Carta abierta sobre la academia militar y el TLC
Carta abierta del Colectivo Pablo Presbere a la comunidad estudiantil y nacional sobre la academia militar y el TLC
"ámese la verdad y dígase sin temor ni ira"
José Martí
Durante casi dos años se esgrimieron una tras otra las
razones en contra de la instalación de una academia militar
gringa en nuestro territorio.
Nos sumamos cada vez a más voces, y con una voz cada vez
más potente, en diferentes tonos, desenmascaramos las
verdaderas intenciones del emperador norteamericano, el
montón de bandidos que le rodean y su enviado para Costa
Rica: John Danilovich.
No nos tembló la voz para señalar a quienes súbditos se
prestan con firmas vergonzosas a entregar nuestro país; a
Rogelio Ramos y su afán militarista, a Abel Pacheco y su
complicidad con crímenes y torturas.
Dejamos bien claro que de lo que se trata aquí no es solo
de individuos, por más infames que en efecto existan y
aunque estos jueguen un papel de importancia, sino de
sistemas de dominación y lógicas guerreristas, ejercidas
por grupos dominantes, minoritarios y anti-populares, en
búsqueda de consolidar y reproducir su dominio, bajo el ala
de los halcones filibusteros de la casa blanca y del
pentágono.
Los propulsores de la academia nos llamaron mentirosos,
extremistas, anti-norteamericanos, dijeron que éramos
simpatizantes del crimen, y que no estábamos bien
informados, al igual que ahora hacen contra los opositores
al TLC; nos trataron con el desprecio con que siempre han
tratado a nuestros pueblos los gobernantes de Estados
Unidos y las élites criollas.
Sin embargo, sumados en una sola voz de diferentes voces,
fuimos demoliendo sus intensiones, falsedades y engaños.
¿Quiénes en realidad mentían? ¿Quiénes ocultaban y
tergiversaban? ¿Quiénes son los extremistas? ¿Quiénes los
criminales? ¿Quiénes los anti-mundo, los anti-pueblos, los
anti-nauraleza, los anti-pobres, los anti-futuro? ¿Quiénes
los que se expanden voraces con tratados de libre comercio
donde no lo hacen con armas y con fuerza bruta?
Habiéndose destapado el maloliente tamal, no les quedó más
remedio que maniobrar para retirar el proyecto ILEA de la
corriente legislativa lo más "honrosa" y silenciosamente
posible. La sucursal del imperio dio plazo hasta el día
viernes 30 de abril del 2004 para aprobar el convenio o de
lo contrario se lo llevarían a otro país, "si Costa Rica no
quiere, otros quieren", decía prepotente Danilovich algunos
meses antes.
El plazo venció, y la verdad es que no pudieron aprobarlo.
Adonde quieran llevarse su tenebroso proyecto les seguirá
el fantasma de la lucha que dimos.
Queda mucho por delante aún, la militarización de los
cuerpos represivos de nuestro país, de lo cual Bambuzal es
apenas una llamada de alerta y un ejemplo elocuente, y las
iniciativas que convierten a Costa Rica en una base militar
más para la máquina de la muerte que los Estados Unidos
están desplegando por el mundo, son apenas dos
recordatorios. Buques de guerra desde donde se lanzan
mortíferos ataques, aviones de guerra preñados de niños
muertos, marines capaces de obedecer las más torcidas
órdenes, se pasean peligrosamente por nuestras costas,
surcan nuestros cielos y andan por nuestro territorio como
andar por su casa.
Nos sumamos nuevamente como una voz más a quienes ya
levantan la voz contra el proyecto de anexión que fue
firmado en nuestro nombre y sin nuestro permiso, de la
manera más antidemocrática que sea dable imaginar.
No nos tiembla la voz para llamar a resistir y luchar
contra el TLC, convencidos de que lo podemos detener.
América Latina nos ha dado recientemente buenos ejemplos de
lo que es capaz de conseguir un pueblo que se lanza a la
calle.
A un pueblo en la calle nadie con la miserable
representación que le otorga el 25% de los votos posibles
puede pretender pasarle por encima.
Las partes que firmaron este tratado son las mismas que
firmaron el convenio de la academia militar, utilizaron el
mismo método, nos mintieron entonces y nos mienten ahora,
nos creen tontos, nos subestiman de nuevo.
Llueva o truene, con gases o sin ellos, este país se
defiende, si es preciso en las calles.
Que nadie se engañe, Costa Rica no se arregla con remiendos
sino con transformaciones profundas y populares.
Que sea útil el ejemplo de la lucha ganada.
Universidad de Costa Rica
Junio del 2004