Costa Rica: TLC: La mentira del empleo textil

2005-03-31 00:00:00

Desde hace algunas semanas, hemos sido testigos de una campaña propagandística malintencionada, que cuenta con el apoyo de la prensa neoliberal y promovida por parte de uno de los sectores que fue más “beneficiado por el denominado tratado de libre comercio (TLC) que a Costa Rica le quieren imponer con los Estados Unidos de América: el los exportadores de textiles.

Han amenazado indicando que si no se aprueba este acuerdo, las pocas fábricas que ya de por sí quedan, cerrarán sus puertas, con la consiguiente pérdida de, al menos, 15 ó 20 mil empleos.

Además de esta campaña en los medios de comunicación, sabemos que en las fábricas textiles, los dueños han estado amedrentando a los trabajadores y a las trabajadoras para que firmen comunicados a favor del TLC.

Esto ha creado un estado de pánico entre estas personas trabajadoras, pues al no tener información veraz y contrastada, han caído en las redes de esta infame mentira.

Creemos necesario, en ese sentido, aclarar algunas situaciones -por más que nos duela-, especialmente a las mujeres operarias del sector textil, porque serán estas trabajadoras las más perjudicadas con el cierre de muchas empresas.

Nuestro compañero de labores, John Ramírez Campos, de la Unidad de Desarrollo Organizacional de la ANEP, nos colabora en la presente reflexión.

Efectivamente, el sector productor de textiles en Costa Rica se ve amenazado, pero no porque no se apruebe ese tal TLC; sino porque el primero de enero de este año, el Acuerdo Multi Fibras, que imponía cuotas de exportación de textiles en el mercado mundial, especialmente a China, llegó a su fin.

Eso significa que el gigante chino de la producción textil, ahora podrá exportar a los Estados Unidos y a Europa, sin ninguna restricción y sin ningún tipo de barrera comercial.

Un dato escalofriante dado por el periódico británico Financial Times (19/07/2004), supone que para los próximos años, China tendrá la capacidad de producir el 50 % de los textiles a nivel mundial. El otro 50 % de la producción se lo tendrán que repartir 159 países productores, entre ellos, los centroamericanos.

Para nuestro querido país esto es especialmente dramático, porque se prevé que sea en Costa Rica, donde se dé la mayor deserción de empresas maquiladoras, especialmente por dos factores.

Por un lado, la industria de la maquila, como creadora de empleo, dejó de ser hace años, una prioridad para el Estado costarricense. Por otro y especialmente, porque han sido los mismos empresarios, los que no han tenido la visión de reconvertir sus empresas para que éstas sean más competitivas en el mercado internacional, por ejemplo, mayor tecnología o producción de paquete completo. Estos son los verdaderos motivos de la inestabilidad en el sector textil.

El TLC, que relegó el agro nacional, a favor de darle mayores cuotas de exportación al sector textil hacia EEUU, no será suficiente para salvar a esta industria.

A lo sumo, y a como están las cosas hoy en día, serán un puñado de empresas las que puedan sobrevivir a la arremetida de productos textiles chinos en el mercado mundial.

En medio de todo esto, los empresarios textileros no han entendido que violando derechos laborales como son la libertad sindical y la negociación colectiva, están ayudando a cavar su propia tumba.

Una de las pocas posibilidades que les quedan a los textileros, es comprometerse a respetar todos los derechos laborales. De esa manera, la industria textil en Costa Rica, podrá exportar al mundo no sólo ropa de calidad, sino también el respeto a la organización de sus trabajadores.

En términos de comercio justo, tendríamos por esta vía una salida, al ofertar ante el consumidor estadounidense un producto de alta calidad pero producido en condiciones laborales y socialmente justas.

Por el contrario, lo que quieren es competir en el mercado bajando salarios y garantías sociales, situación que de nada les servirá ante la realidad china que utiliza una mano de obra prácticamente en condiciones de esclavitud.

Al final, la respuesta la tienen los mismos dueños de las empresas, no el TLC; porque con él o sin él, la producción textilera nacional tiene sus días contados si siguen la lógica irracional de explotación de los chinos.

Artículo publicado en el Diario Extra del 29 de marzo del 2005)

Albino Vargas Barrantes es Secretario General
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)