Escenarios y desafíos estratégicos de la comunicación
1 Escenario comunicacional
El tema de la comunicación vuelve a ponerse en primer plano en América Latina, luego de más de dos décadas en que se debatió en el mundo el nuevo orden informativo internacional.
Ante la emergencia de gobiernos progresistas en América Latina, los medios se han convertido en actores políticos, reemplazando a los desprestigiados partidos tradicionales. Una de las principales armas que tienen las elites dominantes de América Latina y de Estados Unidos para defender sus privilegios y mantener su hegemonía es el control de los grandes medios de información que se han convertido en los principales aparatos de producción del consenso y la reproducción del “sentido común” dominante y de la cultura de masas.
En el caso de Venezuela y Honduras, los medios se han involucrado directamente en los golpes de Estado. En el intento del golpe de Estado contra Hugo Chávez, medios como RCTV y Globovisión participaron directamente en el fallido intento del golpe de Estado de abril de 2001.
En Honduras, uno de los pilares de la gestación del golpe de Estado del 28 de junio de 2009 contra el Presidente Manuel Zelaya y el sostenimiento de los gobiernos de Roberto Micheletti y de Pepe Lobo ha sido el poder mediático que está controlado por un puñado de poderosas familias que dominan al país centroamericano. Estas familias son dueñas de medios como El Heraldo, La Prensa y La Tribuna y las principales estaciones de televisión que estuvieron involucradas en el golpe. Cabe indicar que en Honduras se ha producido una fuerte represión contra los medios opositores y contra los comunicadores, algunos de los cuales han sido asesinados o amenazados.
Los grandes medios conforman una “internacional mediática de derecha” integrada por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), CNN y el Grupo Prisa que edita el diario El País en España y es dueño de varios medios en América Latina. A esta "internacional", se suman los grandes grupos mediáticos como Televisa de México, O Globo de Brasil, el Grupo Cisneros de Venezuela, Clarín de Argentina, Casa Editorial El Tiempo de Bogotá, El Mercurio de Chile. Varios medios de la SIP actúan en redes y actividades que promueve la National Endowment for Democracy (NED), creada por los republicanos estadounidense en 1983 en sustitución al trabajo que realizaba la CIA.
Su caballo de batalla es la “defensa de la libertad de expresión” (libertad de empresa) y el blanco de sus ataques son los gobiernos de izquierda, actitud que contrasta con la actitud complaciente que asumen con las dictaduras y los gobiernos de derecha.
2. Se mantienen desequilibrios
Si miramos el panorama actual de la comunicación mundial, los desequilibrios y desigualdades entre el Norte y el Sur -denunciadas en el seno de la UNESCO al comenzar la década de los 80 del siglo pasado- se mantienen en la primera década del siglo XXI e incluso se profundizan aunque en nuevas condiciones marcadas por la vigencia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación que acompañan a la denominada globalización.
Los conglomerados que controlan los medios, la industria cultural y el entretenimiento a nivel planetario (AOL-Timer Warner, Disney Company, News Corporation, Vivendi Universal, Viacom) tienen una gran influencia en la región. En el campo de las TIC y particularmente Internet, Estados Unidos hace prevalecer su condición de pionero y dispone de recursos estratégicos que le posibilitan imponer su hegemonía a través de las grandes transnacionales de la informática, los productores de software propietario, motores de búsqueda y operadores de las redes sociales (Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, Twitter, etc.). En el campo de las telecomunicaciones, una transnacional mexicana y otra española se reparten el “mercado latinoamericano”.
Algunos estudios indican que 14 empresas absorben el 60% del tiempo que los navegantes pasan conectados a la Internet. Con relación a los idiomas, el 80% de los contenidos difundidos en los sitios Web está en inglés, pese a que solo el 10% de la población mundial maneja este idioma. Los contenidos en la Web en lenguas indígenas es mínimo.
En estas condiciones, como escribía el escritor catalán Manuel Vázquez Montalbán, “El Norte está en condiciones de imponer al Sur no solamente colonialismo y sucursalización de la verdad que recibe, sino incluso un falso imaginario sobre si mismo y una falsa conciencia de cuáles son sus auténticas necesidades y su auténtica identificación. El Norte puede pretender desidentificar al Sur en una suerte de descerabramiento colectivo”.
3. Desafiando el poder mediático
El aparato mediático y simbólico, sin embargo, no es todopoderoso. Los “consumidores” no son agentes pasivos y muchas veces desafían y cuestionan ese poder que lo perciben identificado con intereses minoritarios. Las revueltas populares de las últimas décadas contra las políticas neoliberales y los procesos electorales y plebiscitarios en los que han triunfado las fuerzas progresistas se han dado a pesar y en contra de lo que piensan los medios privados, los cuales sufren una creciente pérdida de legitimidad y credibilidad.
En materia de comunicación e información se han dado algunos pasos adelante especialmente en función de dotarse de legislaciones, medios e infraestructura que se requieren para democratizar la comunicación y contrarrestar de alguna manera al poder de las redes mediáticas y tecnológicas de los países desarrollados y de las elites locales que ejerce una gran influencia en América Latina y el Caribe. Nos estamos refiriendo a Telesur, la cadena multiestatal que comenzó a operar en julio de 2005 y transmite desde Caracas, la Radio Sur, el lanzamiento del satélite Simón Bolívar en 2008 por parte de Venezuela, el proyecto boliviano del satélite Tupac Katari, en cooperación con la República China. En este camino también se inscriben la creación y/o fortalecimiento de medios públicos y agencias estatales de información en Ecuador, Paraguay, Bolivia y Venezuela, amén de los avances legislativos alcanzados en Uruguay Argentina.
En America Latina se libra una batalla en el campo político, constitucional y legislativo. En el Ecuador se reconoce el derecho a la comunicación en la Constitución aunque no se ha podido avanzar en la aprobación de una ley que concrete en la práctica estas realizaciones, un elemento positivo, sin embargo es la desvinculación del poder mediático del poder financiero.
En Argentina se aprueba una ley sobre servicios audiovisuales que golpea a los monopolios (como el de Clarín) y se introducen criterios para un reparto tripartito de las frecuencias entre los sectores privado, público y el sector comunitario no comercial.
En Brasil se promueve un debate público con la convocatoria a una Conferencia Nacional sobre la Comunicación donde hubo una importante participación de la denominada sociedad civil.
En Bolivia a propósito de una ley contra el racismo hay una fuerte confrontación con los medios que se niegan a cualquier tipo de regulación.
4. Nuevo entorno tecnológico
Internet introdujo cambios importantes en las comunicaciones. Es un espacio en disputa en donde están presentes muchas posiciones e intereses, entre los que se puede citar a los estados, el sector mercantil, la ciudadanía.
Estados Unidos intenta imponer su hegemonía en la red de redes, es el nuevo campo de batalla que ya no se libra en la tierra o en el mar, sino en el ciberespacio. Estados Unidos desarrolla un proyecto militar en la red que incluye componentes de vigilancia de opositores, neutralización y a sitios web y redes que considera peligrosos, apoyo económico y técnico a grupos opositores de los países no afines a Estados Unidos como Cuba, Venezuela, Irán y otros.
Internet no es el campo eminentemente abierto y democrático que se pregona, también existen patrones, grandes empresas de origen estadounidenses como Microsoft, Google, Facebook, que monopolizan los motores de búsqueda, los programas de computación, las denominadas redes sociales. Estas empresas se encuentran asentadas en Estados Unidos, basando su negocio en las bases de datos que recolectan de los millones de usuarios que utilizan sus servicios gratuitos. Transnacionales como Facebook están siendo cuestionadas por atentar contra la privacidad de las personas, usar los datos de los usuarios con fines comerciales y de excluir arbitrariamente y justificaciones valedereas a determinados usuarios de la red.
Cabe indicar que en América Latina y el Caribe aún está lejos de superarse la denominada brecha digital que es la expresión de las “brechas sociales, económicas, políticas y culturales, existentes dentro y entre las sociedades”. Aunque en la región, según datos de la CEPAL, el número de usuarios de la Internet se multiplicó por 12 entre 1998-2004 (desde 6 hasta 72 millones), esto representa solo el 14% de la población latinoamericana y caribeña, lo que contrasta con el 50% de los habitantes de los países desarrollados. El acceso a Internet se concentra en las capas de mayor nivel económico y es usado más por hombres que por mujeres, en tanto que amplios sectores pobres del campo y de las ciudades, pueblos indígenas forman parte del gran contingente que se está fuera de los potenciales beneficios de las nuevas tecnologías.
El entorno tecnológico, sin embargo, ha abierto las puertas para la incursión de sectores y movimientos sociales, pueblos indígenas, que se han apropiado de Internet y lo han utilizado creativamente para sus propios fines.
En América Latina se han desarrollado igualmente experiencias importantes de apropiación y utilización de las TIC en el contexto de las luchas sociales y democráticas. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que salió a luz en 1994, justo el día en que debía entrar en vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ha sido uno de los pioneros en el empleo estratégico de la Internet para comunicar sus mensajes al mundo y convertirse en un referente de la lucha global contra el neoliberalismo.
Un aspecto positivo para los pueblos indígenas en el campo de la comunicación es la aprobación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, y del artículo 16 que señala:
1. Los pueblos indígenas tienen derecho a establecer sus propios medios de información en sus propios idiomas y a acceder a todos los demás medios de información no indígenas sin discriminación alguna.
2. Los Estados adoptarán medidas eficaces para asegurar que los medios de información públicos reflejen debidamente la diversidad cultural indígena. Los Estados, sin perjuicio de la obligación de asegurar plenamente la libertad de expresión, deberán alentar a los medios de comunicación privados a reflejar debidamente la diversidad cultural indígena.
Esta declaración (y su articulo 16) que forma parte de los instrumentos internacionales de derechos humanos y de algunas legislaciones nacionales, como el caso de Bolivia, abre la posibilidad de demandar de los Estados su estricto cumplimiento, exigiendo la implementación de políticas de comunicación incluyentes y democráticas.
Otro campo de las demandas debería estar centrado en exigir el cumplimiento del Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información realizada en el 2003 y el 2005 particularmente en el acceso a las TIC y el respeto e impulso de la diversidad cultural y lingüística. Y a propósito, del 21 al 23 de noviembre de este año se desarrollará en Lima la Tercera Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de America Latina y el Caribe que discutirán tres temas importantes: el análisis de los avances del plan de acción regional entre 2008 y 2010, la dinámica de penetración de la banda ancha en la región y propuestas de políticas para universalizar su acceso y un modelo integral de políticas publicas para la sociedad de la información en la región.
Esta Cumbre de comunicación indígena, a mi criterio, debería realizar un pronunciamiento para esta reunión ministerial en la que se puntualice sus principales demandas que tienen que ver con el acceso ya no solo a Internet sino a la banda ancha, la generación de contenidos pluriculturales, la incisión de los idiomas y de la cosmovisión indígena, la capacitación, la instalación de telecentros, el desarrollo de software libre que responda a sus necesidades.
5. Necesidad de una agenda en comunicación
En las redes y articulaciones sociales del continente ha ido surgiendo la necesidad de intercambiar información e ideas, debatir problemas comunes, coordinar acciones, buscar salidas. De ahí que se plantean la comunicación como un asunto práctico que deviene de la necesidad de intercomunicarse en forma regular y difundir los pronunciamientos y comunicados. Es por esta razón que tempranamente se comienza a explorar y a utilizar el correo electrónico a comienzos de la década de los 90, pues resultaba más barato que el teléfono o el fax. Pero también se fue ubicando la importancia de la comunicación para influir en la opinión pública con el objetivo de “sensibilizar y ganar simpatizantes para la causa”.
De manera intuitiva, varias organizaciones se acercan a una visión de la comunicación como un proceso participativo, democrático, horizontal, multidimensional y articulador que implica diálogo e interacción. Pero el aporte fundamental de los movimientos sociales a la comunicación es que éstos la asocian con sus propuestas de diversidad cultural y lingüística, con su identidad, solidaridad, intercambio y defensa de lo colectivo, en contraste con la cultura del individualismo, el consumismo y la competencia, tan en boga en la comunicación dominante las últimas décadas.
Poco a poco, en las organizaciones y movimientos sociales del continente se presenta la necesidad de definir estrategias y políticas de comunicación entendidas como un conjunto de principios, voluntades y decisiones que definen y orientan el rumbo de la comunicación de una organización o de un movimiento.
En términos prácticos, las definiciones estratégicas se concretan cuando las organizaciones y movimientos sociales deciden crear medios propios, lo cual es visto como la única posibilidad de romper o al menos disminuir la dependencia con los grandes medios tradicionales que frecuentemente recurren al ocultamiento, la manipulación o a la estigmatización de los movimientos indígenas.
La decisión de crear medios propios implica comunicarse “con voz propia”, tanto con sus bases como con la sociedad, sin filtros ni intermediarios que puedan distorsionar sus mensajes. Pero además implica priorizar, buscar y dedicar recursos –siempre escasos- tanto para asegurar el funcionamiento de los medios propios como para la formación de los cuadros que se harán cargo de éstos.
En aquellos países en donde no es posible la creaci&