Violencia sexista en mujeres y homosexuales: Construyendo un solo camino<br>Minga Informativa de Movimientos Sociales/Pensar-es haceres

2004-08-03 00:00:00

La violencia constituye uno de los principales problemas
abordados en este primer Foro Social de las Américas, donde se
vislumbra el sistema neoliberal como un factor clave para
entender la esencia de la violencia social. Sin embargo, en el
contexto de género la violencia debe redefinirse en términos más
cotidianos "La violencia sexista es ejercida por aquellos que
están más cercanos a nosotras" dijo Nalú Faria, de la Marcha
mundial de mujeres este 29 de julio en la conferencia "Hacia la
erradicación de la violencia sexista" afirmando que la violencia
ha sido ya naturalizada dentro del espacio privado, por lo que
el feminismo se ha dado la tarea de hacerla del dominio público
en la discusión.

El teatro nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana recibió
a un diverso público interesado en tratar la violencia hacia las
mujeres y homosexuales; en especial destacaba la presencia de
los jóvenes-adolescentes que permanecieron en el teatro después
de haber visto el documental "Fahrenheit 9/11" previo a la
conferencia, con el interés de ampliar sus horizontes en el
tema, que a su parecer, la violencia a la mujer se ejecuta en el
mismo lenguaje, o en la manera de valorar el cuerpo femenino
"como si fueran sólo carnes", "se dice: esa mujer está rica, o
está buena y no debe expresarse así" opinión compartida en un
grupo de chicos de 15 a 16 años.

Y en ese tono, la brasileña Faira se refirió a la violencia de
la mercantilización del cuerpo de la mujer que lleva a la noción
de un cuerpo-objeto desechable. Además se señaló la violencia
sexista practicada en el abuso de la fuerza de trabajo de la
mujer partiendo de la premisa de que ella siempre está
disponible y además dispuesta, premisa que se extiende al
terreno de la sexualidad. Por otra parte, la cultura en general,
construida patriarcalmente se ha llenado de representaciones
duales que apuntan sólo a dos tipos de mujeres virtuosas o
profanas, según su manera de moverse en el mundo, sirviendo todo
esto como contraataque a la lucha que las mujeres emprenden.

No dejó de hacerse mención del femicidio perpetrado en Ciudad
Juárez, México, que hace necesario luchar contra este tipo de
violencia que se corresponde con la violencia global
anticapitalista, definida como racista, machista, misógina y
homofóbica. La homofobia es por cierto un reto que se antepone a
una lucha que los homosexuales han enfrentado, pero no pueden ni
debieran afrontarlo solos, puesto que es necesario un cambio
estructural de fondo.

Marcelo Suntey, representando a la comunidad homosexual
argentina, argumentó que se tiene como logro un cambio en el
discurso referido a la homosexualidad gracias al contexto de
debate en torno a ésta y a la homofobia, con lo que se ha dado
paso al derecho a la diferencia, pero se lamenta que los actos
no correspondan al discurso. Como ejemplo de ello encontramos la
violencia que ejerce la policía en el maltrato y encierro de
homosexuales practicando trabajo sexual, esto sumado a la
respuesta general de la sociedad que se empeña en burlarse y
acosar a las parejas que se deciden a salir con libertad a
relacionarse con la gente, o incluso se hace común la burla a
las mujeres deportistas cuyo cuerpo se empieza a masculinizar
por razones obvias.

Siendo en principio una violencia externa, se filtra a la
cotidianidad y a la intimidad de las parejas homosexuales que se
ven afectadas doblemente. Las coincidencias que se encuentran en
la perspectiva de mujeres y de homosexuales son precisamente
estos tipos de infiltración de un sistema político-legislativo,
definido violento, en las mentes y corazones de las personas. La
lucha homosexual pugna por cambiar una legislación más inclusiva
y de absoluto respeto a las diferencias, no parcial. Y resulta
urgente alterar el sistema de representaciones que genera esta
violencia desde nuestras conciencias, desde nuestros espacios
diarios. Es necesario que tomemos un camino como humanidad, con
justo motivo en la apertura de este nuestro primer gran foro se
sugirieron el género y la diversidad como ejes transversales del
Foro Social Mundial, pero deben ir más allá de lo transversal.
El camino debe ser de consistencia, no sólo permitir que en el
trayecto crucen las mujeres, atraviesen los homosexuales con su
lucha, sino caminar juntos en una misma lucha.