Cultivando un milenio de justicia e igualdad(I Asamblea de Mujeres del Campo)
La I Asamblea de Mujeres del Campo de la Coordinadora Latinoamericana de
Organizaciones del Campo (CLOC)/Vía Campesina, que se realizará en Brasilia el 2
y el 3 de noviembre próximos, previo al II Congreso de la CLOC, es uno de los
puntos de llegada de un proceso organizativo y de participación emprendido por las
mujeres del campo desde hace varios años.
Desde el I Encuentro Latinoamericano de Mujeres Campesinas e Indígenas
(Colombia/1988) y la Campaña Continental de Resistencia Indígena, Negra y Popular
(1992), que marcó un hito en la participación de las mujeres de la región, hasta hoy,
las organizaciones campesinas han venido conformando comités de trabajo,
encargados de impulsar la problemática de las mujeres. En diversos países se han
gestando espacios de articulación y coordinación, cuyo marco propositivo engloba
tanto realidades específicas como generales.
Esta convocatoria de la CLOC -consecuente con la resolución del I Congreso
Latinoamericano de Organizaciones del Campo (Perú, feb/94)- contempla, entre sus
prioridades, la conformación de una instancia de participación y de representación
para las mujeres de las organizaciones que la conforman. Tiene, además, como eje
central, el desarrollo de mecanismos para viabilizar dicha participación en todas las
instancias.
Por eso, la Asamblea, cuyo lema es "Mujeres del campo: cultivando un milenio
de justicia e igualdad", estará estrechamente vinculada, en sus contenidos, al II
Congreso de la CLOC, enfocando, desde el punto de vista de las mujeres, el marco
contextual: el neoliberalismo, y buscando, a través de la inclusión de las propuestas
específicas de las mujeres, el robustecimiento de la organización campesina.
Con la realización de este evento, se espera también elaborar una agenda para el
seguimiento del proceso organizativo de las mujeres del campo y establecer pautas
para lograr una mayor incidencia de sus propuestas a nivel regional e internacional.
Máxime si recae principalmente sobre ellas la lucha por los servicios básicos, la
alimentación, la educación, el agua potable, la atención de la salud, entre otros, y que
ellas son parte actuante en las luchas colectivas.
En la lucha por la tierra, la reforma agraria y la soberanía alimentaria, las mujeres han
participado y participan, aunque en muchos casos de manera marginal, como actoras
directas de estas reivindicaciones, haciendo suya la defensa de los derechos humanos
fundamentales, que constituye uno de los ejes centrales de la Asamblea.
2. PARTICIPACION POLITICA Y CIUDADANA
El proceso organizativo de las mujeres del campo ha estado y está principalmente
enmarcado en el desarrollo articulador del movimiento campesino e indígena mixto.
El mismo que, en los últimos años, ha desarrollado una mayor sensibilidad hacia la
situación de las mujeres y/o las relaciones de género y, consecuentemente, ha
abierto espacios de organización específica para las mujeres. Tanto es así que la
convocatoria al II Congreso de la CLOC plantea que el 50% de las delegaciones que
participarán en él, esté compuesto por mujeres.
Los objetivos estratégicos propuestos, en este sentido, por el Movimiento de los Sin
Tierra -MST- de Brasil, reflejan las motivaciones generales expresadas en el
conjunto de organizaciones: "a) construir nuevos valores en el cotidiano (familia,
militancia, postura personal y orientaciones sociales); b) enfocar la cuestión de
género como un principio; c) masificar y cualificar la participación de las mujeres;
d) dar organicidad a la participación de las mujeres".
Estas motivaciones, sumadas al antecedente de que las mujeres siempre han
participado en las organizaciones de la CLOC, han conducido a plantear, como fin
inmediato, la creación de mecanismos para garantizar la participación efectiva de las
mujeres en todos los niveles y crear nuevas relaciones en las cuales las
responsabilidades políticas, económicas y sociales sean distribuidas de manera
igualitaria entre hombres y mujeres.
Para ello se plantea como un desafío para la Asamblea el desarrollo de propuestas
para hacer tangible:
* La participación ciudadana, paritaria, tanto en la CLOC/Vía Campesina, y el
conjunto de organizaciones del campo, como en los procesos políticos y
organizativos generales;
* La consolidación del proceso organizativo de las mujeres del campo, a nivel local,
regional, nacional e internacional;
* El desarrollo de instrumentos comunicativos, de intercambio y de solidaridad
regional;
* La coordinación de estrategias y luchas con el movimiento popular, de mujeres, de
derechos humanos, y otros;
* La igualdad y justicia en las relaciones de género.
* La participación de las mujeres en los espacios de decisión. Aparece como un eje
estratégico impostergable, pues además de su necesaria incidencia a nivel interno
de la CLOC/Vía Campesina, es fundamental lograr que los puntos de vista de las
mujeres del campo, y de sus organizaciones, sean considerados como opinión de
expertas en los Foros Regionales y Cumbres Internacionales relativos a la
soberanía alimentaria, la comercialización, los precios del mercado internacional,
la investigación para la producción, y la protección del medio ambiente. Pues, son
ellas quienes, desde hace siglos, han sido las principales guardianas de la
supervivencia humana.
3. LA REFORMA AGRARIA
Consecuente con los planteamientos formulados por el conjunto de la CLOC/Vía
Campesina, la Asamblea de Mujeres del Campo se prepara a enfocar a la reforma
agraria, con una concepción amplia, que englobe el orden económico, social y
político de los/as trabajadores/as del campo. Y que contemple el desarrollo de una
propuesta general donde las mujeres puedan acceder también a la educación, la
tecnología, la capacitación y al apoyo material para la producción y
comercialización.
Así, se destaca, como elemento central, la lucha por la tierra, recursos naturales
y tiempo, pues la aplicación del modelo neoliberal ha venido acompañada de un
marco de reformas jurídico-políticas encaminadas a garantizar el desarrollo
agro-industrial y el libre comercio; entre cuyas consecuencias figuran la
liberalización de las tierras y el agua, que ha conducido a una mayor concentración
de la propiedad de estos bienes y a la consiguiente exclusión de las mujeres de los
espacios productivos, la tierra y recursos naturales.
Más aún, con los incentivos al desarrollo del sector privado exportador y a la
inversión extranjera, la propiedad agraria está más concentrada que nunca, y
amparado su recurso a la violencia -judicial y extra-judicial- para mantener su
dominio. Mientras la pequeña producción cooperativa, familiar o doméstica de las
mujeres es cada vez más marginalizada -y hasta sancionada y castigada en sus
demandas-, limitando, cada vez más, sus posibilidades de subsistencia.
La adjudicación de las tierras buenas y productivas a los grandes productores y
empresas transnacionales, obliga al campesinado a replegarse forzosamente hacia
tierras áridas y de difícil productividad. Esto constituye una de las causas de la
migración masculina hacia las grandes ciudades, con los consecuentes resultados de
incremento del hambre y la desocupación urbana, y la colateral sobrecarga de trabajo
para las mujeres.
En el conjunto de países latinoamericanos, las políticas redistributivas contempladas
en el marco de la reforma agraria han sido substituidas por reformas
jurídico-políticas orientadas hacia la liberalización de las tierras y del agua y a un
reordenamiento territorial, que ubica al mercado como el único regulador de la
posesión de tierras, lo que ha conducido a una mayor concentración de la propiedad y
a la correspondiente exclusión de las mujeres -y pobres- del acceso a ella.
Bajo las políticas de reforma agraria, aunque los índices de propiedad obtenida por
las mujeres fue restringido, diferentes países incorporaron en la legislación o en las
Constituciones, cláusulas que garantizaban el acceso de ellas a la tierra, a la
titulación de ésta y/o a la herencia, en igualdad de condiciones que los hombres (el
artículo 189 de la Constitución de 1988 en Brasil, la ley 30 de 1988 en Colombia, la
ley 650 de 1993 en Perú, entre otras).
Sin embargo, en las actuales circunstancias, de incremento de la feminización de la
pobreza y privatización del agro, las posibilidades de tenencia y propiedad de la tierra
es cada vez más remota para las mujeres. Y, a su vez, esta carencia "constituye una de
las principales causas de la emigración y desposeimiento de los pueblos indígenas.
De allí que el acceso de las mujeres a la alimentación, a la herencia, a la tenencia y
propiedad de la tierra debe ser considerado como un derecho humano básico".
Nuestros planteamientos
* El acceso de las mujeres a la tierra y a la herencia;
* La lucha contra la privatización y defensa de los recursos naturales como el agua,
los bosques y el medio ambiente en general;
* Recursos para hacer producir la tierra, mercados seguros, precios justos, créditos
con bajos intereses, también el derecho a la salud, educación y participación;
* La lucha por la derogatoria o reforma de las leyes anti-campesinas;
* El desarrollo de una concepción de la tierra como bien social; y no como
mercancía, protegido por la legislación agraria, que impida la concentración y el
despojo del campesinado de este recurso.
* El derecho de los pueblos indígenas a las tierras y territorios, incluyendo el
derecho a desarrollarlos según cosmovisiones propias;
El incremento del monocultivo -y la consecuente proletarización femenina-,
orientado a producir insumos exportables, ha mermado las posibilidades de
producción para la subsistencia, lo que complica aún más el rol "proveedor" de las
mujeres.
De allí que, la segunda temática priorizada en este rubro, constituye la soberanía
alimentaria pues en nuestra región, como en el mundo entero, las mujeres han sido
históricamente las principales garantes de la soberanía alimentaria de sus
comunidades.
En la región, ellas producen más del 40% de insumos agrícolas, rinden entre el 60 y
el 80% de la producción alimentaria, y son las responsables, casi exclusivas, de la
sobrevivencia familiar. De allí la necesidad de profundizar en un desarrollo
propositivo que parta del punto de vista de las mujeres.
4. DERECHOS HUMANOS
El enfoque de derechos humanos planteado para la Asamblea engloba los derechos
ciudadanos y los derechos sindicales, pasando por el derecho a la comunicación, a la
educación, a la salud, entre otros.
Entre los temas centrales figura la cuestión de la violencia en el campo, pues se
hace necesario encarar las violaciones a los derechos humanos, por parte del
ejército, la policía y bandas armadas por los terratenientes, que se cometen
principalmente en las luchas y movilizaciones por la conquista de la tierra. Es
urgente que se apliquen los programas de reforma agraria como recurso inapelable
para solucionar los problemas de las mujeres desposeídas, sin tierra y de las
campesinas pobres.
También se plantea la necesidad de impulsar programas específicos -vinculados a las
organizaciones campesinas-para defender los derechos humanos de las mujeres y las
niñas, enfrentar los casos de violencia doméstica y sexual y exigir la erradicación de
la impunidad y el castigo de los responsables de dichas violaciones.
5. IDENTIDAD Y AUTODETERMINACION
Este tema comprende el desarrollo de una reflexión y de propuestas en relación a las
consecuencias de la homogeneización planteada por el afianzamiento del modelo
neoliberal y de la globalización en la región. Urge encarar los procesos de
reestructuración y transnacionalización de mano de obra, con sus consecuentes
secuelas de migración, trabajo temporal y desarraigamiento.
La mundialización del modelo neoliberal, implica para las mujeres del campo no
sólo una mayor exclusión en el acceso a la propiedad de la tierra, a la capacitación y
a la tecnología, sino que suscita la universalización de la categoría de "obreras/os
agrícolas" y, por ende, pone en riesgo la existencia misma del campesinado como
núcleo social y abastecedor, en beneficio de la transnacionalización. Ello ubica la
necesidad de desarrollar nuevos enfoques en torno a la identidad y
autodeterminación.