Torturan a camarógrafos de Globo TV

Asesinan a compañera del Frente de Resistencia

2010-02-05 00:00:00

Este miércoles 03 de febrero del 2010, fue encontrado el cuerpo sin vida de la joven Vanessa Yaneth Zepeda Alonso  de 29 años de edad en la colonia Loarque en Comayagüela  salida al sur del país, la compañera Vanessa era miembra activa del frente Nacional  de Resistencia Popular y laboraba en El Instituto Hondureño de Seguridad Social y formada parte del sindicato de esta entidad.
Testigos oculares observaron cuando desde un vehículo en marcha la joven había sido lanzada, pero ya sin vida, sin embargo su cuerpo no presentaba ninguna herida de arma de fuego o arma blanca. Por su parte, abogados de las organizaciones que integran la plataforma de Derechos Humanos en Honduras se apersonaron a la morgue capitalina a investigar los hechos, pero el personal no permitió que estos compañeros hicieran las investigaciones respectivas.
Vanesa había desaparecido el martes 02 de Febrero y fue encontrada hasta el día siguiente a las 6:00, sin embargo ingreso a la morgue como desconocida y fue hasta el día de ayer Jueves que sus familiares la identificaron.  Su madre trabaja para la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC).
Esta joven madre deja tres pequeños hijos incluyendo una bebe de 4 meses de nacida. Por esta muerte, la resistencia afirma que la represión y criminalidad continúa en ascenso contra las y los miembros de la resistencia.
Por otra parte, este martes  02 de Febrero fueron raptados y torturados dos camarógrafos de Globo TV, un canal que recientemente se ha abierto y es la misma empresa Radio Globo.  Los afectados, pese a las amenazas que le hicieran sus verdugos, denunciaron ante los organismos defensores de Derechos Humanos lo ocurrido. Ambos camarógrafos meses atrás habían laborado en casa presidencial durante la administración del presidente Zelaya, pero desde el golpe de Estado han estado participando activamente en las marchas de la resistencia.
Según el testimonio de los jóvenes afectados, Manuel de Jesús Murillo de 24 años de edad y Ricardo Vásquez Vásquez de 27 años, los raptores eran policías vestidos de civil.  El hecho se suscitó a las 10:00 de la noche del día martes cuando ellos se encontraban en una gasolinera en la capital de la república. Ellos se encontraban esperando a una persona que habían citado a ese lugar para intercambiar videos relacionados con la marcha del 27 de Enero, cuando salió el presidente Zelaya del país.
Uno de los jóvenes, en entrevista, expresó que mientras esperaban a esa persona, dos hombres vestidos de civil con armas nueve milímetros y chapas de la secretaría de seguridad los encañonaron y les advirtieron que si gritaban y no colaboraban ahí se morían y luego los llevaron a una casa donde los torturaron e interrogaron sobre armas y dólares de la cuarta urna.  Les preguntaban esto en repetidas ocasiones al tiempo que los bofeteaban. Como ellos respondían que no sabían nada y que su única arma era la cámara de video, sus verdugos al escuchar esto incrementaron aun mas las torturas.
Con lagrimas, Manuel de Jesús Murillo, uno de los secuestrados dice que del miedo cuando lo metieron a una bolsa plástica como las que usan en la morgue y le dijeron que lo iban a enterrar vivo, hasta se orinó en sus pantalones; pero los verdugos al ver que ellos no decían nada y luego de recibir una llamada de su jefe, él les dio la orden de matarlos.
Finalmente las oraciones que ellos hicieron a Dios en ese momento de angustia quizás hizo que los torturadores cambiaran de opinión y fue a como a eso de las 2.00 de la mañana del día Miércoles  fueron soltados en el anillo periférico de Tegucigalpa.
Manuel de Jesús en declaraciones al diario Tiempo dijo  “el único delito de él era haber participado en las marchas de la resistencia y que ya lo habían agredido meses atrás, para el caso tres días antes de la elecciones en Noviembre del 2009 esos mismos policías que nos torturaron esta vez me capturaron porque estaba pegando afiches.  Mi casa fue allanada el día de las elecciones y le dijeron a mi mamá y a mis hijas que si no entregaba las armas las matarían a todas ellas.