Innovación, libertad y poder en la era de la información
1. La era de la información es nuestra era. Es un periodo
histórico caracterizado por una revolución tecnológica
centrada en las tecnologías digitales de información y
comunicación, concomitante, pero no causante, con la
emergencia de una estructura social en red, en todos los
ámbitos de la actividad humana, y con la interdependencia
global de dicha actividad. Es un proceso de transformación
multidimensional que es a la vez incluyente y excluyente en
función de los valores e intereses dominantes en cada
proceso, en cada país y en cada organización social.
2. Como todo proceso de transformación histórica, la era de
la información no determina un curso único de la historia
humana. Sus consecuencias, sus características dependen del
poder de quienes se benefician en cada una de las múltiples
opciones que se presentan a la voluntad humana. Pero la
ideología tecnocrática futurológica trata de presentar la
revolución tecnológica como dictando una única forma de
organización social posible, generalmente asociada a la ley
del mercado y al proceso de globalización.
De esta forma, la aceptación del extraordinario carácter
de la revolución tecnológica en curso conllevaría la
aceptación, en lo esencial, de que la propuesta según la
cual la ciencia y la tecnología, utilizadas racionalmente,
irán solucionando los principales problemas de la humanidad.
Aun reconociendo obstáculos en el proceso de difusión y
desarrollo, la critica a los usos de la tecnología se
identifica a la resistencia oscurantista al cambio social.
La ideología de la bondad tecnológica y la ideología de una
globalización fundamentalmente orientada por la ley del
mercado se refuerzan la una a la otra. En ambos casos,
desaparece la sociedad como proceso autónomo de decisión en
función de los intereses y valores de sus miembros,
sometidos a las fuerzas externas del mercado y la
tecnología.
3. Y sin embargo, la observación empírica, los resultados
de la investigación, de mis propios trabajos y de otros
muchos, muestran el carácter contradictorio del proceso de
globalización y la diversidad de las trayectorias
tecnológicas y de sus efectos. Así: En medio de una de las
revoluciones tecnológicas mas extraordinarias de la
historia, la disparidad de conocimiento y capacidad
científica se concentra cada vez mas en términos relativos,
por países, por clases, por instituciones y por
organizaciones. Y los efectos de dicha revolución sobre la
calidad de vida son apropiados fundamentalmente por las
grandes corporaciones y sus circuitos de distribución. El
control irrestricto de los derechos de propiedad
intelectual se convierte en el mecanismo fundamental del
control de la riqueza.
El momento de eclosión de las tecnologías de libertad, en
particular de Internet, pero también del conjunto de
tecnologías informáticas de red, de telecomunicación de
banda ancha, comunicación móvil y de computación
distribuida, es también, so pretexto de terrorismo y
pornografía, el momento de la obsesión por la seguridad,
del control de los estados sobre las comunicaciones, de la
amenaza a la libertad de expresión, dentro y fuera de
Internet, de la vigilancia electrónica ubicua y la invasión
sistemática de la privacidad por parte de empresas
comerciales y agencias de gobierno.
El momento de la innovación y la creatividad como fuentes
de cambio tecnológico, enriquecimiento cultural y calidad
de vida, es también el momento en el que muchas
corporaciones coartan la innovación para disfrutar de
rentas de monopolio y en el que la justicia persigue a los
jóvenes que intentan poner música a sus vidas aunque no
sean mercado para los explotadores de artistas.
En una palabra, una vez mas en la historia, la innovación
tecnológica, la investigación científica, la creatividad
cultural son apropiadas, manipuladas, coartadas, por los
intereses y poderes que se interponen entre los productos
de dicha creatividad y las personas de la sociedad de donde
surge. La expropiación del trabajo se extiende a la
expropiación de las mentes.
Siendo así, que una buena parte, en realidad lo esencial,
de las fuentes de innovación y de creación, no han surgido
de la inversión de las corporaciones o de las instrucciones
de las burocracias, sino del impulso creador y generosidad
personal de los innovadores. Un breve recordatorio de
algunos procesos de innovación tecnológica y cultural
permite reflexionar en concreto sobre el debate que estamos
planteando.
4.Internet, tecnología de libertad, producida libremente, a
partir de sus propios usuarios Como es sabido, Internet se
desarrollo a partir de un programa científico de
investigación que, aun financiado por el departamento de
defensa americano, no tenia objetivos militares y, en
realidad, no tenia mas objetivos que los que le fueron
dando sus propios investigadores y primeros usuarios. Los
protocolos TCP/Ip, desarrollados por Cerf y Kahn en 1973-75,
fueron puestos en el dominio público y subsiguiente
completados y adaptados de forma libre.
Las principales aplicaciones de Internet que hoy utilizamos,
desde correo electrónico a las listas de distribución y los
billboards, fueron creados y comunicados por usuarios que
los compartieron libremente con el conjunto de la comunidad
internauta. El world wide web fue desarrollado y
distribuido gratuitamente por Tim Berners-Lee fuera de su
tiempo de trabajo.
Fueron los hackers, generalmente universitarios, quienes
desarrollaron Internet como red de comunicación informática
global. Y fue la comunidad internauta la que se
autogestiono, de forma diversa, a lo largo del tiempo,
desde 1969, primer despliegue de Internet, hasta la
constitución de ICANN en 2000. No hizo falta ni derecho de
propiedad ni control burocrático para desarrollar la red de
comunicación mas potente de la historia. En realidad, fue
la no existencia de esos controles lo que lo hizo posible.
La arquitectura de Internet fue diseñada deliberadamente
para hacer difícil su control, aunque no la vigilancia del
mensaje. Y por ello, Internet, aun sufriendo cada vez mas
interferencias a la libre comunicación, es el medio de
comunicación local-global mas libre que existe, permitiendo
desintermediar los medios de comunicación masivos. Y a
pesar de los continuos intentos de comercializar Internet,
si bien se ha convertido en un instrumento esencial para la
actividad económica, la gran masa de flujos de información
en Internet son de uso social y personal no comercial.
Internet es fundamentalmente un espacio social, cada vez
más extendido y diversificado a partir de las tecnologías
de acceso móvil a Internet. Por eso la preservación de la
libertad de expresión y comunicación en Internet es la
principal cuestión en la libertad de expresión en nuestro
mundo.
5. Software libre y código abierto
El software informático es el lenguaje de la era de la
información. La capacidad de producir, modificar, adaptar y
distribuir software condiciona la capacidad de cualquier
comunidad o grupo, grande o pequeño, para interactuar con
el mundo de computadoras y redes que constituyen la
estructura (y no solo la infraestructura) de nuestra
sociedad. El control tecnológico privado del software es
equivalente a la apropiación privada del alfabeto en los
orígenes de la historia (y de hecho, lo apropiaron los
escribas y sacerdotes que, según descubrimientos
arqueológicos recientes realizados por los Marines en Irak,
ya disponían de una licencia de Microsoft). Obviamente, el
acceso al código fuente condiciona la capacidad tanto de
adaptación a usos, como, sobre todo, a la mejora continuada
del software, o sea, en último termino, a la innovación y
al proceso recurrente de innovación.
Sabemos que, así como Internet, se desarrollo en libertad,
el mundo del software evoluciono, por un lado, mediante
líneas propias e incompatibles de cada sector de usuarios;
por otro lado, mediante el monopolio creciente de Microsoft,
con consecuencias decisivas, tanto en la apropiación de
rentas monopolistas y encarecimiento de sus productos, como
en la pobreza tecnológica, derivados de la eliminación
sistemática de competidores.
Sabemos también del cambio de tendencia a partir de las
derivaciones de UNIX, tanto en MIT, a través del AI Lab y
los heroicos esfuerzos de Stallman y su lanzamiento de GNU
y la licencia GPL, como de la historia de BSD a traves de
la tempestuosa relacion entre Berkeley y Bell Labs. Y
conocemos la extraordinaria saga de Linux, desde que Linus
Torvalds decidiera, en 1991, para desarrollar el kernel del
código fuente del sistema operativo que necesitaba para
utilizar UNIX en su PC 386, acudir a la red cooperativa de
voluntarios trabajando sobre el código fuente en sistema de
código abierto.
Sabemos hoy que Linux es un sistema operativo más robusto
que Windows y con mucha mayor capacidad evolutiva. Como
sabemos que Apache, programa de software de servidor,
también producido en código abierto por una comunidad libre
de voluntarios autogestionada mediante una constitución
propia, opera más de dos tercios de los servidores de la
worldwideweb. Y es conocimiento público la existencia
creciente de programas de software, en todos los ámbitos,
que han sido producidos libremente, sin derecho de
propiedad intelectual, sin trabajo pagado y sin estructura
de poder impuesta.
Hoy día, el reconocido éxito de Linux ha llevado a grandes
corporaciones como IBM y Oracle, así como a numerosos
gobiernos en todo el mundo a utilizar Linux y otros
programas de código abierto. Y a producir formas
simplificadas del mismo para usos sociales, como el caso de
Linex en Extremadura. Y, sobre todo, a adoptar el sistema
cooperativo de libre asociación de productores y usuarios
en el proceso de innovación tecnológica. Todo ello, sin
que necesariamente se pierda el carácter capitalista de
estas empresas o los objetivos propios de cada gobierno (el
gobierno chino puede favorecer a Linux y al mismo tiempo
censurar Internet). No se trata de oponer el mundo
anarquista del código abierto al mundo capitalista de
Microsoft. Aunque dudo que haya muchos anarquistas en
Microsoft (salvo disecados en la oficina de Bill Gates) hay
muchos capitalistas en el mundo del código abierto.
Pero no todos los capitalistas son iguales o incluso no
todos los capitalismos son iguales: los hay que, además de
supeditar la sociedad al mercado, más que capitalistas son
rentistas, es decir bloquean la innovación. Y los hay que
entienden que todo el mundo, incluso ellos, ganan mas, si
hay más innovación tecnológica y, en ultimo termino, mas
reparto de la riqueza.
En suma, la historia del software libre, y más ampliamente,
la del movimiento de código abierto, demuestra que puede
haber más innovación tecnológica y más productividad
económica en un contexto de trabajo cooperativo y motivado,
característico del mundo de la creación. Y esto es aun más
así si a la productividad económica añadimos la utilidad
social, que requiere una interacción estrecha entre los
innovadores tecnológicos y los usuarios de la tecnología.
Se plantea pues en muchos medios la ampliación del método
cooperativo de creación característico del código abierto,
a otros ámbitos de la producción y la gestión de la
sociedad, desde las empresas autogestionadas a los
servicios públicos hechos mas eficaces mediante el feedback
continuo entre proveedores de servicios y usuarios, por
ejemplo en la educación o en la salud. Ahora bien, entre
la promesa de la innovación cooperativa y la capacidad de
la sociedad para disfrutar del fruto de dicha cooperación,
se alza una concepción rentista y autista del derecho de
propiedad intelectual.
6. La propiedad es un robo (en ciertas circunstancias)
Ya lo dijo Proudhon. Pero como el ya preciso, aunque no lo
quisieran entender, no era toda la propiedad, sino la
propiedad que excluye innecesariamente a los no
propietarios del proceso de desarrollo y enriquecimiento de
la sociedad y de cada uno de sus miembros. A la propiedad
que destruye una propiedad superior, la propiedad conjunta
de la libre asociación de productores. No muy distinto de
la licencia GPL. Un tratamiento indebido del derecho de
propiedad intelectual es un obstáculo decisivo al progreso
material y a la calidad de vida en la era de la información.
Recordemos que en 1970 ATT pudo haber poseído Arpanet. Y
que Microsoft no se dio cuenta de la importancia de
Internet hasta que Netscape lanzo Navigator en diciembre de
1994, y entonces tuvo que comprar Spyglass y transformarlo
en el browser Internet Explorer. Imaginemos un mundo de
Internet con tecnología propietaria de ATT y Microsoft.
Internet como lo conocemos no existiría. Con todo lo que
ello significa. Por eso la tecnología no determina la
historia, sino la historia la tecnología. Pero como,
gracias a la estupidez de ATT y Microsfot, Internet existe
y es aun libre en gran medida, la capacidad de comunicación
que permite pone en cuestión las formas restrictivas de
propiedad intelectual, promoviendo la circulación de la
creación, de la innovación, de las ideas, en todo el mundo.
Desintermediando intermediarios comerciales, pero también
abriendo el abanico de posibilidades de creación y de
utilización recurrente de la creación. No eliminando el
capitalismo, pero si ampliando la gama de valores de uso
posibles sin connotación comercial. Y manteniendo formas de
ganancia y de negocio, pero mediante nuevos modelos de
negocio basados en el incremento de productividad y la
ampliación de mercado, mas que en el control monopolístico
de un mercado excluyente limitador de la actividad no
mercantilizada.
Larry Lessig ha propuesto una utilísima tipología de las
propiedades que protegen derechos y de aquellas que son
parasitarias (un robo social, en mi terminología). Y
también ha puesto en práctica sus formas alternativas de
derecho de propiedad adaptadas a la nueva función social de
la propiedad en nuestro contexto tecnológico, mediante la
impulsión del proyecto Creative Commons, en el que Brasil
ocupa un lugar destacado. Por tanto, la vía esta señalada,
no hay nada mas que inventar, salvo aplicar aquí también el
método de experimentación y código abierto e ir codificando
la practica mediante nuevas formas de auto-regulación del
respeto al trabajo de los demás, pero no a las rentas de
situación que no se legitiman con nueva creación. Más aun,
la propiedad intelectual restrictiva en un mundo en que la
ciencia y la tecnología son las fuerzas productivas
esenciales, es el principal obstáculo para el desarrollo de
los dos tercios de la humanidad que aun viven en la pobreza.
Y de ahí la importancia del debate en los foros del
comercio internacional.
De modo que los pobres del mundo, los creadores y los
innovadores, tienen un gran objetivo común: la reforma de
los derechos de propiedad para que la creatividad pueda ser
fuente de riqueza y de valor de uso sin que se agoste en
los estrechos canales de su apropiación selectiva por los
rentistas oligopólicos. Lo cual, en el fondo, es un
problema político. Y aquí también juega la tecnología.
7. Libertad, Sociedad y Tecnología
La información es poder. La comunicación es contrapoder. Y
la capacidad de cambiar el flujo de información a partir de
la capacidad autónoma de comunicación, reforzada mediante
las tecnologías digitales de comunicación, realza
sustancialmente la autonomía de la sociedad con respecto a
los poderes establecidos.
Si esto parece abstracto, José Maria Aznar sabe de lo que
hablo, a partir del 13 y 14 de marzo de 2004. Lo cual
quiere decir que la reapropiación por parte de la sociedad
del fruto de su creatividad cuenta ahora con medios
poderosos: Internet, redes globales de comunicación, acceso
a información en código abierto, procesos de cooperación
múltiple, comunicación móvil, multimodal y ubicua. Y todo
ello al servicio de intereses y valores que de debaten,
modifican y deciden con autonomía creciente por parte de
los actores sociales.
Los creadores, los oprimidos, los emprendedores, los que
sienten la vida, pueden compartir sus sueños y sus
practicas. En otras palabras, convergen en el mismo
movimiento la tecnología “cool”, la política “cool” y la
sociedad “cool”. Y esa convergencia debe llegar al análisis
social y cultural, y a la capacidad de integrar la
comprensión de la tecnología en los debates políticos más
avanzados. Va siendo hora, por ejemplo, de que Brasil
evolucione del positivismo de Auguste Comte a la teoría de
la complejidad y escriba una nueva máxima en su bandera:
caos y progreso.