Centrales hacen movilización en defensa de política de valorización permanente del salario mínimo: R$ 580 ya!
Las Centrales Sindicales CGTB, CUT, Fuerza Sindical, CTB, Nueva Central y UGT realizaron el 18 de enero una jornada de Movilización Nacional por el aumento del salario mínimo para R$ 580 y la continuidad de la política de valorización permanente del salario mínimo que se ha iniciado en el gobierno Lula. En varios estados fue deflagrado el inicio de la jornada de luchas de los trabajadores brasileños que unidos piden un mínimo de R$ 580 ya!
Las organizaciones sindicales también quieren la corrección de la tabla del Impuesto de Renta y aumento para los jubilados que reciben más que un salario mínimo.
En São Paulo la manifestación fue en la Avenida Paulista. Los trabajadores salieron a la calle para demostrar su insatisfacción con el valor del salario mínimo de R$ 540 propuesto por el gobierno. Los sindicalistas se concentraron en el MASP y caminaron hasta la Justicia Federal, donde entraron con una Acción para la corrección de la tabla que regula el Impuesto de Renta.
Bajo el ritmo trepidante de la batería de una escuela de samba, los sindicalistas denunciaron en la principal avenida de la ciudad que la propuesta presentada por el gobierno de salario mínimo de R$ 540 es retracción salarial. Los dirigentes dijeron que el mínimo de R$ 580 corresponde al aumento del PIB de 2010 más la reposición de la inflación.
También fue recordado por los trabajadores que, lo que ha impedido que la crisis afectase profundamente el Brasil y nos llevase en esa estampida fue la política de valorización permanente del salario mínimo, que ha posibilitado un aumento real de 54,3%, fortaleciendo nuestro mercado interno, aumentando el poder de consumo de los 47 millones de brasileños que fueron directamente beneficiados.
“Estamos hoy en la calle para decir: tenemos sí que tener aumento salarial y esa es la fórmula de acabar con la miseria y la pobreza. Caso contrario vamos entrar en el ojo del huracán que ha destruido muchos países por el mundo. Tenemos que garantizar el poder de compra del pueblo brasileño. Estamos aquí en ese inicio de año para decir que queremos un salario mínimo de R$ 580. Ese salario de R$ 580 es 52 veces menor que el valor fijado por la Constitución que es de R$ 27 mil, y es el salario de los jueces del Supremo Tribunal. Eso no es posible”, dije el presidente da CGTB, Antonio Neto.
Para Neto “es necesario tener esa política de recuperación del salario mínimo hasta 2023 con aumento real todos los años. Y la tabla del Impuesto de Renta también es una cosa importante. No es posible que el salario del trabajador sea comido por esa tabla del Impuesto de Renta. Salario no es renta. Por eso, sí a la corrección de la tabla. Sí al salario mínimo de R$ 580, para que el Brasil pueda crecer, desarrollarse, y, antes que nada, dar una vida digna para la clase obrera”.
Las Centrales dijeron que no van a aceptar que el gobierno implante la agenda del atraso y del apriete de los derrotados en las elecciones y quieren una negociación directa con la presidente de la República, Dilma Rousseff.
El secretario-general de la CGTB, Carlos Alberto Pereira, enfatizó que si el equipo económico del gobierno “quiere disminuir el gasto público, la primera medida es reducir los intereses. 1% de intereses es mucho más que el aumento del salario mínimo. Los intereses que la gente paga en el Brasil son 8% del PIB. Y eso beneficia media docena de banqueros. El salario mínimo significa 5% del PIB y beneficia 47 millones de brasileros. Quien gana salario mínimo no guarda dinero en el banco. El trabajador va a comprar comida, comprar zapato, ropa, o sea, alimentar nuestra economía inmediatamente”.
El presidente de la CUT, Artur Henrique, afirmó que “el mínimo es un poderoso instrumento para Dilma cumplir la promesa de erradicar la pobreza hasta 2014. Para eso, tiene que haber aumento real”.
Paulo Pereira da Silva (Paulinho), presidente de la Fuerza Sindical y diputado federal, dijo que “Estamos incomodados con ese inicio de gobierno. Las Centrales han procurado conversar con la presidente de la República y, lamentablemente, no consiguen. El ex-presidente Lula antes mismo de tomar posesión se reunió dos veces con las Centrales Sindicales. Si Dilma le da oídos a sus burócratas, va a tener mucho trabajo con nosotros. A partir del día 1º de febrero estaremos en el Congreso Nacional para conseguir el salario mínimo de R$ 580”, dijo.
El presidente de la NCST-SP, Luiz Gonçalves (Luizinho), dijo: “Este año nosotros vamos batallar para buscar mucho más aumento real de salario y mejorar nuestras condiciones de vida, salud, educación y para que la gente no pierda la conquista, en nuestra data-base tenemos que exigir la corrección de la tabla del Impuesto de Renta. Y es eso que estamos haciendo aquí enfrente de la Justicia Federal. No se puede continuar metiendo dinero de los cofres públicos para salvar empresas y para salvar banqueros”.
“Nosotros no aceptamos ese aumento propuesto para el salario mínimo. Y si no cambiar, a partir del 1º de febrero, vamos a invadir el Congreso Nacional porque queremos R$ 580 y aumento para los jubilados que ganan más que el mínimo. Este acto es sólo un calentamiento”, dijo el presidente de la CTB, Wagner Gomes.
“Esta lucha organizada de las centrales sindicales tiene el propósito de hacer con que el trabajador sea cada vez más reconocido como aquel que hace el desarrollo de este país y tiene que ser tratado como gente. Su salario no puede ser vilipendiado ni achatado”, sintetizó el secretario-general de la UGT, Canindé Pegado.