Pronunciamiento de la Red en Defensa del Maíz Nativo
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Reunidos ante las amenazas renovadas a nuestras semillas, alimentos, derechos y vida como pueblos, en la Red de Defensa del Maíz Nativo, y
Considerando
La intención del gobierno mexicano, en contubernio con las empresas transnacionales, de permitir el cultivo de maíz transgénico en varios campos experimentales, y que ésto necesariamente significará la contaminación de nuestros maices nativos y a la larga la pérdida de los mismos, atentando contra nuestra identidad, autonomía, economía y nuestra salud; destruyendo la madre tierra, la vida y contaminando la naturaleza.
Que para ello, pretende usar leyes y reglamentos que han sido aprobados ignorando a los pueblos y a favor de los intereses de las empresas, como la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados, mejor llamada “Ley Monsanto”, que permite la entrada e invasión de las transnacionales a nuestros territorios, campos de cultivo y semillas, que por derecho ancestral e histórico nos corresponden.
Que la “Ley Monsanto” forma parte de una serie de leyes destinadas al despojo y privatización de nuestros recursos y derechos, —la reforma al art. 27 Constitucional, la Ley Agraria, la reforma constitucional en materia indígena, la Ley de Aguas Nacionales, la Ley Forestal, la Ley Minera, la Ley Gral. De Vida Silvestre, la de Productos Orgánicos, la de Certificación de Semillas— entre otras que han sido aprobadas a nuestras espaldas y atentan contra nuestra palabra, nuestros derechos, nuestra historia, y nuestra cultura.
Que ahora, a través de la farsa legal titulada irónicamente “Régimen de Protección Especial del Maíz”, se pretende negar que todo el territorio mexicano es centro de origen y diversidad del maíz.
Que las instituciones gubernamentales ejecutan los proyectos e intereses de las empresas transnacionales, y que los programas agrarios y sociales – como ahora el PROMAF (Programa de Maíz y Fríjol), diseñado para que perdamos nuestras propias semillas– están destruyendo la vida comunitaria de los pueblos y nos inducen a depender de las empresas, y a la homogeneización de los pueblos, destruyendo nuestras diversas culturas y convirtiéndonos a todos en clientes de las empresas.
Que los bancos de germoplasma, formados con semillas recogidas de nuestros territorios y fruto de nuestros saberes, están siendo controlados por las grandes corporaciones, como Monsanto, Dupont, Syngenta, Bayer, Basf, Dow, que se agrupan en la Asociación Mexicana de Semillas A. C. (AMSAC) como cártel para cabildear y defender sus intereses en el país, declarándose “protectores” de las semillas, cuando en realidad las están destruyendo. Que Empresas sin ninguna moral y grandes contaminadores de la naturaleza y destructores de la vida campesina como Monsanto, son miembros del “Comité de Honor y Justicia” de dicha asociación.
Que la AMSAC está exigiendo que se siembre sólamente semilla certificada, llamando a nuestras semillas originarias como “piratas”.
Que los pueblos, tribus y naciones indígenas somos los dueños y guardianes de las semillas y animales, bosques, selva, agua y plantas que existen en nuestro territorio; hacemos la siguiente
DECLARACIÓN
Los pueblos indígenas y los campesinos son los responsables y herederos de la perpetuidad de las diferentes clases de maíz que existen a lo largo y ancho de todo nuestro territorio mexicano y que todo México es centro de origen y diversidad del maíz.
Nos declaramos en contra de la liberación del maíz transgénico y de todos los organismos genéticamente modificados de manera experimental y comercial.
Los indígenas y campesinos son los verdaderos y más experimentados guardianes de los recursos naturales que existen en nuestro país.
Nos declaramos en contra de las leyes que están atentando contra nuestros derechos como pueblos y contra las empresas transnacionales que pretenden despojarnos de nuestras semillas, nuestras tierras, montes y aguas y demás riquezas naturales.
Denunciamos la injerencia que tienen dichas empresas en las políticas agroalimentarias, para que perdamos el derecho a producir nuestros propios alimentos libremente.
Declaramos a la AMSAC como una institución que atenta contra los derechos de los agricultores y su soberanía alimentaria.
Nos declaramos en contra de las estrategias que se implementan contra los pueblos desde instituciones y programas gubernamentales, para que cambiemos nuestras semillas propias por semillas híbridas y transgénicas.
Estamos en contra de los bancos de germoplasma ya que son centros de biopiratería que roban nuestras semillas y conocimientos ancestrales para favorecer los intereses de las empresas e investigadores ajenos a los intereses de los pueblos.
Estamos contra los proyectos biopiratas que Monsanto está haciendo con organizaciones agrícolas y académicas para robar maíces nativos y conocimientos a través del “Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos” y el contrato con la Universidad de Guadalajara para recolectar maíces y teocintle, ancestro del maíz, de la sierra indígena nahua de Manantlán en Jalisco.
Nos oponemos a la certificación y registro de semillas y lo denunciamos como una manera más de privatizar las semillas para controlar a los pueblos.
Rechazamos la promoción, difusión, experimentación, cultivo, comercialización y consumo de las semillas transgénicas. Estas semillas atentan contra el medio ambiente y ponen en peligro la salud y la soberanía alimentaria de millones de mexicanos.
El cultivar, guardar, cuidar e intercambiar libremente semillas propias, nativas que no tenemos porque certificar ni registrar ante nadie porque las tenemos desde antes de que existiera el Estado mexicano, es un derecho inalienable que nadie nos va a quitar y seguiremos ejerciendo de manera autónoma. Estas semillas son la esperanza del futuro d