Colombia: Pronunciamiento ONIC frente a Minas Antipersona y desminado civil

2009-12-01 00:00:00

En un seminario internacional en Cartagena, el gobierno Colombiano va a lanzar su plan para el desminado civil en Colombia. Para la ONIC y sus 44 organizaciones filiales en Colombia, este plan representa una estrategia equivocada y peligrosa.
 
Mientras el conflicto armado sigue agravándose en los territorios indígenas, estamos lejos de hablar de post-conflicto. Desminar sin hacer un proceso de diálogo político hacía la paz con los demás actores armados en el conflicto, solo serviría para involucrar a los pueblos indígenas en las dinámicas del conflicto, algo que está expresamente prohibido en el Derecho Internacional Humanitario, dado el carácter de los pueblos indígenas como personas protegidas y parte de la sociedad civil.
 
La Autoridad Nacional de Gobierno Indígena frente a las Minas Antipersona
 
Los pueblos indígenas han manifestado en reiteradas ocasiones que no son ni quieren ser parte del conflicto armado interno en Colombia, reiterando que son víctimas y no protagonistas de la guerra. En los últimos años, el conflicto armado se ha agravado en los territorios indígenas, tanto por acciones bélicas de la guerrilla y los paramilitares, como las tropas del Ejército Nacional, en un desconocimiento de la soberanía de los pueblos indígenas. Estos actores del conflicto vienen militarizando los territorios de los pueblos indígenas, poniendo en peligro sus vidas, y sembrando las terribles minas anti-persona que acaban indiscriminadamente con la vida de combatientes y no combatientes.
 
La siembra de minas significa que los pueblos indígenas sufren de confinamiento forzado, no pueden salir a cazar, pescar, o atender a sus cultivos de pan coger, tampoco pueden ir a hacer pagamentos y ceremonias a lugares sagrados en sus territorios. De esta forma se ven seriamente afectadas (os) su soberanía alimentaria, su derecho a la cultura y el derecho a la libre movilización. Aunque el Estado Colombiano manifiesta a la comunidad internacional que es únicamente la guerrilla que siembra minas, las denuncias de los pueblos indígenas cuentan otra historia. Es sumamente preocupante que según denuncias, el ejército Colombiano también siembra minas, en una clara violación clara de la Convención de Ottawa.
 
En un seminario internacional en Cartagena, el gobierno Colombiano va a lanzar su plan para el desminado civil en Colombia. Para la ONIC y sus 44 organizaciones filiales en Colombia, este plan representa una estrategia equivocada y peligrosa. Mientras el conflicto armado sigue agravándose en los territorios indígenas, estamos lejos de hablar de post-conflicto. Desminar sin hacer un proceso de diálogo político hacía la paz con los demás actores armados en el conflicto, solo serviría para involucrar a los pueblos indígenas en las dinámicas del conflicto, algo que está expresamente prohibido en el Derecho Internacional Humanitario, dado el carácter de los pueblos indígenas como personas protegidas y parte de la sociedad civil.
 
Mientras persiste la guerra, es urgente que la fuerza pública del Estado deje de usar la estrategia de guerra prohibida, de la siembra de minas anti-persona. El gobierno debería financiar proyectos de la sociedad civil para la educación en prevención de accidentes a causa de minas. Involucrar a la sociedad civil en su conflicto, con el plan de desminado agravaría aun más el riesgo grave de extinción en el que se encuentran los pueblos indígenas de Colombia.
 
Por lo anterior nuestra posición es que para desminar el territorio, el gobierno tiene que emprender un proceso serio de diálogo político para la paz, para acabar con este conflicto sin fin y de todos los días, así como el desmantelamiento de artefactos explosivos, trincheras y barricadas que han quedado abandonados luego de combates en zonas urbanas y rurales o han sido colocadas por la Fuerza Pública en los territorios indígenas.
 
Dado que los territorios indígenas se han convertido en el centro de la guerra y por ende de la siembra de minas, exigimos que la política de desminado sea consultada con nuestras organizaciones.
 
De la misma manera exigimos a los grupos armados tanto insurgentes como paramilitares que se abstengan de impulsar estrategias de guerra que atenten contra nuestros pueblos, es decir que eliminen el sembrado de minas antipersona y otras trampas que pueden representar serios riesgos a nuestra vida en los territorios indígenas.
 
Consejo de Gobierno
Autoridad Nacional de Gobierno Indígena, Onic
 
Noviembre del 2009