Vía Campesina: FAO declara la guerra a los campesinos
La Vía Campesina, la mayor red mundial de movimientos
campesinos y agricultores familiares, condenó hoy
enérgicamente el informe 2004 de la Organización de Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) titulado
"Biotecnología: ¿respondiendo a las necesidades de los
pobres?", por considerarlo un apoyo descarado a la industria
de los organismos transgénicos y como tal, un atentado al
trabajo por soberanía alimentaria de los campesinos y
campesinas del mundo, particularmente en los países del Sur.
La protesta, que fue apoyada unánimemente y aplaudida desde el
plenario del IV Congreso de la Vía Campesina —que sesiona en
Itaici, Brasil, del 14 al 20 de junio, con asistencia de cerca
de 500 delegados de 80 países— acompaña la entrega a la FAO en
Roma de una carta abierta a su director, Jacques Diouf,
firmada por más de 650 movimientos y organizaciones de la
sociedad civil y 850 personalidades e individuos de todos los
rincones del planeta. Significativamente, la carta abierta se
titula "La FAO declara la guerra a los agricultores, no al
hambre". (ver en http://www.grain.org/nfg/?id=181)
El informe de la FAO fue elaborado sin ninguna consulta a las
organizaciones campesinas o de pequeños agricultores, "sin
embargo, parece haber sido ampliamente discutido con la
industria" sostiene esta carta abierta, firmada también por
Vía Campesina.
Este documento parte de bases erróneas e informaciones
tendenciosas y llega a conclusiones deplorables. Informado
por quienes lucran con los transgénicos, sostiene que la
biotecnología sería una solución para el hambre en el mundo y
la creciente demanda por el aumento poblacional, y que el
único problema (ignorando todas las evidencias de problemas
ambientales y de salud) es que los transgénicos no llegan a
los pobres porque no se ha trabajado en cultivos relevantes
para los campesinos del Sur, tales como teff, mijo y mandioca.
La FAO reconoce que la industria biotecnológica está altamente
concentrada en unos pocas empresas gigantes a las que sólo les
interesa ganar dinero. Por tanto, dicen que debería haber
investigación pública, pero como esto no es posible, para que
las transnacionales puedan manipular genéticamente los
cultivos campesinos del Sur sin tener pérdidas, los países
tienen que darles garantías de que "no robarán sus
investigaciones", extendiendo los sistemas de patentes y
aplicando la tecnología Terminator, que produce semillas
suicidas (estériles en segunda generación). O sea, primero
biopiratean nuestros cultivos a través de los sistemas de
patentes, y ahora dicen que si no respetamos sus patentes los
estamos robando.
El informe no se basa en fuentes científicas independientes y
ni siquiera en una comparación de diferentes datos
disponibles, sino en "estudios" de las propias empresas
biotecnológicas. Por ejemplo, afirma que el algodón
transgénico insecticida (Bt) en la India ha sido un éxito,
basado en datos parciales de ensayos de Monsanto en el 2001,
pero no toma en cuenta los datos reales de la liberación de
algodón transgénico en el 2002, que muestran que fue un
fracaso.
La propuesta de la FAO de un arreglo tecnológico de cultivos
campesinos para atender el hambre en el mundo, ignora
intencionalmente que ya se producen más de dos kilos de
alimentos por persona y día, y sin embargo, la mitad del
planeta sufre hambre, desnutrición o insuficiencias
alimentarias. El hambre, expresa la carta abierta, no tiene
nada que ver con la tecnología y sí con la injusticia social,
la falta de acceso y el control de la distribución a manos de
las empresas transancionales. Las propuestas de la FAO
empeorarán esta situación.
"Las multinacionales quieren manipular nuestros cultivos, para
poder controlar toda la cadena alimentaria a nivel global,
obligándonos a dejar la producción de alimentos -aún
localmente- y a tener que consumir sus productos en todo el
mundo. Con este informe, la FAO le provee la justificación
para seguir contaminando nuestros cultivos" declaró Paul
Nicholson, en el tercer día del Congreso de Vía Campesina y
agregó "Rechazamos este informe y en este Congreso revisaremos
nuestras estrategias con respecto a ésta y otras agencias de
Naciones Unidas. Ahora están mostrando su verdadera cara:
dicen ser organismos públicos, pero en realidad les hacen el
trabajo de legitimación a las empresas transnacionales que
promueven la agricultura industrial y la expulsión de
campesinos, complementando el trabajo devastador de guerra
contra los pobres de la Organización Mundial de Comercio, el
Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional".
Y para Vía Campesina, el camino está claro: no se trata de
pedir concesiones a ninguna de estas instituciones, sino
seguir trabajando desde las bases, en redes horizontales y
diversas, integrando campesinos, indígenas, comunidades negras
y locales, mujeres y jóvenes, promoviendo la desobediencia
civil afirmando la diversidad cultural, a través de la
recuperación de tierras, el rescate y defensa de sus semillas,
la lucha y denuncia de las imposiciones de las instituciones
multilaterales y muchas otras acciones. Globalizando la lucha
y globalizando la esperanza.
Declaración de Vía Campesina frente a informe de la FAO
(21/5/2004)
http://www.viacampesina.org/art_sp.php3?id_article=%20333
* Silvia Ribeiro es investigadora del Grupo ETC