Crece criminalización a defensores del ambiente en Panamá
Aunque usted no lo crea... En la opinión pública internacional, Panamá está siendo renombrada como país de prosperidad y auge económico, que simboliza un supuesto desarrollo humano. Pero la otra cara, poca visible en los medios nacionales e internacionales, es la de que organizaciones socioambientales y afectadas por proyectos extractivos tienen que hacer su propia comunicación y denunciar el incumplimiento del Gobierno de Panamá, en darle protección al ejercicio de los Derechos Humanos.
La casería inicio con la persecución, hostigamiento, amenaza de muerte, y penalización a la dirigencia comunitaria rural y urbana que rechaza estos proyectos que son incompatibles con el patrimonio natural, cultural y panameño.
Casos como: persecución a los moradores de isla Pedro González por oponerse a una mega obra de turismo inmobiliario del millonario grupo Eleta, la demanda millonaria de la hidroeléctrica Los Estrechos a Larissa Duarte del Movimiento Campesino por la Defensa del Río Cobre MOCAMDERCO, la amenaza a la periodista y defensora de la Laguna de Matusaragati de Darién Ligia Arreaga, los Vecinos de Coco del Mar que se oponen a construcciones que incumplen los estudios de impacto ambiental en la ciudad de Panamá y otros, son algunos, en que los inversores de la crisis ambiental apuntan.
A lo anterior, se le suma la querella penal a los defensores de los Derechos Humanos y Ambientales del río Tabasará: Clementina Pérez, Toribio García, Carmecita Tedman, Oscar Sogandares y Manolo Miranda, demandados por supuesta inviolabilidad de propiedad de la empresa Generadora del Istmo GENISA que construye la represa Barro Blanco.
Los casos en mención son una muestra que en Panamá se incumplen el ejercicio de los Derechos Humanos por parte del Estado, dejando a su merced a que las empresas al libre albedrío, ejecuten toda influencia en los tribunales para que sean admitidos las denuncias y demandas a favor de los accionistas.
Máxime, cuando las funciones de la Defensoría del Pueblo han quedado sin causa y efectos, ya que su rol no representa las aspiraciones de afectados y víctimas por una justicia verdadera. Todo queda a la deriva de los fiscales y magistrados pagados por lacayos extractivistas, al igual que la impunidad que reina sin cesar por encima de la balanza de lo justo y verdadero, contrario al legítimo derecho que poseen las comunidades por su antaño y vida productiva.
Panamá vive, subordinado a los dictámenes incongruentes, bajo el crimen del silencio en donde opera la sinrazón del poder económico y político por encima de la mayoría, que son los indignados, los que sostenemos el seudodesarrollo inequitativa, imaginario y monótono de la estrés neoliberal.
Vemos como la burla se hace circo diario por los actores y actrices improvisados, trasnochados de la mal llamada política estéril y criolla, en donde las grandes pantallas de la tv desdibujan la arquitectura social y moral, para seguir las falacias de los promotores neocolonialistas de las mentes y conducta hacia la ilusoria sociedad de papel.
La lucha de los pueblos de Panamá, continúa, y hacen un llamado a la conciencia ciudadana para salir a defender nuestro legado ecológico y cultural, bajo una sola bandera, que es nuestro territorio nacional.
- Olmedo Carrasquilla Aguila / Colectivo Voces Ecológicas COVEC y
Aunque usted no lo crea... En la opinión pública internacional, Panamá está siendo renombrada como país de prosperidad y auge económico, que simboliza un supuesto desarrollo humano. Pero la otra cara, poca visible en los medios nacionales e internacionales, es la de que organizaciones socioambientales y afectadas por proyectos extractivos tienen que hacer su propia comunicación y denunciar el incumplimiento del Gobierno de Panamá, en darle protección al ejercicio de los Derechos Humanos.
La casería inicio con la persecución, hostigamiento, amenaza de muerte, y penalización a la dirigencia comunitaria rural y urbana que rechaza estos proyectos que son incompatibles con el patrimonio natural, cultural y panameño.
Casos como: persecución a los moradores de isla Pedro González por oponerse a una mega obra de turismo inmobiliario del millonario grupo Eleta, la demanda millonaria de la hidroeléctrica Los Estrechos a Larissa Duarte del Movimiento Campesino por la Defensa del Río Cobre MOCAMDERCO, la amenaza a la periodista y defensora de la Laguna de Matusaragati de Darién Ligia Arreaga, los Vecinos de Coco del Mar que se oponen a construcciones que incumplen los estudios de impacto ambiental en la ciudad de Panamá y otros, son algunos, en que los inversores de la crisis ambiental apuntan.
A lo anterior, se le suma la querella penal a los defensores de los Derechos Humanos y Ambientales del río Tabasará: Clementina Pérez, Toribio García, Carmecita Tedman, Oscar Sogandares y Manolo Miranda, demandados por supuesta inviolabilidad de propiedad de la empresa Generadora del Istmo GENISA que construye la represa Barro Blanco.
Los casos en mención son una muestra que en Panamá se incumplen el ejercicio de los Derechos Humanos por parte del Estado, dejando a su merced a que las empresas al libre albedrío, ejecuten toda influencia en los tribunales para que sean admitidos las denuncias y demandas a favor de los accionistas.
Máxime, cuando las funciones de la Defensoría del Pueblo han quedado sin causa y efectos, ya que su rol no representa las aspiraciones de afectados y víctimas por una justicia verdadera. Todo queda a la deriva de los fiscales y magistrados pagados por lacayos extractivistas, al igual que la impunidad que reina sin cesar por encima de la balanza de lo justo y verdadero, contrario al legítimo derecho que poseen las comunidades por su antaño y vida productiva.
Panamá vive, subordinado a los dictámenes incongruentes, bajo el crimen del silencio en donde opera la sinrazón del poder económico y político por encima de la mayoría, que son los indignados, los que sostenemos el seudodesarrollo inequitativa, imaginario y monótono de la estrés neoliberal.
Vemos como la burla se hace circo diario por los actores y actrices improvisados, trasnochados de la mal llamada política estéril y criolla, en donde las grandes pantallas de la tv desdibujan la arquitectura social y moral, para seguir las falacias de los promotores neocolonialistas de las mentes y conducta hacia la ilusoria sociedad de papel.
La lucha de los pueblos de Panamá, continúa, y hacen un llamado a la conciencia ciudadana para salir a defender nuestro legado ecológico y cultural, bajo una sola bandera, que es nuestro territorio nacional.
- Olmedo Carrasquilla Aguila / Colectivo Voces Ecológicas COVEC y Radio Temblor, Panamá