COPINH ante pretensión de construir la Represa Hidroeléctrica el Tigre
El COPINH ante la reiterada pretensión de construir la Represa Hidroeléctrica el Tigre en la zona fronteriza de Honduras y El Salvador nos pronunciamos:
1.- Son ya mas 10 años de que nuestra organización y las comunidades fronterizas hemos luchado de manera razonada, legitima y fundamentada para que no se construya la Represa Hidroeléctrica el Tigre, proyecto dañino en términos sociales pues desplazará y afectará directa e indirectamente a unas 20 mil personas que han pasado en traumas humanos, en marginación, bajo conflictos de desplazamientos y guerras; en términos ecológicos estos cerca de 70 kilómetros cuadrados de embalse destruirán el hábitat de las comunidades ribereñas de Honduras y además el mismo embalse será un testimonio de una destrucción ambiental sin precedentes que entre otros, su impacto será la inhabilitación de la misma represa en un par de décadas por los altos niveles de sedimentación acumulada por toda la zona salvadoreña depredada, por los ríos afluentes del Lempa que arrastran todas las aguas residuales, hervidas, contaminadas de heces y químicos de una población de 3 millones de habitantes salvadoreños, residuos que se acumularán en el embalse que precisamente inundará mas de un 60 % de territorio Hondureño. En términos económicos, implicará la perdida de importantes patrimonios económicos de miles y miles de familias no solo hondureña sino salvadoreña; significará dependencia no solo económica de los sectores empresariales salvadoreños, trasnacionales y organismos financieros sino que también dependencia política que va desde el tema de la seguridad y soberanía nacional hasta la violación de nuestra constitución y convenios internacionales como el 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas, representará deuda externa innecesaria, la explotación de los recursos hondureños para el beneficio y engrosamiento de las grandes ganancias de los financiadores y de los inversionistas de este megaproyecto, que claramente encaminan el mismo al proceso de privatización no solo de las cuencas, afluentes, ríos y zonas impactadas sino también a la privatización de la energía hidroeléctrica; en términos culturales, representa la destrucción de los tejidos comunitarios de descendientes Lencas, de sus formas de vida, de sus patrimonios culturales de generaciones.
2- Es imperativo la reflexión, el debate el dialogo y la participación real de las comunidades que nunca han sido consultadas de manera oficial, a pesar que las comunidades fronterizas han tenido la capacidad de desarrollar procesos de consulta popular, como plebiscitos, asambleas, manifestaciones, cabildos abiertos, procesos de información, educación y debate popular, procesos que han concluido en la definida oposición a la construcción de este proyecto que no es Hondureño.
3- Es fundamental además, dejar claro ante la opinión publica que diferimos de los conceptos de desarrollo e integración que tanto se habla de manera oficial y desde los sectores poderosos interesados en obtener este proyecto como su pastel del momento; pues no es lo mismo para nosotros, por que cuando para ellos desarrollo significa la destrucción de los sistemas y cadenas ambientales únicas y de importancia crucial para la vida humana, el desplazamiento de miles de personas, el empleo de mano de obra barata y explotada que además se convierte en temporal, y hacer megaproyectos que desde la prefactibilidad se demuestra que no será efectivo, duradero, viable ni para una par de décadas y que solo quedará una gigantesco embalse sin función, mas que como acumulador de contaminación sin operancia; para nosotros el desarrollo significa el poder alcanzar el equilibrio entre las actividades y necesidades humanas y los pocos recursos naturales valiosos que poseemos, que el centro sea el ser humano y no las ganancias económicas concentradas; en el caso particular de la generación de energía que sea a través de la construcción de microrepresas, que sean estatales, de beneficio para las comunidades hondureñas, con el mas mínimo impacto ambiental, que sea para la generación de energía publica, que no sea para cubrir los intereses de sectores económicos poderosos que después de ser beneficiados con las ganancias por la energía térmica ahora quieren la energía hidroeléctrica, el desarrollo para nosotros es el agua que producen nuestros bosques y la enorme diversidad de usos y beneficios que se producen, las cordilleras naturales, los refugios de vida, las riquezas de suelos, todo ello permitiendo el establecimiento de patrimonios económicos a miles de familias de manera sólida, permanente y segura, desarrollo es el respeto a las decisiones de las colectividades y sus derechos humanos, ambientales e históricos.
La integración no debe ser entendida como la coinversión de los capitales dominantes en Centroamérica, la integración debe de ser de los pueblos, como la que estamos construyendo y hemos mantenido el pueblo Hondureño y Salvadoreño, a pesar de las enormes dificultades y los desafíos que solo las comunidades han sido capaces de superar, en este sentido nuestra integración es verdadera y democrática, unionista y popular cuando estamos como comunidades hondureñas y salvadoreñas luchando contra la construcción de un megaproyectos nefasto que solo beneficiará como siempre a los mas poderosas familias de ambos países, a las trasnacionales y los organismos financieros.
4- Creemos firmemente que la crisis de la energía en el país no se resuelve construyendo un proyecto como el Tigre, que esto solo es una justificación para otros intereses que no son nacionales, ni del pueblo hondureño.
5- Proponemos que para superar esa crisis es necesario políticas y acciones del Estado de Honduras para la generación de energías alternativas, limpias sustentable y social y humanamente aceptables, la generación de energía eólica, de biomasa, micro represas, medidas que bajen el consumo innecesario, que se le bajen las ganancias a las trasnacionales e importadores en el comercio de energía térmica, que se obligue a pagar a las empresas y familias acaudaladas que están en deuda con la ENEE, que se recupere los grandes saqueos económicos de las instituciones publicas, entre otras.
Invitamos a esta lucha por la vida a todos los sectores de la nación que tienen aun el sentido de la dignidad nacional, de la defensa de sus mismos compatriotas, de los recursos naturales ricos de Honduras, a quines tienen la lógica de que, oponerse a la represa el Tigre NO es ir en contra del desarrollo NI de la integración, sino de la búsqueda de una propuesta nacional justa, sustentable, soberana, participativa, efectiva y viable en beneficio real del pueblo Hondureño.
El COPINH reitera su compromiso por esta gran causa, que no solo debe de ser del Pueblo Lenca sino de toda la hondureñidad.
¡Con la fuerza ancestral de Iselaca, Etempica y Lempira se levantan nuestras voces de vida, justicia, dignidad, libertad y paz!
Dado en Intibucá, a los 27 días del mes de abril del 2006.
Coordinación General
Consejo Cívico de Organizaciones Populares E Indígenas de Honduras, COPINH