Cuando Río suena…
Es porque los movimientos y las organizaciones sociales han convertido la Cumbre de los Pueblos por Justicia Social y Ambiental que comenzó este 15 de junio en una plataforma de lucha. Hasta el 23 del propio mes, Aterro de Flamengo, en Río de Janeiro, Brasil, es el centro de convergencia contra el capitalismo verde y las fórmulas de mercantilización de la vida. La Articulación de Movimientos Sociales hacia el ALBA se une a este proceso de resistencia, debate y movilización.
La Cumbre de los Pueblos por Justicia Social y Ambiental se inició este 15 de junio. Paulatinamente, Aterro de Flamengo, en el centro de Río de Janeiro, recibe a representantes de organizaciones y movimientos populares, ambientalistas y activistas sociales que proponen alternativas frente a la mercantilización de la vida, la cual espera tener vía libre en la Conferencia de Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible Río + 20, a partir de las discusiones en torno a la llamada economía verde. Dos décadas después de la Eco92 -a lo largo de las cuales se han intensificado los conflictos ambientales y profundizado las consecuencias de las crisis sistémica del capitalismo-, los protagonistas de un largo proceso de resistencia se encuentran para hacer avanzar las propuestas comunes que vienen construyendo contra las nuevas estrategias depredadoras y de desigualdad.
La antesala de este momento de los pueblos fue el 5 de junio, día mundial del medio ambiente, cuando una jornada global logró aunar las luchas de movimientos campesinos, indígenas, afectados y afectadas por las represas, desalojados por megaproyectos en territorios urbanos o rurales, la resistencia frente a la megaminería, entre otras causas, y evidenció el carácter movilizativo y de acumulación hacia un cambio estructural, un nuevo paradigma, que se cierne desde la convergencia de estos sectores populares.
En América Latina, la región donde tienen lugar ambas cumbres, han sido constantes las manifestaciones contra la privatización de los bienes comunes, que sustentan el crecimiento económico, mal identificado hoy con el “desarrollo”. Las voces se empezaron a escuchar con más fuerza precisamente en los noventa, cuando las recetas neoliberales ganaban difusión y en la práctica, se vivían a partir de la permanencia en un modelo primario agroexportador y la entrada de corporaciones a los distintos territorios a través de la militarización y la represión, todo lo que cual ha generado más dependencia y engrosado las páginas de la colonización en el continente.
Los encuentros propiciados por organismos internacionales no han variado esta relación, sino que han mostrado la falta de compromiso con los acuerdos de estas amplias cumbres oficiales. Se podría hacer referencia a la Agenda 21, resultado de la propia Eco92, pero también a las conferencias de Copenhague, Cancún y más recientemente Durban, que no han dado pasos para acoger las propuestas de los pueblos. La de Río + 20 esbozaría los marcos para ofrecer luz verde a los “servicios ambientales” en funcion de un “desarrollo limpio” y a la invisibilización, cada vez mayor, de otros modos de vida ancestrales y tradicionales.
En ese sentido, es que la Cumbre de los pueblos ha adquirido gran importancia para las luchas sociales. Redes, movimientos y organizaciones, entre ellas, Jubileo Sur, la Marcha Mundial de Mujeres, Via Campesina, Amigos de la Tierra, la Articulación de Movimientos Sociales hacia el ALBA y otras, muchas provenientes de campañas contra políticas neoliberales y tratados de libre comercio, se han unido estratégicamnete para que avancen las alternativas surgidas desde abajo, es decir, desde nuestros espacios comunitarios, tejidos con la memoria y las reiteradas ocupaciones populares.
Con las lupas de la ecología política, los movimientos sociales, miran la situación actual, y proponen superar los espacios de discusión como el Foro Social Mundial. Tres ejes principales: denuncia de las causas estructurales de las crisis, de las falsas soluciones y de las nuevas formas de reproducción del capital; soluciones y nuevos paradigmas de los pueblos y agenda conjunta de movilización, estarán en el centro de los debates, que empiezan en las plenarias y confluirán hasta las asambleas de los pueblos para consensuar una posición que permita dar continuidad a este proceso de lucha. Además esta Cumbre tendrá como característica fundamental las jornadas movilizativas. El 20 de junio se programa como día de acción global.
Dirigentes de la Articulación de Movimientos Sociales hacia el ALBA, valoran como muy significativo este encuentro de pueblos, pues frente a la concentración corporativa , aquí surgen caminos para la integracion continental y más alla, a partir de alternativas como la soberanía alimentaria, la agroecología, la autogestión, el cooperativimo, es decir, formas de economía solidaria y de buen vivir que se basan en los principios de complementariedad y colaboración. La Cumbre, ha dicho Manuel Bertoldi, de la Secretaria operativa de la Articulación, “es un momento de movilización para mostrar que los de abajo estamos organizados, resistiendo y generando alternativas”.
Junto a Vía Campesina, la Articulacion de Movimientos sociales hacia el ALBA conovoca a un Acto de solidaridad el 18 de junio con los procesos de Guatemala, Honduras, Colombia, Venezuela, Haití y Cuba para reafirmar las transformaciones que impulsan los sectores populares en Nuestra América.
http://www.albamovimientos.org/2012/06/cuando-rio-suena/