II Asamblea Latinoamericana de Mujeres del Campo

2002-11-25 00:00:00

A 122 años del nacimiento del General Emiliano Zapata
Salazar, cuyo legado fue "Tierra y Libertad", las
mujeres de la CLOC recogemos su herencia y hacemos
nuestro el desafío de que "la tierra es para quien la
trabaja". Y nosotras, mujeres, lucharemos con alegría y
fuerza para producir en esta tierra el alimento más
anhelado: el alimento de la justicia, la vida y la
libertad.

Reunidas, 180 mujeres delegadas proveniente de 16 países
y en representación de 36 organizaciones, integrantes de
la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del
Campo (CLOC), nos hemos unimos los días 6 y 7 de agosto
del año 2001, en la Ciudad de México, para discutir,
analizar y hacer propuestas en torno a la problemática
de discriminación que sufrimos las mujeres del campo,
producto de las políticas neoliberales implementadas por
los gobiernos del continente latinoamericano.

Esta asamblea nos permitió en los dos días de trabajo,
analizar el impacto de esas políticas de gobiernos hacia
las mujeres del campo, posibilitó el intercambio de
ideas, experiencias y sobre todo, la articulación de
acciones para fortalecer esta instancia organizativa,
además de definir ejes estratégicos y mecanismos de
trabajo que propicien integrar a las mujeres del campo
de América latina, en igualdad de condiciones, a los
procesos de desarrollo y al reconocimiento pleno de
nuestros derechos.

En este contexto, suscribimos la siguiente

1. Ratificamos la necesidad de continuar luchando por
nuestros derechos y de todos los trabajadores del
campo, reafirmando con la firme convicción, que
nuestra lucha es de la igualdad de género, de clase
y de pueblo.

2. Denunciamos y repudiamos enérgicamente todas las
formas de discriminación y violencia que vivimos
las mujeres del campo latinoamericano y exigimos a
los gobiernos el cumplimiento de los acuerdos
internacionales, que garantizan el respeto a la
vida y a la no violencia contra las mujeres, por
ellos suscritos.

3. Demandamos a la CLOC que asuma las propuestas y
resoluciones emanadas de esta II Asamblea de
Mujeres del campo.

4. Reafirmamos que la unión de las organizaciones del
campo y de mujeres es un elemento indispensable
para enfrentar los embates del neoliberalismo en
contra de nuestros pueblos. Solidarizamos con las
luchas que en este momento libran las hermanas
indígenas, negras y del campo, en los distintos
países del continente en defensa de sus derechos,
de la tierra y de la vida.

5. Ratificamos la Solidaridad con las Mujeres
Campesinas y cooperativistas cubanas, quienes
representan un ejemplo de resistencia,
inquebrantable valor y decisión en su justa lucha
contra el imperialismo norteamericano en su heroica
batalla en defensa del Socialismo y la Revolución
Cubana.

6. Ratificamos la necesidad de sumar a nuestras luchas
a otros sectores que comparten la voluntad de
lograr una equidad de género y de levantarse en
contra del modelo neoliberal que vulnera la
ruralidad.

7. Estamos en contra de las políticas agrícolas
transnacionales que vulneran la seguridad y
soberanía alimentaria de nuestras familias y
pueblos.

8. Manifestamos nuestra preocupación por la creciente
e irrefrenable Migración del campo a las ciudades y
del hemisferio sur al norte, producto de la
aplicación de políticas neoliberales que impactan
de manera negativa los procesos de desarrollo del
campo y que se reflejan en la feminización de la
pobreza, la desarticulación de las familias, la
pérdida de identidad cultural, el despoblamiento
del campo.

9. Rechazamos enérgicamente la existencia de planes
represivos, neocolonialistas y antidemocráticos que
se están imponiendo en América, a través del Plan
Colombia y Plan Puebla Panamá.

10. Nosotras, guardadoras ancestrales de las
semillas, declaramos que éstas son patrimonio de
nuestras comunidades, de nuestros pueblos y de toda
la humanidad. Rechazamos absolutamente la
patentación de las semillas y la intromisión en
nuestras tierras de transgénicas.

11. Hacemos público nuestro compromiso de seguir
luchando y trabajando por alcanzar condiciones de
equidad entre hombres y mujeres en nuestras
comunidades, organizaciones, países y en el mundo.

12. Declaramos nuestra más profunda anhelos: Que
sólo las luchas organizadas de los pueblos,
permitirán los cambios necesarios para construir
una nueva sociedad que hará florecer la mujer y el
hombre nuevos de esta gran patria que es América
Latina.

¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza,
globalicemos la igualdad en la diversidad!

MÉXICO, D.F., 7 de Agosto de 2001