Terminator y propiedad intelectual en agenda de Curitiba
Defender la biodiversidad y luchar contra las embestidas de la privatización de los recursos naturales por parte de las multinacionales. Esta son las preocupaciones que deben guiar las actividades y las posiciones de campesinos, indígenas y organizaciones sociales que participarán en las actividades paralelas a la Conferencia de las Partes de la Convención Internacional de la Diversidad Biológica (COP-8), que se llevará a efecto entre el 23 y el 30 de marzo, en Curitiba, estado de Paraná.
Según Silvia Ribeiro, de la organización ETC Group, la propiedad intelectual y la utilización o no de los productos transgénicos, principalmente de la semilla terminator, son los temas que deben problematizar los debates.
"Necesitamos unirnos para defender la biodiversidad, ya que la cuestión de las semillas, por ejemplo, está relacionada no solamente con los campesinos o los indígenas sino con toda la sociedad", resalta.
La expansión de las multinacionales en el sector de las semillas es uno de los temas cruciales que deber ser discutidos en las actividades paralelas, expresa Ribeiro. En el 2003, según datos de ETC Group, diez empresas internacionales controlaban el 23% del mercado de semillas. Hoy poseen el 48%. Las corporaciones del sector también lideran el sector de los agrotóxicos.
La propiedad intelectual es otro tema a ser destacado, tanto en la conferencia oficial como en las actividades paralelas. Con el argumento de proteger los productos industrializados que fabrican a partir de los recursos naturales y acabar con la biopiratería, diversas multinacionales presionan a los gobiernos para que creen patentes de animales y vegetales típicos de sus países. Así, cada vez que un trabajador rural quisiera utilizar el nombre de una propiedad química o partes genéticas de un vegetal patentado tendría que pagar una tasa a la empresa.
"Registrar un conocimiento o algún organismo vivo proveniente de la naturaleza significa separarlo del resto del pueblo y transformarlo en una mercancía", critica Ribeiro. La cuestión de las patentes también engloba los royalties cobrados por las semillas transgénicas.
Semillas suicidas
Las organizaciones no-gubernamentales y movimientos sociales manifiestan que el tema de los transgénicos será la batalla más dura que se librará en Curitiba. Las empresas que dominan el mercado de las semillas intentan derrumbar la moratoria en el cultivo y comercialización de las semillas suicidas, acordada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La tecnología Terminator, que crea las semillas estériles (pueden ser utilizadas una sola vez por el agricultor y no se reproduce), fue desarrollada por la empresa Delta&Pine en 1998, en asociación con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Entendiendo que este tipo de semilla restaría autonomía a los agricultores, diversos países y organismos internacionales se opusieron a su uso.
Francisca Rodríguez, integrante de la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas e Indígenas de Chile (ANAMURI), afirma que el debate en torno a los transgénicos destaca aún más la importancia de que las semillas estén en manos de los agricultores. "Las semillas constituyen la base de la alimentación humana y pertenecen a los pueblos. No pueden volverse mercancías”, argumenta.