"Libre comercio es libre comercio": Los negociadores tienen lista la entrega
Condoleezza y el acuerdo con el FMI
Bogotá, mayo 12 de 2005
A mitad de camino entre la ronda de Lima (18 de abril) y la próxima de Guayaquil (6 de junio), la cual según los deseos del gobierno colombiano, será la penúltima, varios incidentes están precipitando la deshonrosa firma que el gobierno se apresta a hacer del TLC.
En primer lugar, según el equipo colombiano, la negociación transcurre de acuerdo a lo planificado. Para el flamante negociador, Hernando José Gómez, da lo mismo sacrificar la avicultura, los cereales o abrir las puertas a la inversión irresponsable de las transnacionales, que corregir un párrafo cuya gramática sea confusa. Lo importante es avanzar en la consolidación del texto del Tratado. Llegar a un acuerdo es asunto de tiempo y el marco negociador está definido: el horizonte máximo es conseguir nuevamente las preferencias incluidas en el ATPDEA y el mínimo aceptable por Estados Unidos es el Cafta o el TLC con Chile. Tampoco los negociadores tienen problemas, los asuntos complicados no se definen en la mesa de negociaciones. Son decisiones políticas que debe tomar Uribe Vélez y cuya naturaleza se conoce desde la primera ronda y hay la decisión de firmar.
Estados Unidos ha planteado claramente sus aspiraciones desde el comienzo y sus deseos son órdenes para el gobierno colombiano. ¿O será que el gobierno no sabía que en todos los TLC Estados Unidos solo firma si su agricultura subsidiada es ganadora neta? ¿O tampoco sabía el gobierno que si no se firman los criterios de propiedad intelectual que Estados Unidos exige con alargamiento de duración de las patentes no hay TLC? ¿o tampoco sabían que vamos hacia la desgravación absoluta en un tiempo igual o menor al negociado en los otros TLC?
Esta claro que piden los EEUU y es obvio que Colombia lo entregará. Lo que no está definido es el precio. Colombia quiere el ATPDEA. EEUU puede añadir alguna propina, pero todo depende de que suerte corra el Cafta en el Congreso estadounidense. Hasta el momento tiene dificultades y si fracasa el trámite de ese tratado, EEUU no podrá ofrecer ninguna migaja y el famoso acceso real al mercado norteamericano será una entelequia. Incluso es posible que sin propina no haya tratado así el mincomercio se muera por firmar rápidamente.
Por si a alguien le quedaba alguna duda, Condoleezza Rice vino a obtener ganancias adicionales como lograr una coalición contra Venezuela, a cambio de que al finalizar el Plan Colombia no culmine el apoyo estadounidense a la política de seguridad de Uribe. Ante la ilusión del ministro Botero de que había que aprovechar esta situación para usarla como palanca política para que cediera en los temas de la negociación. Condoleezza habló y dijo (lógicamente refiriéndose a Colombia) que había que trabajar duro, tener voluntad para tomar decisiones difíciles y abrir los mercados porque "libre comercio significa libre comercio".
Los negociadores colombianos dicen que no faltan sino dos rondas para llegar a acuerdos en la mayoría de los puntos y que el tema agrario y de medidas sanitarias puede evacuarse con unas minirondas o videoconferencias adicionales. De todas maneras el asunto no es tan fácil pues el presidente de la SAC, Rafael Mejía, suplica que por lo menos se mantenga el ATPDEA y muchos de sus agremiados opinan que EEUU solo quiere quedarse con el mercado colombiano sin hacer ninguna concesión.
Simultáneamente se firmo el tercer acuerdo con el FMI el cual avanza en el acondicionamiento del país para el TLC. El acuerdo incluye asuntos tales como la reforma a la ley 80 de compras estatales, la venta de Granahorrar, Ecogas, las electrificadoras de Meta y Santander, la empresa de energía de Cundinamarca, avanzar en la venta de Bancafé y finalmente y en relación directa con el TLC, Colombia se compromete a no otorgar mas subsidios a las exportaciones como fue el caso del banano o las flores. Sin embargo ninguna misión del FMI está condicionando en la misma forma a Estados Unidos, allí si puede haber gigantescos deuda externa y déficit fiscal y se pueden subsidiar las exportaciones. En caso de que la obsecuencia del gobierno se imponga habrá TLC con revaluación, con dificultades para acceder al mercado estadounidense debido a su pérdida de dinámica, a la competencia con otros países, a las barreras para arancelarias y sin posibilidad siquiera de apoyar a los exportadores... y eso que el TLC es para ellos. Estas circunstancias a los negociadores colombianos no les preocupan, los contrataron para firmar un TLC no para defender los intereses del país. Deberían ser destituidos como en Ecuador por "debiluchos".
En un momento vital para el país, es indispensable oponer a la obstinación del gobierno en firmar a toda costa, la obstinación del pueblo en impedirlo y la exigencia de que no se suscriba el tratado sin que haya una consulta a la población con garantías a los críticos.
Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio y el ALCA, Recalca Página web: www.recalca.org.co Correo electrónico: recalca@etb.net.co