WAQIB’ KEJ ante la declaración de los Derechos Indígenas
Iximulew, Guatemala 17 de septiembre 2007
Que después de más de 84 años de búsqueda del reconocimiento y respeto a los derechos de los Pueblos indígenas en el ámbito internacional, y a más de 20 años de negociación en la instancia de las Naciones Unidas, el logro alcanzado ante la aprobación de la Declaración sobre los derechos de los Pueblos Indígenas por parte de la Asamblea General de ONU, es un pequeño paso pero muy significativo bajo acto de “buena fe” por parte de los Estados.
Que dicha búsqueda inicia sus procesos desde 1923 cuando el Jefe Cayuga Deskaheh acude a la Sociedad de las Naciones como representante de las Seis Naciones Iroqueses, pero finalmente la Sociedad de Naciones no escuchó su caso. En 1925, W.T. Ratana dirigente religioso maorí viajó a Ginebra ante la Sociedad de las Naciones, a fin de protestar por el incumplimiento del Tratado de Waitangi (Nueva Zelandia, 1840), que garantizaba a los indígenas maoríes la propiedad de sus tierras, pero también se le negó el acceso. Estos casos muestran la exclusión que por siglos han estado los Pueblos Indígenas en el mundo. Ambos lideres indígenas de distintos continentes, generaron precedente en el derecho internacional y sobre todo iniciaron la lucha por el reconocimiento de los Derecho de los pueblos indígenas.
Que la declaración sobre los derechos de los Pueblos Indígenas no es un instrumento vinculante, si no un acto de “buena fe” por parte de los Estados, sin embargo reconocemos que incluye algunas de las reivindicaciones de los pueblo indígenas en cuanto a la libre determinación, el territorio y los recursos naturales, así como el reconocimiento de los derechos colectivos, entre otros.
Que los Estados que votaron en contra de la Declaración, reflejan su racismo, y su intolerancia al no reconocer que existen Pueblos y Nacionalidades diferentes, y que esta diferencia es la riqueza de la universalidad humana. La declaración representa para estos países un obstáculo para lo homogenización de las culturas que promueve el sistema capitalistas y neocolonialista.
Que las discusiones generadas en base al artículo 46, fueron principalmente en que la Declaración es aplicable siempre y cuando esta no afecte la integridad territorial o la unidad política de Estados soberanos e independientes, es decir: Los Estados reconocen los derechos de los Pueblos indígenas y a la vez los niegan con este artículo, limitando la interpretación a la Declaración.
Que los Indígenas no dejaremos de luchar por nuestros derechos históricos, y reconocemos que dicha declaración es un precedente histórico tanto para la humanidad, para los Pueblos Indígenas y para el Derecho Internacional.
Ante ello, solicitamos:
A LOS ESTADOS.
- Dar cumplimiento al acto de buena fe, frente a la aprobación de La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, ante ello no realizar Declaraciones Interpretativas a la misma, si no más bien su aplicación tal y como fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
- Considerar que no basta con el reconocimiento de los Derechos de los Pueblos Indígenas, más bien esto debe implicar su respeto.
- A los Estados que votaron en contra de la Declaración sobre los derechos de los Pueblos Indígenas, (Estados Unidos Nueva Zelanda, Australia y Canadá) no intervenir en los estados que si lo hicieron, es decir no hostigarlos políticamente, en el caso particular de Guatemala que no se una condicionante por parte de Estados Unidos.
A LOS PUEBLOS INDIGENAS
- Seguir luchado por el reconocimiento pleno de nuestros derechos, y hacer de la nueva declaración un precedente en el ámbito local, nacional e internacional.
- Continuar con nuestras propuestas, nuestras demandas y hacer de la nueva declaración un reto para convertirlo en un documento que vincule a los Estados, y por lo tanto un ley internacional.
- Que mientras continué la exclusión, la marginación, el irrespeto a nuestros derechos colectivos, y no se nos permita establecer y controlar nuestras propias instituciones, establecer nuestra libre determinación y autonomía, es decir no aplicar la nueva declaración, Los Pueblos Indígenas debemos dar seguimiento a los logros alcanzados después de siglos de sometimiento ante las distintas políticas establecidas por los Estados.
- Y recordar que:
Para hacer realidad esta declaración, pasa por la organización de los pueblos.
“DE LA RESISTENCIA AL PODER”
La Coordinación y Convergencia Nacional Maya Waqib’ Kej