Mujeres debaten sobre la mercantilización y el control de los cuerpos
Debate sobre a mercantilização e medicalização
– Foto: Elaine Campos
Desde que comenzó el noveno Encuentro Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres, las militantes nacionales e internacionales se reunieron en debates unificados discutiendo los desafíos y los sentidos políticos de la construcción del movimiento. A partir del día 28, el programa del Encuentro se dividió en dos espacios. Un primer en el cual las delegadas internacionales discuten las estrategias para la próxima Acción Mundial, en el 2015, y la elección del nuevo Secretariado Internacional, SI. En las tiendas y los auditorios, las militantes de Brasil y de América Latina realizan paneles simultáneos para avanzar en sus discusiones y estrategias de acción y resistencia.
Los debates se llevan a cabo en tiendas tituladas con nombres de grandes luchadores feministas brasileñas. Regina Stella es una de ellas. Activa en la cultura y lideresa histórica de las huelgas del ABC Paulista y de grandes manifestaciones, entre ellas los comicios de 120.000 personas en la Plaza Charles Miller. Su nombre dio título a la tienda, donde se llevó a cabo el debate “mercantilización y medicalización: control del cuerpo y de la sexualidad”, con la presencia de la socióloga Sarah Luiza, de la MMM en Ceará, la médica Ana Pimentel de la MMM de Río de Janeiro, y la periodista Gabriela Moncau, del colectivo DAR (Desentorpecendo Reason).
Sarah expuso sobre la dificultad de las mujeres para relacionarse con su propia sexualidad y los tabúes que lo rodean. En nuestra sociedad, el control sobre el cuerpo y la sexualidad son dos de los principales pilares que sustentan el patriarcado. Patrones del cuerpo y la sexualidad son impuestos todo el tiempo en nuestras vidas. En la vida privada, esta realidad hace que muchas mujeres encaren el sexo como una cuarta jornada. Pues, por desgracia, el sexo no es visto como algo que proporciona placer y establece diversos conflictos en las relaciones personales entre hombres y mujeres.
Ana Pimentel afirmó que la biomédico, el Estado, el mercado y la religión son instituciones centrales en la regulación de lo que es ser mujer. Estas instituciones crean y profundizan procesos sociales como la mercantilización, la medicalización y la moralización de nuestros cuerpos, fortaleciendo las diferencias radicales entre los sexos. Ella afirmó que la medicina ha producido cada vez más la idea de que sólo los hombres son capaces de organizar la vida social, mientras que las mujeres pasarían por diversos procesos de desestabilización. La batalla por el control de nuestro cuerpo pasa por las imposiciones relacionadas con la maternidad y se refleja incluso en la violencia contra las mujeres en las salas de parto.
La maternidad obligatoria, la negación de la menstruación, los diversos tipos de píldora anticonceptiva sería partes de estos procesos. Cada vez más mujeres consumen medicamentos para controlar su cuerpo y su comportamiento, siendo una de las principales fuentes de lucro de la industria farmacéutica. Este proceso está vinculado a la producción de conocimiento que no es neutral, sino que refuerza las desigualdades. “Tenemos que construir una red de mujeres feministas de la ciencia y la tecnología para pensar y cuestionar estos procedimientos”, dijo la activista, estudiante de posgrado en Salud Pública por laUERJ.
Ampliando el debate sobre la autonomía y el control del cuerpo, Gabriela Moncau presentó aspectos comunes entre la lucha por la legalización del aborto y la lucha antiprohibicionista. Para ella, los criterios que definen la ilegalidad del aborto son los mismos que definen la ilegalidad de las drogas. Son criterios morales y socioeconómicos que se relacionan directamente con los intereses del mercado y el Estado.
Este es un tema nuevo en la discusión de la Marcha, pero las participantes se dan cuenta de la importancia de realizarlo, ya que las consecuencias de la criminalización han generado impactos significativos para las mujeres que viven en los suburbios, como el aumento en el encarcelamiento femenino y la violencia. Al final, fue leído el texto de Joanas Marías producido por bloque feminista y anti-prohibicionista.