La OMC en Hong Kong, una cumbre sin sorpresas
Hong Kong, China, 14 dic (PL) La VI Conferencia Ministerial de la OMC entró hoy en su segunda jornada de sesiones, sin que se avizore cambio alguno en las posiciones iniciales sobre asuntos medulares para los intereses de la naciones en desarrollo.
La cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) tiene como objetivo conducir a un feliz término a la Agenda de Doha para el Desarrollo, adoptada en 2001, con el propósito de reducir la pobreza y el hambre de las naciones menos favorecidas.
Asimismo busca establecer reglas comerciales más justas y equilibradas.
El nudo gordiano de las negociaciones radica en la paulatina disminución y finalmente erradicación de las subvenciones aplicadas por los Estados industrializados a la agricultura, que actualmente garantizan la competitividad de sus productos en el mercado mundial, en detrimento de otros cultivadores.
El foro se desarrolla hasta el momento sin sorpresa alguna, es un fracaso anunciado, que algunos tratan de evitar con vistas a lograr acuerdos en el primer semestre de 2006.
Desde la adopción de la agenda se evidenciaron las posiciones opuestas, que con algunos matices, enfrentan al norte y al Sur.
En síntesis, la petición de cambios consiste en la eliminación de subsidios a las exportaciones agrícolas, la reducción sustancial de ayudas internas al mencionado sector y la apertura de sus mercados a los productos de países en desarrollo.
En la primera jornada se registraron algunos cruces de espadas entre los industrializados, esencialmente Estados Unidos y la Unión Europea (UE), que se hicieron mutuos reclamos de disminución de las subvenciones, como condición para hacer las propias.
Los desarrollados no parecen dispuestos a dejar de invertir unos 300 mil millones de dólares anuales en los sectores agrícola y agropecuario bajo diversas formas de subsidios.
Al parecer, en busca de desviar la discusión, la UE y Japón propusieron ayer ayudas financieras a los países menos avanzados, una cincuentena, hacia el 2010, pero en opinión de la mayoría de las delegaciones al cónclave esa no es la solución.
Junto a la resistencia a cambiar las prácticas actuales en el mercado agrícola, los desarrollados piden como moneda de cambio a los demás países rebajar sus aranceles industriales y liberalizar los servicios para poder inundar sus mercados.
Frente a esta situación de inmovilismo en las negociaciones en el recinto de la conferencia, en el exterior el gran protagonista es el movimiento de protestas contra la globalización y otras medidas de la OMC realizado por miles de personas.
Desde antes del inicio de la conferencia, manifestaciones multitudinarias han recorrido las calles de Hong Kong con pancartas y consignas contra la organización.
En esos grupos hay distintos reclamos, pero hay una coincidencia en el rechazo a la institución, cuya impopularidad fue reconocida ayer por su director general, Pascal Lamy.
Mientras, los seis grupos de negociaciones sostienen reuniones paralelas a las sesiones plenarias, donde los jefes de delegaciones se suceden para expresar sus criterios y demandas.
La víspera fueron constituidos los grupos de negociación sobre los temas Acceso a Mercados No Agrícolas, Agricultura, Desarrollo, Servicios, Reglamentos y Otros Temas.
Como facilitadores en esos grupos fueron nombrados los representantes de Pakistán, Kenya, Guyana, Sudcorea, Noruega y Chile, respectivamente. La conferencia debe extenderse hasta el domingo, y lo más que puede esperarse de ella es que logre algunos acuerdos para continuar negociaciones posteriores, que permitan concluir la ronda a mediados de 2006, si es que esto es posible.