Costa Rica: Exceso de confianza

2008-01-09 00:00:00

¿Quién creería? Si una persona nos engaña una, dos y hasta más, nos es de fiar y hasta un infante sabría que hacer.

Algo parecido sufre el pueblo costarricense con el Tribunal de Elecciones, el cual, facilitando todos los excesos habidos y por haber, en atropello a la voluntad del voto, pretende hoy llevarnos a otro proyectado referéndum, distrayendo la atención pública al grueso de los 13 proyectos de implementación del TLC, en la Asamblea Legislativa.

Tenemos claro, muchos costarricenses de ese ente, recibe órdenes superiores y sustenta todo una poderosa maquinaria y acomodados elementos para repetir y ojalá, no por siempre, los cientos de nebulosos acontecimientos vistos en pasadas consultas populares.

Podrá mentirse, engañar una y otra vez a millones, como les ha ocurrido a los gringos, pero, tarde o temprano la jarana sale a la cara, y el poder del billete no bastará a perpetuidad.

¿Es correcto y saludable a nuestra democracia que un fulano permanezca durante 20 años, gracias a una consulta popular acomodada y amañada en medular puesto, creando reales vicios y abusos increíbles?

¿Merecen confianza tres magistrados, nombrados por una funcional telaraña al servicio del dictador en democracia, según han demostrado con sus pasadas acciones?

Resulta lamentable como se han afanado en destruir, la fe y rectitud de una gloriosa institución como el TSE, la cual, como han hecho con todo el resto de nuestras instituciones, pierde altura, credibilidad y majestad, dentro nuestra otrora respetada democracia.

Y hasta los países civilizados y sus lujosos órganos de derechos humanos, conocedores de situaciones concretas, muy acordes hacen cómplice silencio, viendo al vecino se les "queme la casa", importándoles un semerendo rábano, con el ambiguo prurito de no intervención, solo cuando sus particulares intereses estuvieren en juego.

Podríamos creerle al TSE si desmantelara esa montada maquinaria y diese acreditación a nuestros (40.000 ) educadores deseosos de fiscalizar y definir su respaldado resultado en cada mesa electoral del país.

Podríamos creerles si volviéramos al voto con huella, no lapicero, y crear con las universidades públicas un control cruzado, con sus sistemas mecanizados, quienes recibirían los resultados de primera mano de esos educadores.

Podríamos creerles si en igualdad de condiciones publicitarias y gobierno, existiera efectivo control y equidad.

Podríamos creerles si acogieran y tramitarán los cientos de reclamos, inconsistencias, dudas e impugnaciones que ese proceso refleja, investigándolos sin precipitación y razonablemente, como ejemplo: la intervención de la USA.

Podríamos creerles si se eliminan los miles de protagonistas que con autoridad especial hacen y deshacen a su antojo, con particulares viciadas instrucciones por el territorio.

Podríamos creerles si destituyendo los presentes magistrados , los colegios profesionales y esencialmente, el de abogados montarán una ágil escogencia de nuevos jerarcas.

Pero claro, por exceso de confianza jamás cederán y el cáncer democrático, mata paulatinamente nuestra nación, al llevarnos al alineamiento. Pregunto, ¿Quién les ha dicho a esos "lustrosos" abogados que ese es el camino querido para el costarricense para su triunfal futuro? El resultado electoral no es respuesta, por estar prostituido.

Su exceso de confianza es garrafal equivocación y traiciona nuestra identidad, principios y valores y lo presente solicitado, sería en extremo difícil de concretar, si el pueblo antes nos les exige un urgente auténtico cambio. Tal vez, ¿con la fuerza de las calles, desobediencia o parricidios jerárquicos? Solo Dios y esas gentes nos lo dirán.

Atentamente,

Juan Huezo Zúñiga C.
Ciudadano comentarista.