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Lugo manifestó que “este ciudadano paraguayo se siente profundamente agradecido a Dios, a la vida y, serenamente orgulloso de ser paraguayo y vivir en este tiempo y repito, no será aquel negro 22 de junio, ese hito negro de la historia política paraguaya, que nos va a quitar las ganas, el entusiasmo, de seguir luchando como nuestros padres, de hombres y mujeres, estudiantes, trabajadores y esa bandera que hemos plantado, con el rojo, blanco y azul desde el bicentenario”.
“Hemos hecho un gobierno sin exclusiones y de profunda participación para todos y todas por eso, este 15 de agosto, un día bonito, donde esta ciudad de Asunción, se muestra con sus mejores galas, que es su gente. Recordamos, que hace cuatro años, un obispo ligado a la teología de la liberación y amor a los pobres, asumía la primera magistratura de un país, ubicado en el corazón de América. Quién iba a pensar que el pluralismo ideológico y político se puede ensamblar y construir desde abajo y con la gente, un país que soñamos. No hemos cerrado las puertas  del palacio de Gobierno, ni las puertas del pensamiento y las ideas a ningún paraguayo y extranjero que vive en este país”, sostuvo.