Informe Nº 1 – 05 noviembre de 2003

Miami desde la perspectiva de los movimientos sociales

2003-11-05 00:00:00

Estados Unidos suben la presión antes de la reunión de
Miami

Bajo fuertes presiones del gobierno de los Estados Unidos,
los países de América Latina que han tenido posturas
autónomas indican que pueden ceder a las propuestas del
ALCA defendidas por la administración Bush. El Mercosur
presenta ahora una "salida elegante" al impasse abierto en
la reunión de Trinidad y Tobago que, pese a no satisfacer
la urgencia del gobierno norteamericano, deja abierto el
camino para el acuerdo "ambicioso" originalmente propuesto
por ese país. El rumbo que parece tomar la propuesta de
"ALCA Light" más el nuevo calendario de negociaciones sobre
el que se especula ahora, a pesar de ser presentada como
una fórmula en la que todos los gobiernos parecen ganar,
trae amenazas de dejar a las economías y pueblos de la
región a merced de las grandes corporaciones.

A medida que se aproxima la reunión ministerial del Área de
Libre Comercio de las Américas (ALCA), los días 20 y 21 de
noviembre próximos en Miami, crece la ofensiva de los
Estados Unidos contra la articulación de los países del
Mercosur que intentan presentar nuevas propuestas para el
proceso de negociación del tratado. El gobierno
norteamericano insiste en dividir el bloque Mercosur y
aislarlo de los demás países de América Latina usando todo
su poder de presión sobre los países más pobres y
endeudados del Continente para que abandonen el G-20 (grupo
de países en desarrollo formado durante la reunión de la
OMC en Cancún) o se alejen de las posiciones sostenidas por
Brasil y Argentina. Las tácticas han sido diversas:
acuerdos bilaterales cerrados a las apuradas para
comprometer a los gobiernos con Washington:
direccionamiento de las acciones de las instituciones
financieras multilaterales para encuadrar a los países
endeudados, y una feroz campaña publica para intentar
descalificar los intentos de resistencia a su proyecto de
libre comercio para las Américas.

Ante este cuadro, los países del Mercosur presentan un
nuevo modelo de negociación que viabilice un "ALCA
posible". El actual proceso negociador del ALCA impone
serias limitaciones a los intereses de las mayorías
sociales del continente y representa un riesgo potencial
para los proyectos de desarrollo nacional de cada país.
Mientras tanto, a pesar de los esfuerzos creativos de la
diplomacia brasileña y de la aproximación entre Lula y
Kirchner, queda claro que ninguna propuesta de cambio en
este proceso será fácilmente aceptada. La estrategia de
permanecer en las negociaciones de los países del Mercosur,
y los de América Latina que lo acompañen, implica hacer
concesiones cada vez más peligrosas.

El resultado de la reunión del Comité de Negociaciones
Comerciales (CNC), realizada en Trinidad y Tobago, es una
muestra de que concesiones ya fueron realizadas e implican
riesgos para las naciones latinoamericanas. La falta de
apoyo del grupo de 13 países alineados a los Estados Unidos
(a través de acuerdos bilaterales vigentes o en
negociación) a la estrategia de las "tres vías", defendida
por los países del Mercosur para contrabalancear el poder
de Washington, resultó en la aceptación de una propuesta
que prevé la instalación de los principios básicos del ALCA
en el plazo ya previsto del 1 de enero de 2005, y una
negociación posterior de los temas más polémicos. O sea, en
lugar de crear instancias diversas y más "equitativas" de
acuerdo con la complejidad de los temas (siendo que la
última instancia sería la OMC, para definir los temas más
polémicos del tratado), simplemente se prolongó el plazo de
negociación con vistas a alcanzar el "ALCA comprehensivo"
tan defendido por el gobierno de los EEUU.

La disposición de concluir las negociaciones en 2005 fue
reafirmada formalmente por los presidentes Lula y Kirchner
recientemente. En la declaración de Buenos Aires, ambos
afirman considerar "de gran importancia que se realicen
ajustes, de forma realista y pragmática, para acomodar las
aspiraciones y preocupaciones de todos los países, con la
finalidad de llevar las negociaciones a una conclusión
exitosa y equilibrada en enero de 2005".

Los riesgos de negociar en el ámbito del ALCA son muchos.
Por ejemplo: el propio ministro de Relaciones Exteriores de
Brasil, Celso Amorím, ya declaró que "si se acepta un
acuerdo de compras gubernamentales como se propone en el
ALCA, el país puede ser impedido de crear reglas para
estimular, a través de las compras públicas, la fabricación
nacional de bienes de capital". (Valor Econômico, 9/10/03)

Pero incluso en este contexto, los países del Mercosur ya
presentaron propuestas para el sector de servicios,
proponiendo una lista de áreas que serían incluidos en el
tratado, y están preparando una oferta de acceso a mercado
en inversiones dentro de las reglas de la OMC. Tales
propuestas disminuyen la fuerza de los países del Cono Sur
para contraponerse a los EEUU, toda vez que indican una
aceptación de las reglas del juego.

El cuadro de las negociaciones apunta a una única medida a
ser tomada por los países en desarrollo en el Continente
Americano en favor de sus proyectos nacionales y de los
intereses de la mayoría de la población: retirarse del
proceso de negociación del ALCA, sea este "comprehensivo" o
"posible" y construir una nueva agenda que proponga una
genuina integración continental.

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