La lucha para descarrillar la OMC

OMC... Una organización multilateral?

2006-05-03 00:00:00

De la Conferencia Ministerial de la OMC (Organización Mundial del Comercio) en Hong Kong, en diciembre de 2005, no salió ningún grande resultado concreto, sino un calendario apretado de negociaciones y la pretensión de finalizar la actual ronda de negociaciones, dicha Ronda de ‘desarrollo’ de Doha.

Después de dos conferencias ministeriales fallidas – Seattle (1999) u Cancún (2003) – una tercera reunión fallida, sin declaración final, podría haber puesto en risco el futuro institucional de la Organización. Los esfuerzos en esa ultima reunión visaban obtener lo que finalmente se obtuvo: un acuerdo mínimo, pero que ha dado un nuevo aliento a las negociaciones de servicios, acceso a los mercado no agrícolas (NAMA) y agricultura.

El clube de amigos de Lamy

La OMC es presentada como un órgano multilateral que funciona por consenso. Por lo tanto, sería una instancia más democrática para negociar acuerdos de libre comercio que, por ejemplo, las negociaciones bilaterales. Esa afirmación tiene cada vez menos validad. La Conferencia de Hong Kong, conforme han declarado varios negociadores, se desarrolló por medio de la “green room” (sala verde). En otras palabras, una pequeña mesa de negociación entre países invitados, sin que los que no fueron invitados supieran formalmente. Son en esos encuentros que se ‘avanza’ en la agenda corporativa de la OMC.

Ese proceso cerrado ha demostrado ser la nueva regla de la OMC. Después de diciembre ocurrieron reuniones decisivas, las llamadas mini-ministeriales (solo para invitados) en Davos y Londres, y conversas informales sobre asuntos que comprometen los más de 150 países que participan.

En Rio de Janeiro, por ejemplo, en fines de marzo, se encontraron el representante comercial de los Estados Unidos, Robert Portman, el comisario para el comercio de la Unión Europea, Peter Mandelson, el canciller brasileño Celso Amorim, y el director general de la OMC, Pascal Lamy, para intentar llegar a ‘soluciones’ para concluir a Ronda de Doha.

Frente a esa nueva situación, Venezuela y Cuba fueron los únicos países a presentar restricciones sobre la falta de transparencia del proceso. Pero, además de ellos, presentaron formalmente restricciones varios Estados que están quedándose a margen del proceso, como los países africanos, y eso hace con que la OMC pierda legitimidad.

Las conversas siguen...

En ese escenario, ocurrieron avances en la agricultura y ‘acceso a mercados para productos no agrícola’ (NAMA). Los debates en esos temas ocurren alrededor de simulaciones para evaluar impactos de posibles cortes de tarifas, principales instrumentos de ‘protección’ de mercados nacionales y largamente utilizadas por los EUA y UE para garantizar sus negocios. Lo que se discute son las formulas matemáticas que deben ser aplicadas para la reducción de tarifas y subsidios. En el sector de servicios han sido presentadas demandas plurilaterales, lo que significa que un grupo de países demanda la apertura de sectores del mercado a un país, segundo sus intereses. Esa forma de negociación hace un cartel con las demandas, pues gran parte de los demandantes son grupos de países dichos desarrollados. De otro lado, las negociaciones bilaterales de ofertas y demandas en servicios no acabaron, y los dos procesos ocurren paralelamente.

Brasil es un actor clave en esa historia. De un lado, históricamente el Itamaraty ha preferido y prefiere negociar acuerdos comerciales en instancias multilaterales. De otro, el gobierno Lula ha ayudado a frenar las negociaciones del ALCA y entre la Unión Europea y el MERCOSUR, y no quiere salir de esa ronda de la OMC con relaciones desgastadas con las superpotencias impulsoras del libre comercio.

En año electoral, el gobierno brasileño necesita demostrar su compromiso frente a los intereses transnacionales y de las elites brasileñas. Eso significa una presión creciente del agronegocio para que Brasil obtenga ‘ganancias’ para la grande agricultura de exportación en la OMC. Para conquistar partes del mercado para sus productos, el agronegocio demanda que el gobierno haga concesiones en las negociaciones de NAMA y servicios, lo que comprometería la industria existente, las posibilidades de desarrollar más el parque industrial brasileño y los servicios públicos.

¡Nuestra acción es urgente!
Entre el 29 de abril y el 3 de mayo ocurrirá en Genebra una nueva reunión mini-ministerial. Allá, aproximadamente 30 países favorables a dar continuidad a las negociaciones van a intentar cerrar acuerdos para poder tener las modalidades prontas para el Consejo General de mayo o, en el límite, en el Consejo General de julio.

Es preciso actuar ahora. La presión de los movimientos sociales fue clave para frenar el ALCA y descarrillar la OMC en Seattle y Cancún. Debemos presionar nuestros representantes para que no acepten participar de una mesa de negociación para la cual pocos son invitados, legitimando un proceso en el cual se negocia el futuro de los pueblos. Brasil, por ejemplo, está aceptando participar de reuniones en las cuales ni todos sus aliados del MERCOSUR, como Venezuela, son invitados.

La presión de las transnacionales es lo que está por tras de todas esas negociaciones. Es necesario que en ese tiempo curto que impone el calendario de negociaciones, hagamos nuestra propia presión: En las calles.

Boletín de la Red Latinoamericana Mujeres Transformando la Economía (REMTE)

http://www.sof.org.br/remte/abr2006.htm