Miles de personas recorrieron las calles del centro de la ciudad de Sao Paulo en una marcha convocada con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente este 7 de octubre. Al grito de “trabajo decente para toda nuestra gente” y bajo las banderas y pancartas de las cinco mayores centrales sindicales del país, los manifestantes llegaron hasta la Delegación Regional del Trabajo donde entregaron un manifiesto dirigido al ministro de la pasta exigiendo la realización práctica del acuerdo que el gobierno Lula recientemente firmó ratificando así las normas sobre trabajo decente establecidas internacionalmente por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Por primera vez en décadas las centrales sindicales Unión General de Trabajadores (UGT, la Central Única de los Trabajadores (CUT), la Fuerza Sindical (FS), la Confederación General de los Trabajadores (CGTB) y la Nueva Central Sindical, convocaron conjuntamente a trabajadores y trabajadoras para reclamar trabajo para todo el mundo y condiciones de trabajo justas: elevación del salario, seguridad social, reducción de la jornada laboral, seguridad en los lugares y ejercicio del trabajo, entre otras.

Después de la entrega de la declaración/manifiesto al representante del Ministerio del Trabajo en el Estado de Sao Paulo, los representantes de la centrales sindicales, durante la concentración ante la delegación ministerial, convocaron a mantener la movilización y no bajar la guardia. El derecho a trabajo decente forma parte de los derechos humanos. Como afirmó el secretario general de la Confederación Sindical de Trabajadoras y Trabajadores de las Américas (CSA), Víctor Báez, en una convocatoria a la Jornada, “tenemos derecho al trabajo y el trabajo tiene que ser con derechos; no puede ser lo uno sin lo otro”.
 
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