Colombia: Los Nasa continúan en pie de lucha y marchan por la vida
Hoy más que nunca tienen eco las palabras del Padre Álvaro Ulcué: “Los muertos ya están descansando, pero nosotros mientras estemos vivos tenemos que hacer algo. No podemos dejar morir a los niños por desnutrición, tenemos que ayudar a los ancianos, orientar a los jóvenes, enseñarles a amar la comunidad, a valorar la cultura, a sentirse orgullosos de ser indígenas, a preocuparse por la suerte de los demás, a organizarse de verdad, a unirse para luchar por los derechos. Estemos seguros de que sí nos dormimos, nos aplastan; si nos dividimos, acaban con nosotros”.
La finca Gualanday, que hace parte del Cabildo Indígena de Munchique Los Tigres en Santander de Quilichao, fue el lugar de encuentro para las comunidades que hacen parte de esta Minga de Armonización del Territorio del Cxab Wala Kiwe. Algunos cabildos y su gente llegaron el día miércoles en horas de la tarde, otras llegaron al amanecer del jueves 23 de julio.
El colorido de las chivas, los pitos y uno que otro grupo musical, contrastaban con la alegría de los Nasa. Así inició esta marcha, a la cual se le iban sumando comunidades que llegaban de sus territorios en camiones y camionetas, en las que prodigiosamente acomodaban personas, leña, racimos de plátanos, ollas y maletas. Los transmutes miraban atónitos, como este río de indígenas en medio de consignas y cánticos, levantaban nuevamente la voz en contra de un proyecto de muerte que no sólo afecta a este sector.
Ya en Santander de Quilichao, se hizo una parada para recordar al Nasa Pal (padre nasa) Álvaro Ulcué, quien fue asesinado en noviembre de 1984. “Álvaro, decía en una de sus últimas eucaristía, estas muertes pasan porque hay mucho miedo entre nosotros, si no hubiera miedo no habrían tantas muertes. Álvaro siempre nos invitaba a no tener miedo y estar unidos en comunidad” recordó Essio Rodatino, el párroco de Toribío presente en la minga.
Acercándose al municipio de Caloto, con casi 40 grados de temperatura, se podían ver en el rostro de Anderson Rivera las primeras gotas de sudor que recorrían sus mejillas enrojecidas por el sol. Él es una de las 5000 personas que desde las 8 de la mañana de ayer, salieron de Santander de Quilichao en el departamento del Cauca, hacia el corregimiento del Palo.
Este niño Nasa que cursa segundo de primara, con tan sólo 9 años de edad ya hace parte de Guardia Indígena desde hace un año. Lleva en su modesto bolso tan sólo una cobija, un plato y una cuchara, pero también su bastón de mando con cintas rojas y verdes. “No se salgan de la línea amarilla, cuidado con los carros”, advierte el menor, invitando a que las personas que hacen parte de esta marcha continúen caminando por el carril derecho. Al preguntarle a Anderson con ingenuidad ¿por qué está marchando?, respondió: “pues porque nos están matando”.
Y es que “hoy en los territorios indígenas se ha incrementado la presencia de la fuerza pública, una mayor circulación de guerrillas y la amenaza constante de las águilas negras, que ha dado como resultado las continuas confrontaciones, presencia de minas antipersonas, artefactos explosivos, amenazas, señalamientos y más de 200 asesinatos entre el 2002 y 2009 sólo en la Zona Norte” dio a conocer Rafael Coicué, del Tejido Defensa a la Vida de la ACIN.
Al mismo tiempo que algunas personas en camionetas repartían en bolsas plásticas agua de panela y limonada, se podía ver a lado y lado de la vía grandes extensiones de caña de azúcar. “Esa caña no es para hacer chicha, es para echársela a la gasolina, en vez de ser para sembrar comida” decía una mayora Nasa, mientras se limpia con un trapo el sudor.
En la entrada a la comunidad de Tóez – Caloto, toda una comitiva entregó agua a los marchantes, gritó consignas, además en un sonido improvisado la gente animó y saludó a la Minga por la Vida. En ese punto del trayecto, a eso de las 2 de la tarde algunas personas iban disminuyendo el paso o buscando sombra bajo los frondosos árboles. Luego reanudaron el paso, lo que dejaba ver el compromiso y la claridad del mensaje de rechazo a los violentos.
En uno de los volantes que los indígenas Nasa iban entregando a las personas que se encontraban a su paso, se alcanzaba a leer que otra de la razones que ha impulsado esta Minga por la Vida y por la Dignidad es “la presencia de multinacionales que buscan apropiarse de los recursos naturales para explotarlos indiscriminadamente colocando en riesgo la vida.
Por esto, frente a la presencia de estos monopolios como la Anglo Gold Ashanti- AGA, Cosigo Resource, entre otras, las comunidades afros e indígenas han realizado acciones para levantar la voz de protesta contra estos gigantes económicos. Por ejemplo, los Afro de Buenos Aires y de otros sectores, han visto la necesidad fortalecerse como organización, por eso le están apostando a la realización de un Congreso Étnico donde se espera consolidar otras estrategias de resistencia.
Llegando ya al corregimiento de El Palo en Caloto, Neis Lame gobernador del Cabildo Indígena de Delicias reiteró que “esta marcha es porque los actores en conflicto están atropellando a las comunidades afro, indígenas, campesinas”. Además le ratificó a los actores armados que “no nos callaremos aunque ellos utilicen las armas y las balas. Nosotros utilizaremos las palabras y la resistencia, y seguiremos caminado”.
En el Palo, cocinas improvisadas y humeantes tenían listo el almuerzo para los mingueros y mingueras. Después de un merecido almuerzo y de armar los cambuches, algunos aprovecharon para refrescarse en el caudaloso río El Palo, mientras otros jugaron un partidito de futbol aprovechando los últimos rayos de sol.
El cansancio del cuerpo ha quedado atrás y los Nasa se preparan seguir marchando y resistiendo. Hoy más que nunca tienen eco las palabras del Padre Álvaro Ulcué: “Los muertos ya están descansando, pero nosotros mientras estemos vivos tenemos que hacer algo. No podemos dejar morir a los niños por desnutrición, tenemos que ayudar a los ancianos, orientar a los jóvenes, enseñarles a amar la comunidad, a valorar la cultura, a sentirse orgullosos de ser indígenas, a preocuparse por la suerte de los demás, a organizarse de verdad, a unirse para luchar por los derechos. Estemos seguros de que sí nos dormimos, nos aplastan; si nos dividimos, acaban con nosotros”.