Cumbre Bush-Martin-Fox en Texas

Declaración de las redes sociales norte-americanas sobre el futuro del TLCAN

2005-03-22 00:00:00

La seguridad humana vulnerada por los efectos del TLCAN debe ser tema prioritario

Prematura toda discusión sobre integración profunda o “TLCAN plus”

El 23 de marzo próximo, los “Tres amigos” del TLCAN se reunirán en el rancho Bush en Texas. Vicente Fox, George Bush y Paul Martin aprovecharán la oportunidad, aislados de cualquier debate público, para avanzar en el proyecto de una integración profunda en América del Norte.

Las discusiones previsibles de los Jefes de Estado sobre un pacto energético norte-americano, políticas migratorias harmonizadas, políticas comunes de seguridad so pretexto de la lucha contra el terrorismo, abren peligrosamente el camino hacia un “TLCAN plus”, hacia una harmonización generalizada de las políticas nacionales a fin de eliminar en cada país lo que las grandes corporaciones llaman las incompatibilidades que limitan la « eficiencia económica ».

Sin embargo, después de once años de implementación del TLCAN, ahora que pueden medirse los impactos de este acuerdo sobre los pueblos, las ciudadanías de los tres países están en su derecho de esperar que sus dirigentes políticos ataquen de frente y de manera prioritaria los problemas en materia de derechos sociales, económicos, culturales y ambientales que conllevó la integración económica. Antes de pensar en profundizar la integración de los países de América del Norte, es imprescindible poner el modelo TLCAN a debate público.

PONER LA SEGURIDAD HUMANA PRIMERO

Si Bush, Fox et Martin pretenden conversar de temas de seguridad, urge entonces que hablen de seguridad humana:

La erradicación de la pobreza y la implementación en América del Norte de un programa conjunto de reducción de las desigualdades deben ser tema prioritario de su agenda. La pobreza persiste en Canadá y en los Estados Unidos, mientras que en México condena a 53 millones de personas (más de la mitad de la población) a vivir con menos de $US 3.80 diarios. Las desigualdades entre los más ricos y los más pobres se profundizan en México y en Estados Unidos, y sólo una herencia de garantías sociales limita el crecimiento de esa desigualdad en Canadá. En los tres países, el creciente fenómeno de feminización de la pobreza es de suma preocupación. En la víspera de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre pobreza en septiembre 2005, los países de América del Norte deben enviar una señal clara a la comunidad internacional en torno a la agenda del Milenio para combatir la pobreza extrema.

Protección y restauración de nuestro medio ambiente. Los expertos y los ciudadanos de los tres países reconocen que el cambio climático es una profunda amenaza para nuestro futuro. Sin embargo, los Estados Unidos se obstinan a no ratificar los objetivos modestos del acuerdo de Kyoto, mientras que en Canadá y en México, falta voluntad gubernamental para tomar iniciativas contundentes. Los tres gobiernos no pueden seguir ignorando la urgente necesidad de desarrollar objetivos más ambiciosos para combatir los problemas ambientales.

Garantizar el acceso de todos a los servicios de Seguridad Social. En uno de los tres países, el acceso de todos al seguro médico y servicios de salud está garantizado y es eje prioritario de atención y recursos estatales, mientras que en los países vecinos, millones de personas siguen desprotegidas. El potencial y la urgente necesidad de ampliar los cinco principios de universalidad, integralidad, accesibilidad, transferabilidad y administración pública exigen de los tres dirigentes de América del Norte a que se comprometan a desarrollar una estrategia conjunta en la región en materia de salud.

Soberanía alimentaria. En los tres países, el TLCAN minó la soberanía alimentaria de las poblaciones al reservar un tratamiento especial a las voraces multinacionales agro-industriales por encima de los derechos de los campesinos y de los consumidores. Ahogada por el dumping de los carteles agro-industriales y la importación de una avalancha de productos agrícolas -en particular el maís y el frijol-, la economía agrícola de México atraviesa actualmente la peor crisis de su historia. Desde que el TLCAN entró en vigor forzó a 1.5 millones de campesinos a abandonar su tierra. La integración vertical de los mercados norte-americanos concentró el poder del mercado en manos de estos carteles y favoreció un sistema centralizado de producción agro-industrial a cambio de un sistema descentralizado de producción campesina. Las economías rurales y nuestro abastecimiento en alimentos están amenazados. El derecho de todos a la satisfacción de sus necesidades básicas es un tema más que los dos Presidentes y el Primer Ministro deben integrar a un plan de acción común en América del Norte para asegurar una vida digna para sus poblaciones.

La ratificación e implementación de los derechos humanos internacionales como fundamento de la gobernabilidad democrática. Bien sea en los círculos políticos o en el sector empresarial corporativo, parece asumirse que las discusiones en torno a la integración continental son el dominio exclusivo del poder ejecutivo de cada gobierno. Los legisladores son marginados de las decisiones, y los ciudadanos aún más. Pero dado que los ejes de la integración y sus distintas modalidades de implementación afectan a todos en América del Norte, porqué se restringe tanto la participación, porqué se limita tanto el debate?

Avances en materia de gobernabilidad democrática exigen que los tres líderes se comprometan a insertar cada una de sus iniciativas futuras en el marco de las garantías internacionales de derechos humanos (los derechos económicos, sociales y culturales, así como los derechos civiles y políticos), tal como las encontramos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el Protocolo de San Salvador, así como en las normas laborales establecidas por la Organización Internacional del Trabajo. Sólo la ratificación y aplicación de estos fundamentos pueden favorecer la definición de los medios democráticamente apropiados que alienten un debate participativo en América del Norte y determinen las formas como los pueblos de la región podrán interactuar en el futuro.

EL TLCAN NO ES EL MODELO A SEGUIR

Si los tres amigos tienen como propósito el de expandir el fracasado modelo del TLCAN en lugar de enfrentar los problemas que el acuerdo generó, están definitivamente en el camino equivocado. Pese a más de una década de destrucción de buenos empleos y de reducción de las normas ambientales en los tres países, los gobiernos de EE UU, Canadá y México siguen tratando de encerrar a más países dentro de las reglas del TLCAN, sea mediante acuerdos bilaterales como el Acuerdo de Libre Comercio entre los Estados Unidos - República Dominicana - Centro América (DR-CAFTA), sea mediante sus esfuerzos para reanimar las moribundas conversaciones del ALCA.

Martin, Bush y Fox deben escuchar las resistencias que toman cada vez más fuerza en la región desde los más diversos sectores, no solo sociales sino incluso de sectores e instancias de los gobiernos. El Congreso de los Estados Unidos ha sido reacio hasta ahora en ratificar el acuerdo DR-CAFTA, y los ciudadanos estadounidenses están preocupados por la falta de protecciones ambientales y laborales, como es el caso en el TLCAN. En el Parlamento de Canadá, el sub-comité sobre Comercio Internacional e Inversiones adoptó recientemente una moción que pide la revisión integral del TLCAN en sus capítulos sobre resolución de controversias y en sus cláusulas “inversionista-Estado” que han llevado a que grandes corporaciones desafíen e inclusive reviertan políticas en materia de salud pública y de medio ambiente.

En México, hay enorme presión para cambiar el injusto régimen estadounidense de inmigración. Las organizaciones campesinas y parlamentarios, apoyados por otros sectores de la población, exigen al Presidente Fox que cumpla con su palabra plasmada por escrito en el Acuerdo Nacional para el Campo en el que se compromete a plantearle a sus homólogos Bush y Martin la revisión o derogación del capítulo sobre agricultura del TLCAN, especialmente respecto a los granos básicos.

Los “tres amigos” de América del Norte deben oír y atender el clamor de los pueblos de todo el continente que han dicho no al Área de Libre-Comercio de las Américas (ALCA). Han logrado con su presión y propuestas detener y posponer las negociaciones, impulsando la visión de que “Otra América es posible”.

Para las redes sociales de América del Norte aquí firmantes que representan una diversidad de organizaciones sociales, una revisión amplia y pública del TLCAN es la condición sine qua non a cualquier nueva iniciativa relacionada con la integración.

Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio
Alliance for Responsible Trade-U.S.A.
Common Frontiers-Canada
Red Quebequense frente a la Integración Continental

22 de marzo de 2005

Para mayor información:

EN MÉXICO:

Alberto Arroyo Picard
Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio (RMALC)
Tel. (52) (55) 5356-0599

EN ESTADOS UNIDOS

Karen Hansen-Kuhn
Alliance for Responsible Trade (ART)
Tel. (202) 898-1566

EN CANADÁ Y QUÉBEC:

Rick Arnold
Common Frontiers-Canada
Tel. (905) 352-2430

Pierre-Yves Serinet
Réseau québécois sur l’Intégration continentale (RQIC)
Tel. (514) 383-2266 ext. 222