ALCA, TLCS y APEC: Apertura comercial sin límites
ALCA, TLCS y APEC: Negociando la bidiversidad, la vida, los pueblos, los derechos... Apertura comercial sin límites.
Hoy en día los gobernantes están realizando diversas
actividades y acuerdos que reivindican la economía
mercantilista, la que tiene como norte superponer el
capital ante la vida. El Área de Libre Comercio de las
Américas (ALCA), los Tratados de Libre Comercio (TLC) y
reuniones de la "magnitud" de la APEC, sientan las
bases de la desaparición del ejercicio soberano de los
pueblos originarios, violando normas madres que le
dieron su razón de existir como naciones libres e
independientes, poniendo en juego el principio de la
soberanía del pueblo que es un origen constitucional.
Es importante entender qué está pasando con cada uno de
estos instrumentos mercantiles. El ALCA pretende
otorgar un trato justo y equitativo al capital
internacional, esto quiere decir que se garantizará a
la inversión extranjera privilegios automáticos, sin
posibilidad de que los Estados se nieguen, y por sobre
las concesiones que se le otorguen a los empresarios
nacionales. Este acuerdo plantea "libre competencia"
entre 34 países del norte, centro y sur de América,
exceptuando Cuba. El ALCA pretende eliminar
progresivamente los aranceles o impuestos a la
importación para que las mercaderías puedan circular
libremente. Pero es importante considerar que no
estamos hablando de una competencia entre economías
iguales, por ejemplo Estados Unidos es 1.270 veces más
grande que la economía boliviana. Frente a esto el ALCA
plantea soluciones, dice que las economías más pequeñas
deben eliminar sus aranceles en plazos más largos (5 a
20 años), aquí vale la pena preguntarse; ¿Quién saldrá
perdiendo en esta "libre" competencia?
Por su parte los TLC son acuerdos políticos donde los
países en desarrollo quedan en una posición de extrema
subordinación política frente a Estados Unidos. Estos
tratados imponen un sin número de condiciones,
exigencias y sanciones que finalmente constituyen un
atropello a la soberanía nacional y a las garantías
ciudadanas básicas. Dentro de la agricultura los
tratados posibilitarán la expropiación de las tierras
campesinas e indígenas, imposibilitarán el
reconocimiento de cualquier derecho espacial de los
pueblos indígenas o de cualquier sector social, no
permitirán que se generen procesos de reforma agraria,
patentarán las plantas y animales, el conocimiento
tradicional, la biodiversidad, el agua y los parques
nacionales.
Chile será el escenario de la coronación de estos
"procesos tan exitosos", la Cumbre APEC, que es nada
más y nada menos que una reunión de buenos amigos. El
nombre es Foro de Cooperación Económica del Asia
Pacífico, es un grupo de gente que viene dispuesta a
todo por conseguir buenos negocios. Esta área de
comercio concentra más de la mitad del comercio
mundial, estamos hablando de 419 trillones de dólares,
con 2.500 millones de personas.
Como señala el Economista Patricio Malatrassi, la APEC
es sólo un montaje, es el escenario para que Estados
Unidos coordine los manejos que tiene con este sector,
fortaleciendo a la Organización Mundial de Comercio
(OMC) y al Fondo Monetario Internacional (FMI), que son
los organismos controladores de la economía mundial. Su
objetivo es diseñar una nueva estrategia, ya que
necesitan que alguno de estos países baje sus
aranceles, y así les permitan traficar armas,
medicamentos, es decir les permitan hacer desaparecer
las barreras económicas para poder realizar más
negocios y potenciar su economía.
No pordemos ser sólo espectadores ante esta verdadera
masacre que liquida poco a poco la cultura de América
Latina y del mundo entero. Las víctimas del libre
comercio son las mujeres, los indígenas y campesinos,
los jóvenes y niños, los trabajadores y trabajadoras...
Serán los inversionistas extranjeros quienes decidirán
libremente cuándo y dónde crear fuentes de trabajo en
función de sus ganancias. La flexibilización laboral
se agudizará, disminuyendo cada vez más los empleos
estables y la seguridad social, dando rienda suelta a
la proliferación de subcontratos, donde no exista
respeto alguno frente a los derechos laborales.