Debate del Buen Vivir
Estamos construyendo nuevos paradigmas
La Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas, CAOI, está en pleno proceso de construcción de alternativas a la crisis global de civilización. Como parte de ello, realizamos el jueves 28 de enero el Foro Público “El Buen Vivir de los Pueblos Indígenas Andinos”. Presentamos aquí la ponencia de Miguel Palacín Quispe, Coordinador General de la CAOI.
Quienes hemos revisado nuestro pasado encontramos el Abya Yala lleno de todos los procesos, los Pachakutis, los nuevos tiempos que han venido acompañados de desastres climatológicos, desastres políticos y grandes transformaciones.
Nuestros sabios dicen que estamos en el décimo pachakuti y todo va a cambiar. Ese es el tiempo que nos ha tocado vivir. Por eso es que somos actores y tenemos que estar en este proceso de cambio. Y en este tiempo no se trata solo de la defensa de los derechos, la defensa de los recursos naturales, la defensa de nuestras organizaciones: es todo eso y mucho más. Es la defensa de la vida, porque es la vida la que está en peligro. Se podrá salvar el planeta –y lo va a hacer-, pero se va a salvar sin nosotros… si es que no hacemos algo.
Territorialidad
Los territorios no son solo un espacio geográfico, como piensan los Estados. Son recursos naturales, es la frontera, es delimitación, es la estructura, es la organización, es mucho más, porque todo es integral. Ahí se vive y se convive, en los espacios de hanan pacha, kay pacha y ukun pacha.
En nuestros territorios tenemos organización política, autoridad propia, idioma propio y todo un conjunto de saberes legados de nuestros pueblos. Ahí es donde se impuso hace 518 años otra civilización venida desde occidente y nos colonizó con su pensamiento. El pensamiento eurocéntrico, que es individualista, militarista, racista, vertical, acumulador y depredador. Este pensamiento llegó y nos fue impuesto, un pensamiento monocultural, que nos dice que existe un solo dios, un solo Estado, un solo símbolo.
Nos visibilizamos
Los pueblos indígenas, que tenemos una cultura, hemos convivido hasta estos tiempos, no hemos muerto y hoy nos hacemos visibles. Tenemos ahora un Estado colonial, liberal monocultural, excluyente, que no ha reconocido a los pueblos indígenas como parte de él. Militarista, racista, y hasta gobiernos con facciones fascistas.
Estos Estados no dijeron nada de los pueblos. Hasta los finales de los 70 y los 80 éramos el ejemplo porque adornábamos los espacios para los turistas y no participábamos en la vida política de nuestros países, porque solo hacíamos folklore. Todavía el Estado peruano nos mira como folklore y no somos folklore.
Después de los 517 años de resistencia pasamos a la acción, de la resistencia a la propuesta, de la resistencia a la acción. La lucha de los zapatistas y la lucha del movimiento ecuatoriano despertaron al movimiento indígena en América Latina y desde ese momento no se ha detenido.
Proceso irreversible
Fenecido el siglo veinte, en el inicio del siglo veintiuno, aparece un nuevo proceso de debate y discusión, de movilización, de articulación y de respuesta. Nadie ha caminado por toda América Latina, de comunidad en comunidad, pero todos nos organizamos y movilizamos desde nuestras comunidades, desde nuestras propias organizaciones y desde nuestros espacios. Es un proceso irreversible, que no se va a detener. En América latina ya no se va a poder hacer más de lo que ya hicieron sin informar y sobre todo sin consultar a los pueblos indígenas.
Estamos en una turbulencia de conceptos, estamos en la construcción de nuevos paradigmas: ese es el nuevo escenario. Los pueblos indígenas no venimos solos, venimos con propuestas.
En el norte las políticas tradicionales se dedican a conceptualizar, a reglamentar la política. Pero en el sur los pueblos indígenas hacemos la política práctica: frente a un problema nos movilizamos, proponemos y actuamos. Eso se ha perdido en los otros espacios.
Crisis de civilización
Esta sociedad que dio estos estados uninacionales y que habló de bienestar, del vivir mejor, no logró el vivir mejor ni el bienestar de las sociedades. Nos ha llevado a destruir la naturaleza, al desequilibrio y ha generado las crisis en las que estamos. Aquí en el Perú el presidente (Alan García) dice que no hay crisis, pero la crisis está acompañada y va con él.
Tenemos una crisis ambiental, alimentaria, energética, financiera, de valores, climática… todas juntas a la vez. Las propuestas que nos plantean desde los Estados y desde los intelectuales que acompañan al proceso neoliberal, es que a la crisis ambiental hay que mitigarla o hay que adaptarse; a la crisis alimentaria responden con productos transgénicos; a la crisis energética, que hay que reemplazar con agrocombustibles; a la crisis financiera, hay que inyectar más recursos económicos a los bancos; a la crisis de valores, que hay que dar golpe de estado para proteger la corrupción; y a la crisis climática, que hay que depender de servicios ambientales, comercio de carbono, monocultivo, etcétera.
La solución que nos plantean es la misma: hay que seguir haciendo negocio de la Pachamama, la hemos destruido haciendo negocio y hay que hacer negocio para salvarla. ¿La vamos a salvar en estas condiciones? Nosotros decimos que no.
Democracia comunitaria
Por eso el proceso de discusión en que estamos en estos tiempos es sobre el buen vivir. El buen vivir se ha convertido ahora en algo que todo el mundo investiga, habla, escribe, pero no les consultan a los pueblos indígenas. Hablan y escriben los intelectuales, pero no revisan los documentos de los pueblos indígenas, no hablan con los líderes y nos van poniendo otra receta basada en el mismo neoliberalismo.
Entonces habría que decirles ahora lo siguiente: el buen vivir en democracia es la horizontalidad.
Nos han enseñado que hay una democracia representativa, en todos los parlamentos y procesos políticos, esta democracia representativa ya sabemos a donde nos ha llevado y no sirve en estos tiempos. Nos han dicho que sí a una democracia participativa, donde todos escuchan y dicen que así han participado.
Nosotros decimos que hay otra democracia, la democracia comunitaria. La democracia comunitaria no la construimos ahora, existe desde hace miles de años, ese es el ejercicio diario de consulta y participación permanente.
Lo otro que nos han dicho es que somos un estado monocultural. Nosotros les decimos no, nosotros proponemos un estado plurinacional que es el reconocimiento de la diversidad de pueblos que somos, diversidad de culturas, de los originarios ancestrales y de los originarios actuales, aquellos que están naciendo en estos tiempos, a los que llaman mestizos, a quienes hay que incorporar en el proceso. Por eso no nos sirve este Estado monocultural.
Leyes de la Pachamama
Los pueblos indígenas tenemos principios construidos en un proceso de acuerdo a las leyes de la naturaleza, somos pueblos que vivimos en par, en comunidad, donde se practica la reciprocidad, la dualidad, la complementariedad. Nosotros tenemos conocimiento y sabiduría, lo que ocurre es que nosotros no escribimos, no acumulamos en computadores y en papeles, acumulamos y recibimos la transmisión de generación en generación. Es por eso que nuestros conocimientos están acumulados en el propio pueblo y ahí los ejercemos. Por eso los derechos territoriales, los conocimientos y la justicia son ejercidos de manera colectiva, en conjunto: todos crecemos o decrecemos juntos.
Tenemos una economía distributiva. En nuestros pueblos no acumulamos, por eso no hay mendigos ni nadie que esté estirando la mano, convivimos entre nosotros y distribuimos la riqueza. Cosa contraria, en la otra sociedad nos enseñaron que hay que acumular, hay que sacar, no interesa de qué manera, para dejarlo al otro sin nada.
Nosotros tenemos autoridad propia, idioma, territorio y en todos los espacios nos desenvolvemos con ética, respeto por todos los seres, principalmente con la naturaleza y por la Pachamama, por eso ahora, en Bolivia y Ecuador se habla del derecho a la naturaleza como un sujeto y no como una mercancía.
Equilibrio y armonía
Por eso el hombre necesita la ética para el buen vivir, para equilibrar la naturaleza y la cultura, eso es lo que en estos tiempos se ha perdido: equilibrar el hombre y la mujer, entre la sociedad, entre los poderes del Estado. En la educación: no más educación para enseñarles a nuestros hijos que el crecimiento económico es la única forma de medir el crecimiento de la economía de un país, cuando con ese crecimiento de manera irracional lo que estamos haciendo es destruir la naturaleza, sobreexplotarla y mañana no tendremos la capacidad de devolver ese equilibrio. Hoy se nos dice en el Perú que debemos vender las minas, el petróleo, el gas y el día que se termine, ¿qué tendrán las futuras generaciones si hemos depredado la naturaleza?
Necesitamos el equilibrio entre la cultura y la naturaleza, convivir en armonía de hombres y mujeres, entre andinos y amazónicos, rurales con los de las ciudades, de ecuatorianos, bolivianos, peruanos y con todos reconstruyendo.
Esa es la otra tarea que nos queda, reconstruir el pensamiento y reconstruir lo que fuimos, lejos de las fronteras, lejos del armamentismo, lejos de las amenazas y lejos de estar acumulando solo capital y dinero que no nos sirve para nada. Entonces, abajo el consumismo, abajo la moda y vamos a reconstruir una sociedad mucho más justa para todos.
COORDINADORA ANDINA DE ORGANIZACIONES INDÍGENAS – CAOI
Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia, Chile, Argentina