para la reconstrucción del país por vías no violentas. El narcotráfico es una consecuencia del proceso histórico de agresión contra el pueblo colombiano y no la causa de la crisis que vive este país, como pretende presentarse en las versiones oficiales y en los medios de comunicación de masas. El Plan Colombia y su extensión, la Iniciativa Regional Andina, son estrategias diseñadas para difundir la explotación económica y humana del modelo dominante, utilizando como excusa la llamada “Guerra contra las Drogas”, a través de la cual se pretende extender, con el liderazgo y respaldo de los Estados Unidos, la intervención de intereses corporativos a todo el continente, contrariando los intereses y las necesidades de las comunidades de base. La fumigación con el químico glifosato es la muerte física y cultural para nuestros pueblos y para nuestros territorios: Con la fumigación se violan nuestros derechos al territorio, a mantener y practicar nuestra cultura, nuestros derechos como seres humanos: la vida, la salud, la dignidad, la libertad, la justicia, la equidad. Está en peligro nuestra existencia como pueblo Inkal Awá y de otros hermanos indígenas, campesinos y afrodescendientes.
Por estas razones el Pueblo Inkal Awá rechaza:
La firma del TLC y el modelo económico del ALCA. La reforma de la Constitución Política de 1991 y la afectación sobre los derechos fundamentales de los colombianos en general y de los derechos especiales de indígenas y afrodescendientes en particular. La política de seguridad democrática y el aumento constante de actores armados legales e ilegales fuertemente armados en nuestro territorio ancestral, la militarización de las vías terrestres y fluviales de acceso y el aumento de tensión y competencia por el territorio, los cuales resultan en la cada vez más frecuente violación de los Derechos Humanos de nuestras familias. La priorización de la inversión del gobierno en el gasto militar, marginando la inversión social integral y acorde a las necesidades e intereses de las comunidades de base. La invasión, usurpación y apropiación de nuestros territorios ancestrales y el desconocimiento de la autonomía que ostentamos los pueblos indígenas dentro de nuestros territorios, lo cual está consagrado en los artículos 246, 286 y 287 y 330 de la Constitución Política de Colombia. La implementación de megaproyectos dentro de nuestro resguardos indígenas o que afecten la realización de nuestro Plan de Vida. El desconocimiento del derecho de los pueblos indígenas y tribales a construir un desarrollo propio (Convenio 169/89 OIT, Art. 7) y a ser consultados sobre el futuro de proyectos sociales, de infraestructura, ambientales y demás que puedan afectar la calidad de vida de sus comunidades (Convenio 169/89 OIT, Art. 6 y 15). Las amenazas, los asesinatos selectivos, las masacres, los señalamientos, las capturas ilegales, las detenciones masivas, las desapariciones forzadas, el desplazamiento gota a gota y masivo, el confinamiento, el reclutamiento forzado de niños y jóvenes, la violación de mujeres, los maltratos físicos y psicológicos de nuestros compañeros, los hostigamientos a la población civil, la destrucción de nuestras viviendas y cultivos alimenticios, el robo de nuestros animales domésticos y el saqueo de nuestros hogares, las restricciones ilegales a nuestra libre movilidad, y demás violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario que sufrimos actualmente los indígenas Awá. La implicación al conflicto armado de compañeros indígenas muertos en dudosas circunstancias por la fuerza pública, mediante el cambio premeditado de sus ropas tradicionales por uniformes camuflados, violando así la dignidad y seguridad de sus familias y de la propia víctima. El irrespeto por parte de la fuerza pública de la posición de neutralidad activa de nuestro pueblo indígena Inkal Awá, que defiende la autonomía al margen del conflicto armado del país. Las fumigaciones masivas con el químico glifosato, el cual no solo se esparce sobre los cultivos de uso ilícito, sino que igualmente afecta los cultivos alimenticios, la composición de la selva, la vida de animales y plantas y la calidad del agua y los suelos. Esta situación genera enfermedades gastrointestinales, cutáneas y respiratorias, especialmente entre mujeres y niños, afectando de manera ilegal la salud pública y la calidad de vida de las comunidades. Esta grave situación es acentuada por las enormes deficiencias en la prestación del servicio de salud a las poblaciones rurales de la región. Así mismo, el deterioro de la naturaleza, por siglos conservada gracias al uso sostenible que históricamente le hemos dado, afecta la irreemplazable biodiversidad de la región, así como nuestros usos y costumbres, ya que somos obligados a suplir la escasez de alimentos saliendo de nuestras comunidades y forzándonos al trabajo de jornaleo y en algunos casos vincularnos al negocio de los cultivos de uso ilícito.
La ausencia de programas integrales de vida propiciados por el Estado colombiano para ofrecer caminos realistas a corto, mediano y largo plazo a las comunidades vulnerables y vulneradas por el conflicto armado y sus efectos asociados.
Nuestro pueblo Inkal-Awá reitera la necesidad de que nuestros territorios ancestrales sean finalmente reconocidos como territorios de paz, convivencia y negociación y nos permitan mantener una vida digna a partir de la autonomía que nos otorga la historia y nos reivindica la Constitución Política de Colombia.
Por último, para el pueblo indígena Inkal-Awá es de vital importancia informar a la opinión pública nacional e internacional que la movilización “UNIDOS POR LA VIDA Y EL TERRITORIO INKAL AWÁ” que estamos adelantando, la hacemos con plena independencia y autonomía de cualquier grupo armado. Ésta es una invitación por la VIDA, la PAZ y la DIGNIDAD de todos los colombianos, porque nosotros, al igual que todos ustedes, también somos colombianos.
Invitamos a los colombianos y colombianas y a la Comunidad Internacional a fortalecer los lazos de solidaridad con quienes sentimos la necesidad de impulsar una verdadera y justa transformación de Colombia para juntos materializar nuestro sueño por la paz y la tranquilidad.