Declaración de los movimientos y organizaciones sociales del Mercosur
UE-Mercosur: ganancias para pocos, amenaza para la mayoría
Acuerdo Unión Europea Mercosur: ganancias para pocos, amenaza para la mayoría
1 de octubre, 2004
Resumen
Mientras las negociaciones del ALCA (Área de Libre Comercio de
las Américas) siguen en compás de espera en relación a las
elecciones en los Estados Unidos, los gobiernos de los países
del Mercosur, negocian contra reloj un acuerdo también nocivo
para la región sólo que con la Unión Europea (UE). El apuro es
grande entre los negociadores porque el plazo para la conclusión
del acuerdo termina el 31 de octubre – es ésta la fecha en que
los representantes de la Comisión Europea serán cambiados y, en
caso de que el acuerdo no esté concluido, el proceso negociador
tendrá que recomenzar.
Las organizaciones y movimientos de la región que hacemos la
Campaña Contra el ALCA en el Cono Sur queremos hacer pública y
fundamentar nuestra oposición a este acuerdo lesivo con la Unión
Europea, que pone en juego nuestra soberanía, nuestro futuro y
las posibilidades de avanzar en una verdadera integración
sustentable subregional y con los pueblos europeos.
Como veremos, a cambio de supuestas ganancias para algunos pocos
sectores agroexportadores, nuestros gobiernos de los países del
Mercosur están ofreciendo entregar sectores clave de nuestras
economías a la competencia desigual con las grandes empresas
transnacionales europeas, en áreas como bienes industriales,
pesca y transporte marítimo, seguros, servicios ambientales –
inclusive agua y saneamiento--, servicios financieros y de
telecomunicaciones, compras gubernamentales, normas más
estrictas de propiedad intelectual que impedirán la
transferencia de tecnología y facilitarán la biopirateria y la
apropiación indebida del conocimiento asociado al uso de la
biodiversidad, garantías jurídicas adicionales para los
inversores europeos, etc.
Declaramos que este toma y daca es absolutamente inaceptable,
como lo es la falta total de transparencia con la que se están
conduciendo estas negociaciones.
En consecuencia, exigimos a los negociadores y gobiernos del
Mercosur:
· no firmen el tratado con la Unión Europea.
· detener inmediatamente las negociaciones
· realizar consultas populares y sectoriales previas a
reiniciar negociaciones
· involucrar a los parlamentos nacionales plenamente en
todas las etapas de las nuevas negociaciones, previo a la firma
de cualquier acuerdo
· evaluar los impactos socioambientales y económicos de
la liberalización de las últimas décadas en el región
1. Acceso a mercados en agricultura – La supervivencia de la
agricultura familiar y campesina está en juego
La mayor apuesta de los gobiernos del MERCOSUR esta cifrada en
obtener acceso al mercado europeo para algunas producciones
agropecuarias y agroindustriales de la región. Pero para que eso
ocurra, el acceso a los mercados debe ser una concesión mutua,
es decir, que nosotros tendremos que abrir aún más nuestros
mercados a las importaciones agrícolas subsidiadas europeas, lo
que significará la ruina para la inmensa mayoría de los
agricultores familiares y los campesinos de la región.
Uno de los casos más preocupantes en ésta área de negociaciones
es el caso de la leche, que es considerado producto sensible por
el Mercosur, y tiene hoy un arancel de 27% para la entrada de la
leche europea en nuestro mercado. Sin embargo, la lista de
excepción para productos reconocidamente sensibles del Mercosur
no está siendo aplicada al acuerdo UE-Mercosur. La agricultura
familiar/campesina (pequeños productores), por ejemplo en el
caso de Brasil, es responsable por el 82% de los 1,8 millones de
establecimientos lecheros y por, por lo menos, el 80% de la
producción.. Si el acuerdo fuese firmado hoy, la alícuota de
importación de leche, que es de 27% sería reducida gradualmente
a 0% en diez años, excepto para la leche el polvo, lo que no
eximiría a la agricultura familiar de sufrir serios impactos
porque habría significativas reducciones arancelarias (de cerca
del 50%). La importación, que actualmente ya es alta, sería
desastrosa y afectaría mucho a los precios nacionales y la vida
de millones de pequeños agricultores. Seguramente más de un
millón de éstos, que hoy producen alrededor de 30 litros de
leche por día cada uno, no estarían en condiciones de
productividad para competir con los europeos, e irían a la
quiebra, perdiendo trabajo y engrosando las filas del éxodo
rural. Lo mismo sucede con la producción de cebolla, ajo, vinos,
duraznos y otros. Todos ellos producidos en pequeñas
propiedades.
Más allá de lo que significa este acuerdo en términos de la
apertura de nuestros propios mercados, la apuesta de nuestros
gobiernos de sustentar esta supuesta integración económica en el
aumento de las exportaciones de origen agropecuario y
agroindustrial supone darle a nivel nacional y regional
prioridad a la agricultura de exportación, en lugar que a la
agricultura campesina para satisfacer las necesidades
alimentarias y otras de nuestra población. La agricultura para
la exportación beneficia sólo a una ínfima minoría de los
agricultores de la región (los grandes productores
latifundistas). De hecho, toda la cadena productiva
agroindustrial en la región -desde las semillas hasta los
alimentos procesados- ya está en gran medida transnacionalizada
y en manos de grandes empresas transnacionales, muchas de ellas
de origen europeo. Esta priorización de la agricultura de
exportación amenaza la soberanía alimentaria de nuestros
pueblos, ya que corremos el riesgo, como ya ocurre en la
Argentina, que la producción (de soja) para la exportación
desplace a la producción nacional de alimentos como la leche
para el consumo local, o en Uruguay donde las plantaciones
forestales para le exportación están invadiendo zonas
tradicionalmente agropecuarias, desplazando en uno y otro caso a
los pequeños y medianos agricultores que surten el mercado
interno. También amenaza nuestra soberanía alimentaria, porque
la agricultura de exportación es mayoritariamente de naturaleza
altamente contaminante del suelo, el agua y el aire y se basa en
el principio de uniformidad, en lugar que la rica diversidad de
la agricultura campesina. Estos aspectos ambientales y
sanitarios se verán aún más agravados con la proliferación de
cultivos transgénicos para la exportación.
En las negociaciones de este capitulo agrícola quedan además al
descubierto lo engañosas que son las supuestas ofertas europeas
en materia de acceso. En el sector de carnes los europeos nos
ofrecen cuotas menores a lo que exportamos actualmente, es
decir, 116 mil toneladas, cuando ya estamos exportando 275
toneladas. Como si eso no fuera poco, esta cuota no es ofrecida
de una vez, sino en etapas a lo largo de 10 años, para los
cuatro socios del bloque. Es decir, aunque entreguemos todos
nuestros mercados con la ilusión de que los europeos van a abrir
el suyo a cuotas mayores de exportaciones agropecuarias, donde
tenemos mejores condiciones de producción, ellos siguen
protegiendo mientras nuestros gobiernos ofrecen todo.
Además, la EU sigue proponiendo un mecanismo que aumenta el
arancel a medida que las exportaciones van creciendo. Esto
significa que, cuanto más exportemos, mayor será el arancel.
Esta situación sólo beneficia a quién ya exporta carnes a
Europa, que ganará más por exportar menos, no habiendo real
apertura de mercados para nuevos productores y ninguna
diferencia en la cantidad exportada en función del acuerdo.
Otro punto grave del proceso de negociación en curso es el tema
de los subsidios a la exportación. El subsidio europeo a la
exportación de leche es de 1.700 mil millones de euros para el
año 2004 y existe una previsión de 1.200 millones de euros para
2005. No hay nada acordado en la negociación sobre la forma de
proteger a nuestros pequeños productores agrícolas (agricultura
familiar y campesina) de la agresión que significa este volumen
de subsidios. También no se ha acordado sobre salvaguardias
contra picos de importación de productos agrícolas subsidiados.
La propuesta de la UE en las negociaciones viene acompañada de
algunas condicionalidades, que consideramos absurdas: que el
Mercosur le dé garantías de protección adicional a la propiedad
intelectual ligada a las denominaciones de origen geográfico de
la producción de vinos, quesos y jamones – lo que podría llevar
a la prohibición del uso de expresiones tales como queso
parmesano, roquefort, mortadela, champagna, etc, pues éstas
identificaciones geográficas ya están patentadas en Europa – y
sólo conceder las cuotas a lo largo de diez años y divididas en
dos etapas, dependiendo esta segunda de los resultados de las
negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
2. Amenazas al derecho del Mercosur a tener políticas
industriales autónomas
En bienes industriales el Mercosur ya aceptó abrir más del 90%
de su mercado, y los europeos (que abrirían el 100%) quieren que
este porcentaje llegue también a 100. Esta es una ecuación
desigual, pues si analizamos los items de nuestro intercambio
comercial con la UE, veremos que los países del Mercosur
exportan productos primarios, minerales y manufacturados de bajo
precio e importan básicamente bienes industriales. Con esta
apertura a los bienes industriales, el desequilibrio sería peor.
El último informe de la UNCTAD alerta sobre el hecho de que
entre 1980 y 2003, a pesar de que el volumen de productos
exportados por los países en desarrollo haya crecido también
fuertemente, el poder de compra obtenido por los países con esas
exportaciones creció mucho menos. Esto es así porque aumentaron
mucho más los precios de las mercancías compradas por esos
países y provistas por los países desarrollados en los mercados
internacionales, tales como máquinas y equipamientos, bienes de
informática, industrializados de mayor grado tecnológico y de
investigación (remedios, por ejemplo), que mostraron crecimiento
de más de 9% en 2003. E incluso los productos manufacturados
exportados por Brasil, como calzados, textiles, productos de
acero o de aluminio también presentaron "deterioramiento de los
términos de intercambio", a pesar del crecimiento de sus
volúmenes.
Este deterioro de los términos de intercambio que se acentuará
con este acuerdo, implica además un deterioro inaceptable del
medioambiente y una sobreexplotación de los recursos naturales y
la perpetuación del papel de la región en la división
internacional del trabajo como exportador de materias primas
cada vez más baratas.
Y en el caso de los automóviles, la industria de autopartes
denuncia los enormes prejuicios que tendrían con la apertura
propuesta, teniendo en cuenta principalmente que buena parte de
las fábricas instaladas en la región son europeas y que
readecuarían sus estrategias de producción para privilegiar el
comercio intrafirmas y a sus proveedores europeos.
3. El acuerdo transforma al agua, el saneamiento ambiental y
nuestro mar territorial en mercancías
En las negociaciones sobre servicios está en juego la apertura
de sectores como telecomunicaciones, bancos, seguros, "servicios
culturales y educativos", "servicios ambientales" (agua,
saneamiento y control de la contaminación ambiental), servicios
postales, construcción civil y turismo. Mención especial merece
el agua, y en especial el Acuífero Guaraní compartido por los
países del MERCOSUR. Aunque no hace parte HOY de lo que reclama
la Unión Europea, en la medida que se trata de un acuerdo que
queda abierto a compromisos mayores de liberalización, no puede
caber la menor duda que una vez firmado el acuerdo marco
inicial, las grandes transnacionales del agua, que en su mayoría
son europeas, querrán acceso irrestricto al Acuífero Guaraní.
En las discusiones sobre pesca y navegación de cabotaje, la UE
está ejerciendo presión para reducir nuestro mar territorial de
200 millas a 12 millas; de esta forma, los navíos con bandera
europea podrían considerar de su propiedad todo lo que fuese
pescado fuera del límite de las 12 millas. Esto no es más que el
primer paso a la privatización de los mares! Como se no bastase,
el MERCOSUR está ofreciendo a los inversores europeos un
tratamiento igual al que le es concedido a nuestros inversores y
empresas.
4. El Mercosur ofrece preferencia a Europa en las compras del
sector público
En las negociaciones sobre compras gubernamentales, el Mercosur
ofrece preferencia a los europeos, en relación a otros países y
regiones. Esto significa que después que se firme el acuerdo,
todas las licitaciones públicas del gobierno nacional, por
encima de cierto valor, darían derecho a los europeos a tener
preferencia internacional en la disputa. Y, obviamente, en
diversas áreas ellos tienen proveedores en mejores condiciones
de competir que nuestra industria, y podrán así disputar las
inversiones públicas en infraestructura, con la pérdida del
potencial de generación de empleo nativo que eso significa.
5. El acuerdo es ilegítimo y nocivo para nuestros pueblos.
Lo más grave es que existe una gran presión para la aceptación
del acuerdo por parte de algunos sectores agropecuarios (y
dentro de los gobiernos, por ejemplo en el caso brasileño
predominan los intereses representados por los Ministerio de
Agricultura y de Desarrollo Industria y Comercio) cuando ni
siquiera hay una evaluación de la propuesta global europea. La
Unión Europea dice que está fuera de discusión el trato
asimétrico en sectores específicos, como por ejemplo los
textiles. Nos preocupa mucho el desequilibrio de estas
negociaciones y el hecho de que nuestros gobiernos no lo estén
considerando, mientras que es un principio fuertemente defendido
en las negociaciones del ALCA, donde no se acepta una
negociación en la que las diferencias de desarrollo económico,
productivo y comercial no sean tenidas en cuenta.
Las concesiones que puedan ser hechas en este acuerdo abren un
precedente, que hace muy difícil negarse a ofrecer lo mismo en
otros acuerdos. Esto significa que, habiendo hecho ofertas tan
generosas a la UE, el Mercosur tendrá que arrancar desde ese
piso, o aún más, cuando se cuando se produzca el reinicio de las
negociaciones del ALCA. No hay dudas de que el gobierno de los
Estados Unidos reiniciará las negociaciones con la exigencia de
que los países del Mercosur sean tan generosos como los Estados
Unidos cuanto lo hayan sido con la UE.
Con la perspectiva de hacer viable un Mercosur reformulado que
sirva a una estrategia de creación de una comunidad económica y
política en América del Sur, los términos del acuerdo hoy
negociado con la UE son inaceptables.
Si nuestra diplomacia supo parar las negociaciones del ALCA
porque estaban lejos de atender a las necesidades y deseos en
relación a un proyecto de desarrollo sustentable e autónomo,
¿por qué dejan que siga adelante el acuerdo con los europeos?.
Este acuerdo pone en riesgo sectores importantes de la
agricultura familiar, de nuestra industria y servicios, y el
empleo de millones de ciudadanos del Mercosur. ¿Todo eso para no
ganar nada?. Tan sólo un acuerdo de "libre comercio" más que
aumentará las ganancias de las transnacionales europeas y de
pocos sectores del agronegócio.
La firma del acuerdo representaría una imposición no sólo a la
próxima Comisión Europea, sino también a uno de los estados
miembros del Mercosur que elegirá nuevo presidente el mismo día
que debería ser firmado el acuerdo (31 de octubre, elecciones
presidenciales en Uruguay). Un acuerdo a los apurones como el
que está siendo negociado sin dudas burlaría la voluntad de los
pueblos de ambas orillas del Atlántico.
6. Conclusiones
No entendemos y no aceptamos las razones por las cuales los
gobiernos y los intereses de los capitales que estos defienden
tengan tanto apuro para celebrar acuerdos de "libre comercio".
La propia Unión Europea nos dio un ejemplo de paciencia y
mesura, ocuparon los últimos cincuenta años para construir un
acuerdo entre los países europeos, y ahora quieren imponernos un
acuerdo tan amplio en tan poco tiempo.
Ante esta amenaza de firma de un acuerdo tan nocivo para la gran
mayoría de la sociedad, es crucial que los movimientos sociales
que nos movilizamos contra el ALCA resistamos y presionemos a
nuestros gobiernos para que
· no firmen el tratado con la Unión Europea.
· detener inmediatamente las negociaciones
· realizar consultas populares y sectoriales previas a
reiniciar negociaciones
· involucrar a los parlamentos nacionales plenamente en
todas las etapas de las nuevas negociaciones, previo a la firma
de cualquier acuerdo
· evaluar los impactos socioambientales y económicos de
la liberalización de las últimas décadas en el región
De Brasil
- Campanha Brasilera de Luta contra a ALCA
- Coordinación de Movimientos Sociales
- ABONG – Associação Brasileira de ONGs
- CUT – Central Única dos Trabalhadores
- REBRIP – Rede Brasileira Pela Integração dos Povos
- Via Campesina Brasil (Movimento dos trabalhadores rurais sem
terra- MST, Movimento dos pequenos agricultores- MPA, Movimento
das mulheres camponesas- MMC, Movimento dos atingidos por
barragens – MAB, Comissão pastoral da Terra- CPT)
- FETRAFSUL
- CONTAG
Argentina
- Autoconvocatoria No ALCA
Uruguay
- Campaña nacional por la soberanía y contra el ALCA
Paraguay
Iniciativa Paraguaya NO ALCA
MCNOC
Continental
- Aliança Social Continental
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