La Primera Dama del país, doña Xiomara Castro de Zelaya, en su vía crucis hacia el encuentro con el Presidente de Honduras Manuel Zelaya Rosales, ha mostrado a propios y extraños el significado político, humano y social y el simbolismo de la primera ciudadana de Honduras.
 
Con la firmeza, la convicción y la claridad que la caracterizan ahora sumada a la Resistencia Nacional contra el Golpe de Estado, ha venido demostrando en su viaje a través de la carretera que conduce hacia la Aduana de Las Manos en el Departamento de El Paraíso, que tiene un pensamiento político debidamente conformado de acuerdo con el contexto de la realidad que caracteriza a nuestra nación, antes y después del fatídico golpe de Estado.
 
En una especie de complemento familiar del pensamiento político del Presidente, ella, en ese tránsito doloroso y paciente hacia el encuentro con su esposo, ha declarado en diferentes ocasiones a la prensa nacional e internacional, su visión de mundo, su convicción política y los valores morales que la definen como una extraordinaria mujer que,  en medio del peligro que significa la represión en contra de su familia nuclear y gravitacional, sigue siendo una columna vertebral del Presidente como respaldo solidario sin ninguna fragilidad y vanidad del cargo que ostentaba en el poder como fuera del mismo.
 
El Presidente Zelaya Rosales fuera de las fronteras patrias ha llamado a su pueblo para que resista con valentía y paciencia todos los embates de la represión fascista de que es objeto por parte de el dúo Micheletti-Vásquez Velásquez, seguro de que, como líder y guía espiritual de su nación será nuevamente restituido en su cargo para enrumbar el país nuevamente hacia un sendero por donde los traidores y los vende-patrias no pueden siquiera asomarse para verlo pasar con la dignidad y el humanismo que siempre ha demostrado en su discurso y acción política.
 
Su esposa, la Presidenta de nuestra nación, ha complementado esa retroalimentación moral que el pueblo necesita para proseguir en el camino hacia la derrota de la dictadura efímera que ha instaurado la derecha más recalcitrante que se haya conocido en tan poco tiempo en el ámbito nacional.
 
Como una militante más del Frente Nacional contra el Golpe de Estado, ha recorrido calles. Se ha sumado a manifestaciones y ha emprendido junto a los demás hombres, mujeres y niños que han acudido a saludar a su Presidente en la frontera oriental, un éxodo impresionante nunca antes registrado en la historia política de Honduras. Ha hablado con su palabra sencilla, con su palabra emotiva, con su palabra apasionada por la democracia y por la solidaridad con el pueblo, que si antes la vio en sus comunidades llevando a cabo las acciones de la Red Solidaria y la Reducción de la Pobreza y de la Extrema Pobreza, hoy la abrazan y saludan en el campo general de la resistencia, donde todos se convierten en un solo grito: viva la democracia, fuera golpistas de Honduras, el pueblo unido jamás será vencido.
 
Nadie tiene duda de su temple, nadie puede expresar que no sea una mujer que tiene un valor histórico que ha borrado, de pronto, cualquier otro nombre que haya poseído una Primera Dama de la Nación: Xiomara Castro de Zelaya, combatiente de la democracia y de la Resistencia Nacional contra el golpe de Estado.
 
El pueblo que va a vencer a la dictadura la saluda con cariño y respeto patriótico.
 
 
Galel Cárdenas, Unión de Escritores y Artistas de Honduras