Las movilizaciones de abril
MST Informa, Año III - Nº 63, viernes, 30 de abril de 2004
La Jornada Nacional por la Reforma Agraria desencadenada la
primera quincena de abril mostró una vez más a la sociedad
brasileña la necesidad y urgencia de democratizar la
estructura agraria del país. Los millares de familias de
trabajadores rurales Sin Tierra que participaron en las
marchas, en las ocupaciones de latifundios y en los
campamentos de las grandes ciudades mostraron su disposición
a luchar para permanecer en el campo, produciendo alimentos.
Son familias que se oponen a ir a las grandes ciudades para
engrosar los cinturones de miseria de las favelas urbanas.
Son brasileños que reivindican la garantía de acceso al
trabajo, vivienda y educación. Exitosas, esas luchas
sirvieron para reanimar a nuestra base social y aumentar la
auto-confianza en el poder transformador que tienen las
masas sociales organizadas y movilizadas. Creció la
certidumbre de que no basta elegir políticos comprometidos
con las transformaciones. Es necesario que ocurran las
luchas sociales para que realmente esos cambios se
concreten. El comportamiento de los medios de comunicación
tampoco fue diferente al de las otras jornadas de lucha.
Concedieron amplios espacios en los noticiarios a las
movilizaciones acontecidas pero en ningún momento salieron
de su posicionamiento al lado de los intereses del
latifundio.
Mentiras en los medios de comunicación
La repercusión de las luchas también hizo que aquellos
intelectuales encargados de defender el latifundio ganasen
nuevos espacios en la prensa. Algunos de ellos tratan de
eliminar el problema de la cuestión agraria simplemente
diciendo que no existe puesto que no hay tierras
improductivas o latifundios. Otros, del mismo equipo, se
esfuerzan en desmoralizar la propia organización de los
trabajadores, a sus líderes y sus propuestas para la
agricultura brasileña.
De igual forma, la jornada de luchas obligó a la clase
política a posicionarse sobre la cuestión. No tan sólo los
políticos ya identificados con el latifundio, sino aquellos
que usan una retórica ambigua para "nadar y guardar la
ropa", pensando que al mismo tiempo gustarán a los
latifundistas y a los sin tierra.
La Reforma Agraria no será hecha a gritos y mucho menos
fuera de lo que establece la ley, pero sí es necesario
hacerla. Y nuestras luchas, nuestras movilizaciones tienen
lugar precisamente para que la Constitución Federal sea
cumplida.
La importancia de la unificación de las luchas
Pero la influencia de esos acontecimientos no se dio
solamente entre los que se oponen a la Reforma Agraria.
Crece en otros sectores sociales, del campo y de la ciudad,
la certeza de la necesidad de movilización para obtener
conquistas sociales.
Vamos a sumar a la lucha por la Reforma Agraria la lucha
contra el desempleo, por vivienda, salud y saneamiento
básico, las reivindicaciones de los pequeños agricultores,
la defensa de las tierras indígenas, la lucha por una
educación pública gratuita y de calidad. Es importante
unificar todas las luchas de los que sueñan con la
transformación social de este nuestro país.