Compañeras y compañeros asesinados, actores armados y hasta el gobierno señalando: amenazas; desplazamiento forzado; reclutamiento de menores; ocupación de establecimientos públicos para ser utilizados como trincheras; siembra de artefactos explosivos; creación de estructuras paralelas por parte de la extrema izquierda y de la derecha como estrategias para romper la unidad del movimiento indígena; ocupación de sitios sagrados; presencia de multinacionales; incremento del narcotráfico; resurgimiento de grupos paramilitares; y pobreza y persecución.
 
La Asociación de Cabildos Indígenas del norte del Cauca rechaza, denuncia y condena las constantes violaciones de Derechos Humanos y del DIH por parte de los actores armados en conflicto.
 
Quisiéramos presentar otra realidad y decir otras cosas respecto a lo que nos toca vivir pero después de caminar el territorio, escuchar a la gente, recorrer procesos y organizaciones y detenernos a observar la naturaleza, sólo vemos la realidad que a continuación exponemos:
 
Compañeras y compañeros asesinados, actores armados y hasta el gobierno señalando: amenazas; desplazamiento forzado; reclutamiento de menores; ocupación de establecimientos públicos para ser utilizados como trincheras; siembra de artefactos explosivos; creación de estructuras paralelas por parte de la extrema izquierda y de la derecha como estrategias para romper la unidad del movimiento indígena; ocupación de sitios sagrados; presencia de multinacionales; incremento del narcotráfico; resurgimiento de grupos paramilitares; y pobreza y persecución.
 
Pero la cosa no para ahí, además vivimos lo siguiente: las decisiones tomadas desde el alto gobierno respecto a crear el Comando Conjunto del Pacífico con sede en el departamento del Cauca; el traslado de la Tercera Brigada del Ejército Nacional a la ciudad de Popayán; la creación del Escuadrón Anticorrupción integrado por miembros de la Policía Nacional ; el fortalecimiento de estrategias como los CCAI (Centro para la coordinación de la acción integral), que es la combinación de programas sociales con acciones militares; el aumento del pie de fuerza militar representado en incremento de la policía comunitaria; la instalación de batallones de soldados campesinos; la conformación de fuerzas especializadas para combatir en zona urbana y zona rural; el nombramiento de un oficial de alto rango para atender lo relacionado con los desmanes del ejército en la violación a los derechos humanos; y la ampliación de la red de informantes a través de mecanismos como las recompensas. Entre otros casos, que se convierten en otro activo mas para la situación de violencia que se vive en la región.
 
Es claro para nosotros que toda esta situación no funciona de manera aislada, ni es ajena al conocimiento del gobierno. Hace parte de una estrategia finamente hilada dirigida a romper, debilitar y copar el tejido social, la estructura organizativa y el proceso milenario de los pueblos indígenas. He ahí el riesgo que esto significa.
 
Ahora bien, como toda esta situación en su desarrollo es bastante compleja, los efectos son graves, lesivo y de difícil restablecimiento en el mediano plazo, porque además de vulnerar los DD.HH y el DIH, agreden los principios culturales, la armonía territorial y el Plan de Vida de los pueblos. En fin, colocan en riesgo la vida en su conjunto, no sólo de los indígenas sino de toda la humanidad. Es por esto que denunciamos todo lo que nos está pasando y no dejaremos de hacerlo. Llamamos a la unidad de los pueblos y los exhortamos a caminar la palabra para tejer la resistencia de los pueblos y la vida.
 
Testimonios de esta realidad.
 
Hechos contra comuneros y comuneras del Resguardo de Tacueyó y Huellas Caloto.
 
El día 20 de noviembre, siendo la 1:30 p.m, se produjo un enfrentamiento armado entre miembros del ejército y la guerrilla, en las veredas de El Trapiche y La María , en el Resguardo de Tacueyó. Como resultado de este hecho de violencia resultó herida la menor MILEYDI MEDINA CAMPO, quien recibió un impacto de bala a la altura del hombro derecho, cuando realizaba labores agrícolas en compañía de sus padres. 
 
Situaciones como esta son frecuentes en la región, razón por la cual elevamos esta denuncia pública, pues no es posible que ante la falta de respuestas sociales al conflicto armado, el gobierno se empeñe en dar respuestas militares a tan grave situación.