Denigrar, descalificar, reprimir y callar:
Estrategia para doblegar el derecho a vivir la democracia como iguales
Cuando quien gobierna se convierte en fanático de su PARTIDO, aunque sea presidente de todos los y las costarricenses, pierde credulidad, liderazgo y confianza, y contribuye con su parcialización a perpetuar los problemas de gobernabilidad, por cuanto convierte el PODER en una arma para \"doblegar aún más a los vencidos\", haciendo que el odio y el egoísmo fluyan, como algo natural contra quienes piensan diferente.
Este problema es más preocupante, cuando la imposición se combina con el abuso del poder y la intolerancia ante el pluralismo ideológico, cuando se utilizan la gran mayoría de los medios de comunicación y las instituciones, para insultar y aseverar a partir de argumentaciones y coincidencias parciales, haciendo ver que los otros y otras son enemigos del país. ¡Enemigos por pensar diferente, por ejercer el derecho a vivir y pensar en democracia!
La imposición de la verdad mediante y con el miedo, como estrategia arista se refleja no solo en los \"encadenamientos noticiosos y publicitarios en los medios de comunicación\", sino que en sus complejos de \"se los lleva el diablo y en los demonios de los suicidios\". Intentan al mejor estilo de los DICTADORES Y DEMAGOGOS DE NUESTROS TIEMPOS apropiarse del derecho a coincidir y a discrepar, como su único derecho.
Los Arias, como buenos usurpadores del poder –al mejor estilo de los dictadores- a partir de interpretaciones constitucionales y electorales antojadizas, niegan la libertad de expresión al cerrar espacios con influencia opositora y al ponerle precio al derecho de comunicarnos pacífica y democráticamente con el pueblo. Y se llenan la boca tildando a otros de dictadores, sin la más mínima pena moral.
Tanto es así que, a sabiendas de su poder mediático, hacen triangulaciones maliciosas, a sabiendas de que ellos mismos, en igual medida podrían estar al lado de los Bush, Pinochet, Hitler y otros siguiendo su propia tesis. Tienen el PODER EN TODO, y lo utilizan, entonces, para denigrar, descalificar, reprimir y mantener silenciados a los piensan diferente. Las muestras de PODER y ARROGANCIA en la utilización de recursos públicos, así como las \"difamaciones sobre presuntas fuentes de financiamiento del No\" son una muestra de la desvergüenza y calaña demagógica de estos \"tiranos vestidos de demócratas\".
Es más de lo mismo que criticamos a otros dictadores, pero también es una muestra fehaciente de falta de amor por Costa Rica, de incultura cívica. Antes que el debate de ideas, anteponen como argumentos situaciones en las cuales se muestran como ofendidos, o sometidos, cuando son ellos y ellas los que ofenden dignidades e inteligencias, y someten espíritus libres, cargados con resentrimientos porque el pueblo los ha obligado a someterse a su voluntad.
Tal pareciera ser que \"vivimos tiempos del juicio final\", donde se muestran como CIELO el paraíso telecino y como INFIERNO la COSTA RICA SOLIDARIA E INCLUSIVA que nos permitió ser lo que somos, como nación y pueblo. Vivir SIN DIGNIDAD, como viven los más pobres, apostando siempre al clientelismo y a la burla de los políticos tradicionales, constituye para los Arias su principal \"fortaleza y oportunidad\" en el diseño de la campaña del Sí.
Los dogmas mediáticos de lo PURO e IMPURO, de lo BUENO y lo MALO se encadenan, con el único propósito de presentar a los Arias, como los únicos poseedores de la verdad y en consecuencia DICTADORES DE LA FE POR MANDATO DIVINO, tanto así que disponen que voceros de Cristo pueden emitir criterio sobre el TLC y cuales no.
Los Arias tratan de DEFENDER LO INDEFENDIBLE, su ligamen y compromiso con los grandes empresarios costarricenses y centroamericanos, así como con las transnacionales. Lo hacen con desinformación sobre empleo, odio y resentimiento para quienes promueven ideas diferentes, al mejor estilo de los demagogos, dictadores y represores que ellos se osan criticar, como si actuaran de forma diferente.
Extorsionar con agresiones y estigmatizaciones a los que piensan diferente no es una virtud, es un flagelo para la democracia, y una oportunidad para abrir espacios a radicalismos en esta lucha por Costa Rica, el respeto de la institucionaldiad del referéndum, la equidad y la gobernabilidad. La solidaridad y el compromiso de todos, es fundamental para alzar la voz y exigir el derecho de todos y todas a vivir la democracia, como iguales. ¡No basta con decir que se defiende la democracia y sus instituciones, lo más importante es respetar sus principios y dar muestras fehacientes de imparcialidad en la designación de los funcionarios responsables de la toma de decisión!.
Costa Rica necesita unirse, en una sola voz, exigiendo independencia y equidad en el trato institucional, así como en la disposición de los recursos públicos. La exigencia debe ser contundente. No podemos seguir permitiendo que los Arias se vistan con las ropas de las víctimas, cuando somos nosotros, los del NO los que permanente sufrimos el robo de signos, destrozos de vallas publicitarias e insultos de tipo xenofóbicos, promovidos a partir de sus \"encadenamientos noticiosos y publicitarios\".