Guatemala: sentar bases en beneficio del pueblo
En medio de la tragedia causado por el huracán STAN, conmemoramos 61 año de la revolución del 20 de octubre que nos dejó un ejemplo vivo del primer levantamiento de este pueblo que soñó con libertad, dignidad humana y el derecho al desarrollo rural integral, desde la Reforma Agraria Integral y el reconocimiento al territorio. A pesar del corto tiempo que duró esta revolución, se vieron transformaciones sociales profundas para los trabajadores, el pueblo oprimido y explotado, los pueblos indígenas y campesinos.
Una vez más se desnuda nuestra triste realidad, las correntadas botó los muros o se llevó las casas miserables del humilde trabajador y trabajadora, a pesar de trabajar de sol a sol, no ha podido construir una vivienda los suficiente fuerte para que lo proteja de todo peligro, mucho menos construir en lugares seguros, el hacinamiento en las comunidades se puede ver más claro. Los y las que murieron, perdieron viviendas, terrenos, fueron los más pobres. Por otro lado, la naturaleza puso a flor de tierra la corrupción con que se ha construido la infraestructura del país, si los puentes y carreteras se destruyeron, muchos de ellos por la mala construcción y sin lógica de seguridad, sin embargo están contabilizados a precios millonarios, que han llegado a parar en los bolsillos de los funcionarios.
Hoy por hoy seguimos la lucha incansablemente para exigir cambios profundos que necesita nuestro pueblo. Es el momento oportuno para dar la oportunidad a los y las desposeídas, a los pequeños productores y productoras, artesanos, albañiles, jornaleros, comerciantes que perdieron todo. No podemos seguir manteniendo a este pueblo en la extrema pobreza, ni en la pobreza, tiene derecho a vivir dignamente.
No podemos culpar el huracán STAN, de los grandes efectos que dejo en el aumenta de la hambruna, pobreza y extrema pobreza, especialmente en el área rural. Los culpables directos son las grandes empresas nacionales y trasnacionales que destruyeron extensiones inmensos de bosques, la agricultura extensiva y de agro exportación, el uso excesivos de los químicos contaminantes de la madre naturaleza, el uso de las armas y bombas nucleares de exterminio masivo. El calentamiento de la tierra se debe a la concentración de riquezas sin límite. Si bien es cierto a los pequeños productores nos señalan de ser parte de esta destrucción, por la ampliación de la frontera agrícola, sin embargo es por nuestra sobre vivencia y por que el sistema nos ha arrinconado en tierra infértiles e insuficientes para vivir.
Demandamos al gobierno y sus instituciones de asumir con seriedad la responsabilidad de la reconstrucción del país y no solo atender las regiones donde se ubican los intereses empresariales. Debe tomar en cuenta que los y las indígenas y campesinas, ladinos y ladinas pobres, la población del área rural, somos partes de Guatemala. Porque desde que empezó a generalizarse el desastre el 5 de Octubre, hasta la fecha, a penas 15 días, se han visto acciones y actitudes racistas, excluyentes, políticas partidistas de parte del gobierno. NO es justo, ni humano, que se beneficien a personas de las fincas cuando el finquero tiene la obligación de atender a sus trabajadores, a quien le han servido y dado el sudor convertido en ganancias. NO es justo, ni humano que en la costa sur se estén invirtiendo las grandes cantidades de dinero para el reestablecimiento de la infraestructura , mientras en el altiplano donde vivimos una tercera parte de la población nacional, en su mayoría de origen maya se esté dejando en segundo plano. Hoy mas que nunca se ve la necesidad la urgente de impulsar la Reforma Agraria para resolver de fondo los problemas estructurales de nuestra sociedad. Esperamos que la inversión productiva no se vaya solo para los empresarios, se debe contemplar en los planes el apoyo a los pequeños productores de granos básicos, frutas, verduras, aves de corral, ganado menor, y otras actividades. Si las tierras de producción quedaron afectadas se les debe dotar de tierra, para garantizar la alimentación de los guatemaltecos y guatemaltecas, la importación de granos básicos y otros alimentos no debe ser el camino, se debe apoyar a los pequeños productores, que siempre hemos dado de comer al pueblo de Guatemala. Se debe priorizar la construcción de viviendas dignas a las familias que se quedaron sin vivienda, con todos los servicios básicos (escuelas, agua potable, luz, y otros). Tampoco dejar de lado la cosmovisión de los pueblos indígena, principalmente al pueblo Maya, hay que acompañar en el luto, el dolor, el susto, el miedo, hay que dotar de recursos para reencontrarse.
A la comunidad y cooperación internacional, tomar muy en cuenta las tareas de reconstrucción del país, enumeradas arriba, por lo tanto fiscalizar esta inversión, tomar en cuenta los antecedentes de corrupción en que han caído los gobernantes y sus funcionarios, el racismo y exclusión que estamos señalando.
A las hermanas y hermanos que no fueron afectados por el desastre, organizados y no organizados, de las ciudades, jóvenes y estudiantes, participemos todos y todas en la reconstrucción. Coordinemos con las comunidades y sus organizaciones. Es el momento de reencontrarnos, de ver de cerca el nivel de pobreza que viven nuestros hermanos y familias afectadas. Organicémonos para participar en esta noble tarea, para que tomemos conciencia de nuestra realidad.
A las comunidades de base miembros de CONIC, a fortalecer nuestra organización para apoyar a nuestros hermanos y hermanos en esta emergencia y participar activamente en la reconstrucción de las comunidades afectadas. Debemos reflexionar internamente el por qué del desastre, cuánta responsabilidad tenemos nosotros mismos y cómo debemos corregir estos errores. En adelante debemos asumir el compromiso de impulsar una agricultura orgánica o natural, acorde con la madre tierra y naturaleza. Significa sembrar árboles frutales y maderables, para evitar la erosión y recuperar la calidad del suelo. Construyamos una vida más digna y humana.
Agradecemos la solidaridad recibida de personas, familias, agrupaciones, instituciones, comunidades de manera desinteresada, para atender la emergencia. Hemos canalizado más de 15 camionadas de alimentos, ropa, agua, medicina a las familias damnificadas en Sololá, Chimaltenango y en la Costa Sur del país. Aún estamos atendiendo la emergencia, queremos empezar a trabajar la reconstrucción, seguimos necesitando de su apoyo, solidaridad y acompañamiento. El trabajo aún es largo. Después del primer paso, no pararemos de andar jamás.
COORDINADORA NACIONAL INDÍGENA Y CAMPESINA CONIC.
Miembro de CNOC, UASP, MICSP, Waq’ib Kiej, CLOC y Vía Campesina Internacional.
Guatemala, 20 de octubre, 2005.