Ecuador: es necesario conjugarse con los varones para lograr grandes luchas
El Tejido de Comunicación ACIN dialogó con Nancy Iza Moreno, dirigenta indígena de la Confederación Kichwa del Ecuador –Ecuarrunari-, quien habló acerca de la CAOI; del trabajo en la Coordinación de la Mujer; de las debilidades del movimiento indígena; y de la lucha por el poder entre hombres y mujeres.
Nancy pertenece al pueblo Panzaleo de la provincia de Cotopaxi en Ecuador, desde donde inició su trabajo comunitario: del 2003 al 2005 se desempeñó como dirigente del movimiento indígena de Cotopaxi, en la Tesorería; del 2006 al 2009 estuvo en la dirigencia de Relaciones Internacionales de Ecuarrunari; y en el 2010 fue elegida en el II Congreso de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas –CAOI, para asumir la dirigencia de la Coordinación de la Mujer.
¿Cuál es el rol de la CAOI en la región andina?
La CAOI es una instancia constituida por 6 países, que se fundó a partir de un previo intercambio de experiencias y de luchas, realizado desde 1998 entre la Conacami de Perú, Conamag de Bolivia y la Ecuarrunari de Ecuador. Fruto de cinco años de intercambio de experiencias, de una evaluación y una proyección entre los pueblos, surgió la idea de conformar una organización que articule a todas, para ir trabajando agendas conjuntas y así apoyarnos entre nosotros en cada uno de los países.
En ese sentido, el rol de la CAOI es ir integrando esas luchas y haciendo propuestas conjuntas para presentar en los espacios internacionales que están ahí creados para pueblos indígenas, pero que sin embargo, hay otros que están decidiendo por nosotros. A raíz de esto se crea la CAOI para que sea el ente de representatividad a nivel regional en los espacios internacionales, como es la ONU, la OEA, para ir visibilizando la posición y las propuestas del movimiento indígena a nivel de nuestros países y también buscar la articulación con otras organizaciones indígenas de otras regiones, el caso de Centroamérica y Norteamérica.
El trabajo ha sido un poquito lento, pero vamos trabajando duro con nuestras propuestas. Desde la CAOI debemos llevar la voz conjunta para no tener luchas aisladas y lograr un peso más fuerte a nivel internacional, por ejemplo, cuando se va a poner una denuncia sobre la violación de los derechos humanos.
¿Por qué decidieron crear la Coordinación de la Mujer?
Este es un espacio recién creado, pues en el I Congreso fundacional de la CAOI aún no existía esta instancia, sólo contábamos con un área general de Derechos Humanos y Género. Entonces a raíz de la III Cumbre de Pueblos y Nacionalidades Indígenas que se realizó en el 2007 se decidió organizar la Primera Cumbre de Mujeres, teniendo en cuenta que la participación de éstas era bastante restringida. Para esto, desde la CAOI nos eligieron a la Ecuarrunari por la experiencia con la amplia participación de las mujeres, en espacios públicos, pues varias dirigentas han sido candidatas y ahora están como autoridades.
Al realizar esta cumbre en el 2009 vimos necesario que dentro de la coordinación misma de la CAOI debía haber una coordinación de la mujer para abrirles espacio a las mujeres, porque lo que había era una agenda planteada por el Coordinador General y el equipo técnico. Entonces revisando los estatutos de la CAOI, vimos que tenía que haber un espacio directo para que estén las compañeras mujeres, que tengan voz y voto y que decidan dentro de la CAOI. Este espacio era necesario porque a pesar de que hay otros ámbitos donde las mujeres están presentes internacionalmente, la información no llega a las bases, entonces se crea esta coordinación para que esté al mismo nivel de la Coordinación general, articulada y sin ir por fuera de los mismos lineamientos que dan las organizaciones a la CAOI. Fue así como en el Congreso que se realizó de la CAOI este año en Ecuador, me eligieron para representar a las compañeras en la Coordinación de la Mujer desde la CAOI.
¿Cuál es el trabajo que realiza desde ese espacio de Coordinación?
Esta es una responsabilidad bastante difícil, pues la comunicación no fluye rápido a pesar de que existe la tecnología, dado que las organizaciones y nuestras compañeras están ubicadas en lo rural, donde a veces no se alcanza a tener esos espacios tecnológicos. Entonces ir conjuntando las actividades que tenemos por hacer es un poco lento, sin embargo, vamos avanzando para que las compañeras tengan espacios de decisión no solamente desde la CAOI, sino también en sus organizaciones, con el trabajo desde las bases, difundiendo sus problemáticas y concretando soluciones colectivas.
La idea no es quedemos solamente lamentándonos del problema, sino buscando aliados que puedan apoyarnos, porque solo entre mujeres no vamos a solucionar todos los problemas. Como mujeres tenemos una la triple responsabilidad: pensar en la familia, en la organización y en nosotras mismas. Es un trabajo grande que debemos realizar y ver cómo avanzamos.
¿Qué debilidades enfrenta el movimiento indígena?
Una debilidad ha sido la intromisión de los gobiernos de turno de nuestros países en nuestras organizaciones. Cada Gobierno viene con su política de extractivismo, de explotación de recursos naturales, sabiendo que éstos están dentro de los territorios indígenas. Han ido cooptando a dirigentes para que trabajen con el Gobierno, les ofrecen puestos, sueldos y a veces de manera individual. Eso pasa en todos los países donde hay una organización fuerte de movimientos indígenas y movimientos sociales. Van rompiendo los procesos para tener el camino libre y aplicar sus políticas.
Son contradicciones que a veces nuestros mismos compañeros aceptan dada la situación de la crisis misma, hay mucha gente en las comunidades no tiene ni qué comer, entonces va el Gobierno y ofrece alguna cosa y ellos aceptan. También es cómo y de qué manera llega el Gobierno a las comunidades, calmando las necesidades de ese momento, pero no buscando cambios para el futuro y más a largo plazo.
¿Cómo abordan estas contradicciones?
Decir que vamos a subsanar esto es complicado, mas bien es la concientización que debemos tener nosotros mismos, sobre qué tipo de sistema queremos para nuestros países, qué tipo de desarrollo queremos para los pueblos indígenas y para los sectores sociales. Si queremos seguir en este modelo de acumulación de dinero solamente para cierto grupo o queremos vivir de manera equitativa, inclusive, que las riquezas de los estados se distribuyan de manera equitativa o si queremos estar así cómo ahora mismo.
Como movimiento indígena, como CAOI y como movimiento organizado lo que hacemos al respecto, es socializar todas las ventajas y desventajas que nos ponen las políticas de los gobiernos en este mundo globalizado que estamos viviendo. Porque lo que está claro es que quieren globalizar la identidad para desaparecer las culturas que tenemos en cada país.
Entonces la lucha del movimiento indígena debe ser para resistir esos cambios globales que nos están imponiendo. Bueno fuera que hubieran beneficiado a los sectores excluidos, pero hasta se aprovechan de nuestra cultura y de nuestra identidad para beneficiarse los grupos que tienen el poder económico y político. Nuestro lema es: de la resistencia al poder, entonces debemos seguir trabajando en ese sentido.
¿Considera usted que la confrontación entre hombres y mujeres por el poder, también es una debilidad?
La lucha por el poder entre hombres y mujeres siempre ha estado establecida desde la misma familia, en que el hombre es el jefe y es el que administra. Entonces muchas veces los hombres al perder ese poder que se les ha inculcado, reaccionan de una forma fuerte. Nosotras estamos conscientes que vivimos en un Estado patriarcal, al menos nuestra visión no es de querer superar a los hombres, sino más bien, cómo ir trabajando conjuntamente, por eso hablamos de la complementariedad y de la dualidad. Por eso dentro de nuestros pueblos no quieren hablar del tema de género ni del feminismo, porque se ve como una lucha de poder para sobrepasar al otro.
Creo que el trabajo por hacer es bastante fuerte entre todos los sectores sociales y los movimientos de mujeres, que de acuerdo a su cultura están buscando también espacios. Quizá por la timidez o por el miedo mismo algunas compañeras no asumen los espacios que a veces les ofrecen, pero hay compañeras que sí son bastante arriesgadas: ponen todo el empeño, están en frente y con justa razón van avanzando. Hay que apoyarlas más para que lleven a otras compañeras de la mano para que alcancen esos espacios, pero tampoco debe convertirse en una lucha de poder entre mujeres, sin embargo, esa lucha existe y va a existir siempre.
Si partimos desde la misma educación dando la visión de trabajo conjunto en igualdad de derechos, diferenciando el género, porque en algunos casos no somos tan iguales que los hombres. Además manteniendo la visión de complementariedad de los pueblos indígenas sin ofender ni al uno ni al otro, con seguridad vamos a trabar armónicamente entre hombres y mujeres y así superar esas luchas de poder que muchas veces se dan en todas las organizaciones.
Nancy Iza envía un mensaje para las mujeres del mundo
Las compañeras mujeres también somos capaces de pronunciar lo que estamos pensando de manera directa con nuestra propia voz. Estamos presentes y pueden contar con nosotras para seguir en la lucha. Debemos ir asumiendo los espacios para contribuir a cambiar este sistema, sin querer solamente hacerlo entre mujeres, sino conjugándonos con los compañeros varones, así vamos a hacer grandes luchas.