En casi 100.000 personas, donde estaban las lesbianas?

2005-02-03 00:00:00

Aproximadamente a las 5 de la tarde de día 26 comienza en
las calles de Porto Alegre la marcha de apertura de la V
versión del Foro Social
Mundial. Es para mí la parte más emocionante de estos
espacios. Las calles son tomadas por los diversos
movimientos sociales con diversos intereses políticos,
incluyendo lo de los partidos políticos, quienes en los
últimos tiempos han tenido una presencia impresionante en
un Foro que se pensó para los movimientos sociales. Ya el
Foro no es lo que era, está cada vez más institucionalizado,
aunque aún no se pierde del todo las voces disidentes y
radicales.

Bajo un sol ardiente y también radiante, se cantaban y
gritaban las
consignas, se sentía aunque fuese por un momento, un signo
de esperanza de que mucha gente quiere cambiar este mundo,
aunque probablemente no queda claro cual es el mundo
posible que se quiere construir y si todos y todas
coincidimos en querer un mismo “otro mundo”.

Lo que allí se expresó fue diverso: la lucha por el agua,
en contra del
capitalismo neoliberal, en contra del ALCA, repudio al
terrorismo de Bush y Sharon, en contra del racismo, del
sexismo, el reclamo de derecho de los y las trabajadores y
trabajadoras, en contra del cierre de fronteras, por una
lengua común: el esperanto, en contra violencia hacia las
mujeres, a favor del aborto, por el derecho a la diversidad
cultural, entre otras muchas expresiones políticas.

Esta vez decidí colocarme en un lugar a ver pasar casi toda
la marcha y
buscar un contingente que estuviera cerca de mis intereses
más inmediatos. Buscaba a las lesbianas, sobre todo a
lesbianas feministas. No las encontré. Y por supuesto yo
tampoco organicé aquel contingente pues era difícil si
llegas a un país juntarlas en un objetivo común en tan
pocos días. Decidí marchar con una lesbiana feminista que
nos colocamos una camiseta que decía: no grata,
significando que como lesbianas no éramos gratas al sistema
patriarcal, heterófobo y capitalista. Por suerte alguna
gente nos preguntó por que no gratas, y era allí que
quedaba explicita nuestra propuesta porque sino también
pasaba desapercibida.

Mi decepción generaron en mi preguntas: ¿qué pasa en Brasil
con el
lesbianismo? Mi respuesta llegó de inmediato:
institucionalizado en Ongs, sin mucha articulación para la
acción política solo para seminarios nacionales como los
SENALE o para marchas de orgullo y lo más, metidas en el
movimiento mixto LGTB, de los cuales habían dos o tres
expresiones en la marcha, visibilizando, a través de la
bandera multicolor con la presencia fundamentalmente de
gays.

Esto también se vio expresado en la programación de las
miles de
actividades que se darán en el foro durante los seis días:
no existen
actividades programadas por y para las lesbianas, lo más
que aparece son actividades del movimiento LGTB y
probablemente ahí habrá alguna lesbiana.

Las chinchetas y Mujeres Rebeldes hemos organizado tres
días de debate
paralelo al FSM, una actividad autoorganizada para las
lesbianas y la
presencia ha sido mínima.

Pienso y repienso en este fenómeno y concluyo en la
urgencia de
(re)-construir este movimiento lésbico ausente de tantos
espacios, sin
propuestas claras, sin discursos, sin expresión
organizativa significativa, invisibles e invisibilizadas.
Sabemos de excepciones, que en algunos países se construye
movimiento, que aunque no se expresa mucho en espacios
internacionales y mundiales, son en este momento la
esperanza de saber de que no todo está perdido.