Asamblea Popular: Un paso adelante rumbo a la organización
Convocados por la 4ª Semana Social Brasileña y por la Campaña Jubileo Brasil, cerca de 8 mil personas se reunieron en Brasilia D.F., del 25 al 28 de octubre, para debatir los principales problemas de nuestro país y buscar alternativas, apuntando hacia la construcción de un proyecto popular alternativo a ser impulsado en la práctica y a largo plazo. La confluencia de estas dos redes, es fruto de un largo trabajo asociativo. A pesar de las muchas dificultades relacionadas con los recursos financieros, la infraestructura y las condiciones climáticas del Distrito Federal (caliente y seco), todos y todas salieron animados/as y con nuevos bríos para continuar en la lucha por un nuevo Brasil.
Los momentos más intensos y emocionantes de la Asamblea se vivieron durante las místicas realizadas por las mañanas, antes del inicio de los trabajos. En ellas se plasmaron las expresiones culturales de nuestro pueblo: danzas, músicas, poesías, coreografías, en un escenario muy colorido. Negros, indios, jóvenes, luchadores y luchadoras mostraron a través del arte, la historia de opresión y resistencia del pueblo brasileño. Todo esto elevó el ánimo y la fuerza de los participantes que, al llegar a la Asamblea, se mostraban bastante decepcionados y desesperanzados por la política del gobierno popular por el cual, la mayoría trabajó mucho para que sea elegido.
Otro punto de destaque fue el protagonismo de los actores sociales. No fueron las autoridades o los dirigentes, quienes daban los discursos o dirigían el proceso. Fueron los movimientos sociales, las mujeres, los jóvenes, indios, quilombolas, desempleados, cartoneros, etc. quienes construyeron el proceso. Las autoridades presentes, eclesiales y de la sociedad civil, participaron desde las gradas, oyendo y apoyando lo que los luchadores del pueblo decían y proponían para cambiar Brasil.
Durante toda la asamblea se evidenció la necesidad de romper con el actual modelo económico. Aunque la propuesta de la Asamblea no fue la de discutir sobre el gobierno de Lula, fue inevitable que se identifique a su política económica como la gran causante de la mayoría de los problemas sociales que enfrenta la población. En ningún momento hubo disputa de tesis, de micrófono, de protagonismo o de hegemonía del proceso. Todo fue construido a partir del consenso, que es una de las principales características de la Asamblea Popular.
Tal vez el salto de calidad más importante de la Asamblea haya sido el avance en el proceso de articulación. Cada entidad o movimiento comprendió la necesidad de involucrarse en lo específico de su categoría, pero sin perder de vista una agenda común y un calendario de luchas unificado. Se hizo evidente que el problema de los sin-tierra interesa a los profesores, que la problemática de la educación interesa a los metalúrgicos, que el desempleo y el trabajo informal es preocupación de todos. Finalmente, como norma, cada movimiento puede dedicar un 60% de su tiempo y energías a las cuestiones específicas, pero al menos un 40% debe ser dedicado a causas comunes, más amplias y que interesan a todo el pueblo brasileño.
Fuera Bush
Otro momento de gran unidad y fuerza de la Asamblea fue la marcha “Fuera Bush – Enemigo Nº 1 de la Humanidad” realizada al final de la tarde de miércoles 26 de octubre. Su objetivo fue repudiar la presencia del carnicero Bush en Brasil, prevista para el próximo 6 de noviembre, después de participar de la IV Cumbre de las Américas en la ciudad de Mar del Plata, Argentina, que se llevará a cabo del 3 al 5 de noviembre. Lula tiene previsto en su agenda un almuerzo con Bush en Brasilia, en Granja do Torto. Otras marchas vendrán.
Los datos
Los participantes, en el momento del análisis de la coyuntura, se dieron cuenta de que la realidad que vive el pueblo, es la misma que en la mayoría de los países del mundo. La Carta de la Asamblea analiza de esta forma nuestra situación:
“El escenario mundial revela que, a pesar de los avances tecnológicos, se profundizan las desigualdades sociales. El ‘progreso’ no sirve a la mayoría de la población. Crece el número de pobres y se agravan sus condiciones de vida, excluidos de oportunidades, mientras una minoría de banqueros, especuladores y grandes empresarios acumula privilegios, concentra fortunas y dirige el mercado financiero, que es el principal culpable de las nefastas políticas neoliberales.
“La situación brasileña no es diferente. El uno por ciento de la población controla y dispone del 13% de la renta nacional, ¡el mismo porcentaje con que sobrevive la mitad de toda la población! El uno por ciento de los propietarios concentra más del 46% de las tierras cultivables. En las ciudades, el 1% de los propietarios controlan más de la mitad de los lotes, mientras miles de personas son perseguidas por luchar por un terreno para vivir. En materia de educación, aún existe una considerable cantidad de analfabetos en Brasil y menos del 8% de los estudiantes llegan a las universidades, siendo que la mayoría viene de las escuelas particulares. El hambre es una vergonzosa realidad en nuestro país y el desempleo, el subempleo y la informalidad son alarmantes. Millones de personas, sobre todo jóvenes y mayores de 40 años, viven sin garantías, sin protección del Estado y abandonadas a su propia suerte. El acceso a la salud es restringido a unos pocos, por falta de inversiones públicas, mientras vemos que fortunas se escapan por el hueco de las obligaciones de la deuda y la corrupción”.
Las causas
Durante la Asamblea se analizaron también las causas de la pobreza, de la exclusión y de la falta de oportunidades de la mayoría de nuestro pueblo. Entre las principales se destacan:
“La elevada remuneración del capital, gracias la vigencia de las tasas de interés más altas del mundo, traspasando gran parte de la riqueza nacional al sector financiero, que ha obtenido las ganancias más elevadas de todos los tiempos; la explotación del trabajo infantil, del trabajo esclavo y de toda la clase trabajadora, por medio de salarios reducidos y un salario mínimo indigno; las distorsiones del sistema tributario, que privilegia a los ricos y castiga a la clase trabajadora, principalmente a los trabajadores y trabajadoras de baja renta. El sistema tributario debería ser el principal instrumento para la redistribución de la renta. Deberían tributar los grandes capitales, utilidades, fortunas, herencias y latifundios, y destinar esos recursos a garantizar políticas y servicios públicos de salud, educación, deporte, seguridad, saneamiento, asistencia, sanidad, cultura, recreación, etc.; la concentración de la propiedad de la tierra, de los medios de producción, y la ausencia de una política agraria sustentable que garantice su democratización a través de la Reforma Agraria, además de la demarcación de las tierras indígenas y quilombolas; la ausencia de inversiones públicas que prioricen iniciativas comunitarias y cooperativas de economía popular solidaria, de pequeñas y medianas empresas, especialmente de las empresas autogestionadas. Ausencia también de infraestructura para mejorar la vida del pueblo, lo que podría generar innumerables empleos e impulsar la economía del país, ya que las políticas compensatorias, como Hambre Cero, son insuficientes; privilegios para el pago de las obligaciones de las deudas, tanto interna como externa, que consumen gran parte del presupuesto público y de los impuestos a las exportaciones. La deuda pública es el telón de fondo de los grandes problemas nacionales; la impunidad para los violadores de los derechos humanos y la creciente criminalización de los pobres y de los movimientos sociales; la concentración de los medios de comunicación, bajo el dominio directo de pocas familias, bajo los objetivos de diputar la opinión pública y educar ideológicamente a la población, a partir de la visión de las élites”.
Nuestros próximos pasos
Para el próximo año, los luchadores y luchadoras del pueblo asumieron algunos compromisos para fortalecer la lucha hacia el Brasil que queremos construir:
“1. Luchar por una reforma política de hecho, que cambie el proceso de representación política, pues “la democracia jurídico-formal en este país (y en muchos otros) no es sino el soporte institucional del neoliberalismo económico, cuyos señales de agotamiento se multiplican por doquier. De ahí la necesidad de crear y fortalecer nuevos canales, instrumentos y mecanismos de una democracia directa y participativa, en la que los ciudadanos y ciudadanas puedan controlar y fiscalizar a las diversas instancias del Estado.(Pe. Alfredo Gonçalves).
2. Auditoría y suspensión del pago de la deuda externa. Brasil ya pagó más de una vez su deuda externa. Es urgente y necesaria la auditoría de la deuda externa.
3. Luchar por la revalorización del salario mínimo y de las jubilaciones. Esta es la mejor forma de garantizar la distribución de renta, pero el gobierno ya envió un proyecto al Congreso, proponiendo un salario de 324 reales para el 2006.
4. Luchar por el derecho al trabajo y por la reducción de la jornada de trabajo: necesitamos desarrollar una lucha por el derecho al trabajo, en especial para los jóvenes de la ciudad y del campo.
5. Luchar contra el pago de la deuda interna y los altos intereses con dinero del presupuesto público, que es nuestro. El gobierno usa el dinero del pueblo para transferir a los bancos. Esto debe acabar.
6. Luchar por una política externa soberana basada en el principio de la solidaridad entre los pueblos y en la defensa de la biodiversidad; contra los acuerdos del ALCA y de la OMC; por la retirada de las tropas brasileñas en Haití; por el fin de las explotaciones (petroleras) por parte de Petrobrás y de otras empresas brasileñas en los países vecinos; movilizarse por la adhesión a la Alternativa Bolivariana de las Américas, ALBA.
7. Luchar por la educación pública gratuita y de calidad para todos, garantizando el acceso a la educación básica y media para todos y duplicando los cupos en las universidades públicas.
8. Realizar una jornada nacional por la reforma agraria y en defensa del agua articulada con las luchas por la demarcación de todos los territorios indígenas y quilombolas; por un nuevo modelo de desarrollo agrícola; por una agricultura libre de transgénicos; contra la privatización del agua, sumándose a la campaña por la revitalización y contra el trasvase del río San Francisco.
9. Luchar para que los recursos del presupuesto público, sean destinados prioritariamente a las políticas sociales, como salud y educación; proponer mecanismos de control popular sobre las políticas públicas; programar jornadas nacionales en defensa de las políticas públicas.
10. Promover una jornada nacional de lucha por la democratización de los medios de comunicación; estimular a todos los medios y prácticas de comunicación popular, comunitarias y libres; combatir el actual monopolio de los medios de comunicación; sumarse a la semana de luchas por la democratización de los medios de comunicación a realizarse a partir del 17 de octubre de 2006”.
A partir de ahora, la Asamblea Popular será permanente. Los documentos que fueron aprobados en la Asamblea, principalmente el documento “El Brasil que queremos”, se editará como cartillas para discutir y organizar al pueblo. Se realizará un verdadero mutirão (1) (trabajo colectivo) casa por casa para formar y concientizar al pueblo. Teniendo como ejemplo los mutirãos de formación de los plebiscitos sobre la deuda y el ALCA, los articuladores regionales y provinciales van a realizar un incansable “trabajo de hormiguita” para construir “el Brasil que queremos”. (Traducción: ALAI)
- Luiz Bassegio y Luciane Udovic forma parte de la Secretaría Continental del Grito de los Excluidos Continental - Por trabajo, Justicia y Vida-
1) Mutirão significa trabajo colectivo, equivale a la palabra kichua Minga del mundo andino. . (NDLT)